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¿Por qué una niña de 12 años en coma etílico?

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Pilar Enjamio*

Asombro, estupefacción que no haya control parental en una menor de doce años que mejor debería estar jugando aún con muñecas que hallando la muerte por coma etílico en un botellón.

Lo primero que se nos viene a la mente que acaso fuese la primera vez y no por iniciativa propia sino que en nuestra mente se reviven las novatadas y la técnica del embudo donde se le obliga a ingerir una mezcla de bebidas fuertes en gran cantidad.

Y eso es imperdonable, que un grupo te inste a hacer sociedad, a ser como el resto aunque se cometan barbaridades fruto de la inconsciencia y mezcla con drogas. Tabaco, alcohol, cannabis que aunque no fumes lo absorbes y llega a través de la glándula pituitaria al cerebro y lo daña.

El denominado binge drinking o vulgarmente atracón es altamente neurotóxico afectando al córtex frontal y al hipocampo. Estas zonas en desarrollo todavía responsables de la memoria y aprendizaje el hipocampo quedando esta facultad alterada y mermada y la corteza prefrontal la que nos permite rehusar ciertas conductas nocivas distinguiendo los pros y los contras de ciertos comportamientos y contenernos cuando lo que nos apetece es perjudicial desaparece. La huella irreversible queda en el cerebro.

Es impensable el cerebro, el corazón de una niña de doce años tolere esas dosis de veneno.

Etapa de exploración sexual y primeros escarceos amorosos a veces no consentidos por ambas partes y para ello no sólo adultos sino adolescentes utilizan escopolamina o burundanga pero no se refleja en ninguna analítica ,no tiene olor ni sabor basta te toquen con un simple kleenex que la contenga o un papel leído y que lleva impregnada esa substancia. La voluntad queda anulada provocando amnesia de lo acaecido pero provoca paro cardiorespiratorio y muerte.

En un primer momento el alcohol hace vencer la timidez, desinhibe y adormece posibles problemas de carencia afectiva o fracaso escolar o cuadros ansioso depresivos pero después de la subida del estado tonal viene la bajada y la necesidad de mayor dosis para conseguir el mismo efecto. La toxicidad depende de la edad, sexo, constitución y si es la primera vez o ya hay habituación. Es impensable el cerebro, el corazón de una niña de doce años tolere esas dosis de veneno y si es un rito iniciático de entrada en la adolescencia y con ello en la exploración de otros mundos la connivencia del grupo de amigos convirtió ese rito iniciático en final.

Castigos severos a quien falsifica bebidas lo que se traduce en un mayor elemento tóxico y control policial en botellones para que la vida se salve aunque sea por un segundo. Comunicación padres a hijos, comprensión, educación porque peor que la asfixia que muchos jóvenes dicen sentir en su hogar con normas no es equiparable a la asfixia que se lleva tu respiración, tu latir y tu VIDA.

 

*Pilar Enjamio es Psicólogo