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Primarias PSOE, el ‘susanismo’ secuestra el debate interno

Pepe Fdez
Pepe Fernández*

Hoy no es un buen día para el PSOE andaluz. La frustración generada por lo ocurrido en el denominado proceso de primarias en las ocho provincias es patente, hables con quien hables se percibe preocupación. Incluso con los que el cronista supone eufóricos por la consolidación del poder del susanismo en su gran feudo andaluz. “Esto no es bueno para el partido, lo mires por donde lo mires”, concluye un alto cargo actual en la Junta. Y no es bueno porque sigue la división interna, especialmente entre aquellos militantes que perciben claramente las maniobras de perpetuación en el poder del núcleo dirigente del que Susana se ha rodeado.

Hoy se puede vaticinar sin temor a equivocarse que Susana Díaz logrará mantener sin despeinarse el poder de la agrupación más potente del PSOE, a la vista del resultado para elegir secretarios generales en las ocho provincias. En realidad, son los jefes provinciales del partido que guardan cierto paralelismo con las funciones de aquellos gobernadores que como Jefes Provinciales del Movimiento padecimos durante la dictadura y estertores.

De las ocho provincias, en seis, seguirá la línea oficialista y solo en dos –Almería y Málaga­– se abre la incógnita de si volverán a ser muchos más los votos secretos que los avales públicos y testeados con lupa por los que se resisten a dejar el poder. El 1 de octubre, cuando todos estemos pendientes de la tormenta perfecta catalana, los socialistas de ambas provincias junto a la de Granada votarán en secreto en las urnas de las agrupaciones. Por cierto, en la capital nazarí, concurren dos listas susanistas, quedando por debajo del 20% la del sanchismo. Lo de Almería es muy raro desde luego, ya que dos son candidatos susanistas, peleados entre sí, y un tercero es sanchista pero sin cadáveres en el armario. Y en Sevilla, castillo famoso del socialismo, la candidata sanchista se ha quedado a un solo punto de lograr el 20% de los avales necesarios, con lo que seguirá Verónica Pérez, la heredera de Susana y sin pasar por las urnas. Marca de la casa.

 

El electorado dispensa o disculpa la corrupción, pero nunca perdona las guerras internas en los partidos. Las cunetas de nuestra cuarentona democracia están plagadas de cadáveres de siglas, víctimas de la división interna.

 

Pero detrás de este proceso, perfectamente ajustado a la interpretación menos democrática de los acuerdos tomados en el último congreso federal sobre el porcentaje de avales para presentar candidaturas en primarias, se oculta una dramática realidad a medio y largo plazo para los intereses electorales del socialismo español.

El electorado dispensa o disculpa la corrupción, pero nunca perdona las guerras internas en los partidos. Las cunetas de nuestra cuarentona democracia están plagadas de cadáveres de siglas, víctimas de la división interna.

Susana Díaz y su dirección regional del PSOE-A han optado por secuestrar el debate interno sobre ideas, proyectos, programas y soluciones, incluso sobre personas y se han negado a aplicar el 3% frente al 20%, algo que en Extremadura han hecho sin problema facilitando así el debate para que fluyan las ideas y estrategias.

 

Susana Díaz no obstante podrá seguir presumiendo de unidad formal de los socialistas andaluces, pero no podrá dar lecciones de democracia y debate interno en su partido.

 

A todo esto y por si no bastaba con el mantenimiento de la cuota desproporcionada del 20% de avales, que solo beneficia a quien detenta el poder, en algunas provincias como Cádiz y Córdoba parece que se han podido producir irregularidades que, obviamente, acabaron beneficiando a la línea de la presidenta. Será interesante conocer el dictamen de la Federal si finalmente les llegan las denuncias, tal y como han anunciado en caliente los afectados. Nadie duda de que se lo van a mirar con lupa en Madrid.

Susana Díaz no obstante podrá seguir presumiendo de unidad formal de los socialistas andaluces, pero no podrá dar lecciones de democracia y debate interno en su partido. Esta nueva maniobra de la presidenta de la Junta viene a confirmar los peores vaticinios sobre la estabilidad interna del primer partido de la oposición y su líder. La afrenta que nuevamente recibe Pedro Sánchez desde su propio partido en Andalucía le asesta, en términos políticos, una enorme patada en eje central de su discurso como Secretario General del PSOE a favor del debate interno, participación a los militantes y consecuentemente la regeneración del partido. Por lo que se ha visto el PSOE-A tiene un discurso autónomo, también en la aplicación de las normas del partido. Mal asunto, futuro complicado.

 

*Pepe Fernández es Periodista. Director de Confidencial Andaluz

@Pepe_Fdez