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«Andalucía de Periodismo», ni para modestos ni para incómodos

Redacción C.A./Ana Ortega.-  La Junta de Andalucía ha fallado recientemente el premio Andalucía Periodismo 2015. Ya van treinta ediciones en las que la Oficina del Portavoz recompensa anualmente el trabajo periodístico o trayectoria profesional que mejor refleje la realidad andaluza y contribuya a transmitir los valores sociales y culturales de la comunidad. 

Los afortunados este año son: en Prensa Ignacio Lillo Moreno, periodista del diario SUR por la cobertura realizada al proyecto de metro en Málaga; en Radio, el galardonado ha sido el programa “Los años perdidos”, que aborda la problemática del suicidio, de Canar Sur Radio, dirigido por Aurora Gilabert; el premio de la categoría Televisión ha quedado desierto por decisión del jurado; la modalidad fotográfica ha recompensado a Andrés Carrasco Ragel, por “Su encuentro”,y finalmente, andalucesdiario.es ha obtenido el reconocimiento digital por el proyecto titulado “28 formas de construir Andalucía”. 

De acuerdo a la orden del 30 de julio de 2015 por la que se convocaba esta edición, los requisitos para participar son dos: que sea un trabajo original, publicados o emitidos en alguna de las cinco categorías a lo largo del año inmediatamente anterior y que no hayan recibido ningún premio o se hayan presentado de forma simultánea a otros concursos. La pregunta es la siguiente: ¿si es tan fácil presentarse a este concurso, por qué los premios habitualmente van para candidatos de líneas convencionales? Preguntado de otra forma, ¿qué pasa con las condecoraciones a trabajos periodísticos individuales y colectivos “alternativos”?

Definamos alternativo. Son aquellos medios o profesionales que no se encuadran en grupos de comunicación cuyos accionistas invierten enormes cantidades de dinero o tienen cifras astronómicas en publicidad. Las principales características son, en teoría, la independencia y la forma diferente de contar la realidad. También por contar temas que son silenciados u olvidados por los grandes medios, de nuevo por lo mismo, por que no interesa política y económicamente.

¿Cómo van a cubrir adecuadamente los medios onubenses la contaminación que sufre la ciudad si la mayoría están participados, se sientan en los consejos de administración o se anuncian los dueños de las principales empresas químicas que provocan los vertidos tóxicos? ¿Y qué hay del caso de los ERE andaluces y la información sesgada que ofrecen los principales medios, no solo de la comunidad, sino de toda España? Porque con respecto a este último caso, la única labor de los medios es criticar al partido contrario y ocultar o malinterpretar datos, dependiendo del interés, posicionamiento ideológico y dinero que posean.

Ni que decir tiene que ser independiente no va unido a que en la cabecera o en el lema del medio venga escrita esa palabra. Independencia es no someterse a presiones internas y externas, no atarse a lazos financieros y establecer la propia agenda del medio, priorizando ese espíritu independiente. Pero seamos sinceros, la independencia es casi cada vez más una utopía que una realidad, pues los medios que comienzan siendo independientes acaban absorbidos por la vorágine de la concentración mediática en muy pocas manos. Y aquellos otros que no, la mayoría termina por desaparecer por no poder mantenerse en un sistema mercantilista marcado por los beneficios y no por la calidad.

Los elegidos

En fin, a lo que íbamos. Parece que esos pocos medios o personas que aun quedan como alternativos a la estructura mediática impuesta no son merecedores de tal distinción por parte de la Junta. Pongamos ejemplos de galardonados otros años para comprobar si eso es cierto. Por supuesto, una ardua búsqueda de los premiados edición a edición, por eso de que la Oficina de la Presidencia de la Junta ha hecho caso omiso a ese dossier pedido hace tres semanas. Algunas de las cabeceras que han recibido el honorífico título son:

La Opinión de Málaga, propiedad de Editorial Prensa Ibérica. Curiosamente también dueña de varias inmobiliarias y compañías de inversión, ya que el presidente y propietario del grupo, es a su vez propietario de Euro Pacific Group.

RTVE ha recibido abundantes reconocimientos desde que naciera el premio Andalucía Periodismo. Solo un dato: el consejo de administración está compuesto por dirigentes políticos de los partidos con mayor representación. Nosotros nos preguntamos: ¿no sería mejor que este consejo, el cual decide la línea editorial y los contenidos de la corporación, estuviese representado por profesionales de la comunicación y no por políticos que únicamente velarán por los intereses de su partido? Ahí dejo la reflexión.

Canal + Xtra, definido como un canal de programación alternativa y de calidad pero encuadrado en la parrilla de Movistar +.

Grupo Joly, también muy habitual, tanto por sus premios concedidos como por prestarse a ser jurado de este mismo concurso, como ha ocurrido, sin ir más lejos, en la edición de 2015, con Jesús Ollero Pascual, responsable de información de Joly Digital del Grupo Joly y el cual ya recibió el premio Andalucía Periodismo en la modalidad de Internet en 2007.

Y, por supuesto, no podían faltar las grandes agencias como EFE, Europa Press o Reuters, cuyos colaboradores y miembros de plantilla copan este reconocimiento. La infraestructura, los recursos financieros y la enorme estructura de corresponsalías por todo el mundo facilitan sobremanera un gran despliegue fotográfico.

Otros premiados son La Voz de Cádiz, Diario SUR o El Ideal de Granada (todos del grupo multimedia Vocento); El Correo de Andalucía (originariamente propiedad de PRISA, después del grupo de energías e industria Alfonso Gallardo S.A. y actualmente el digital pertenece al grupo sevillano Morera & Vallejo); Tele Puerto Real (del grupo con el mismo nombre y con negocios en telefonía móvil y fija, televisión, internet y servicios de cable inalámbrico).

No todo van a ser críticas. Algunos reconocimientos a medios y autores independientes son el fotógrafo Agustín Muñoz Luna; el dominical El Independiente del Domingo, perteneciente a El Independiente de Cádiz (ya desaparecido tras tres meses de circulación); el espacio radiofónico “Vivir sin cadenas”, elaborado por alumnos de la facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla o la Asociación de la Prensa de Cádiz, entre muy pocos otros.

La composición del jurado de este año (variable en nombres en otras ediciones pero en la misma línea) han sido: Miguel Ángel Vázquez Bermúdez, secretario general de la Oficina del Portavoz del Gobierno; Lourdes Macarena Pino Martín, periodista en la agencia Europa Press; Sara Armesto Palacios, periodista en Radio Sevilla-Cadena Ser; María Jesús Azor Reche, periodista en Canal Sur TV; Julio Muñoz Agea, fotógrafo de la agencia EFE, y Jesús Ollero Pascual, responsable de información de Joly Digital en Grupo Joly. Con esto se quiere decir que, como se puede comprobar, no se contemplan a medios más pequeños e independientes en la integración del jurado, por lo que nunca opinan ni deciden. De esta forma, el premio siempre es para los mismos.

La última reflexión: ¿podemos considerar que el periodismo y su ejercicio profesional está a salvo si la Junta de Andalucía, organismo de gobierno de la Comunidad Autónoma de Andalucía, únicamente se dedica a homenajear a los grandes medios y a los periodistas que trabajan en sus plantillas y olvidándose de aquellos otros medios que, sin recursos, hacen un periodismo de mejor calidad e informan de las realidades que otros se empeñan en ocultar? Yo no respondo, pero me sé la respuesta.