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Psoe desastre andaluz

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Pepe Torrente*

Mientras que Susana Díaz sigue de gira por las casas del pueblo de España, no paran de sucederse los correctivos que enmiendan su, digámoslo amablemente, gestión política en Andalucía.

Esta tierra ha demostrado siempre mucha paciencia con el PSOE que nos vigila. Ha sido extremadamente generosa con el partido hegemónico, a pesar de sus invasiones a la legalidad, persistentes, continuas y flagrantes.

A la situación de parados sin fronteras con que cada estadística castiga la realidad ficticia que nos pintan desde el socialismo andaluz, esa humillante primera plaza en desempleo, pertinaz y reiterada que tiene a Andalucía entre las regiones de España en peor situación, y que nos sigue lastrando trimestre a trimestre. Seguimos siendo la cenicienta en matemáticas, lengua y comprensión lectora según el informe Pisa. Además de ese lío Ere a Ere y sus corruptelas que investiga la justicia patricia de esta bendita tierra de María Santísima, hemos de incluir algunas realidades más que, en los últimos días, vuelven a poner en la picota y en entredicho la gestión política del régimen andaluz.

Por un lado está ese varapalo que la Unesco ha enviado por correo certificado a Susana Díaz y al ATRIO que inventaron para que el afamado arquitecto Siza luciera rotring y diseño invasivo. Ha sido muy curioso ver cómo el PSOE-A de hoy se ha envainado los pinreles que exhibió en su día cuando presentó el proyecto a bombo y dos platillos, con la sinfonía adjunta de palmeros y palmeras. Ahora reniegan de el, a pesar de los millones de euros gastados hasta aquí.

 

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Proyecto Atrio

 

Pero no ha acabado el año, ni se acaban los alfajores y el anís de París, cuando el Tribunal Supremo le ha dicho a Susana Díaz que los informes medioambientales exhibidos contra el teleférico a la Alhambra de Granada son de la señorita Pepis. Vaya, con la Segunda Modernización habíamos pensado que teníamos la mejor gestión del mundo, y que lo del PSOE en Andalucía gobernándonos era una suerte divina difícil de agradecer en siglos y siglos. Hoy el Alto Tribunal exige empezar de nuevo todo el trámite. O sea, que nuestros gobernantes no lo hicieron mal sino peor.

Algo parecido a lo que sucedió con el Nevada Shopping Center (para que no digan que no somos modernos) pero de consecuencias mucho más onerosas para el presupuesto público. La gestión despistada de aquellos trámites urbanísticos tuvo un lucro cesante que la justicia obliga ahora a reconocer en torno a los 200 millones de euros para el promotor del centro comercial ubicado en Armilla, Granada. Tela marinera que pagaremos todos los andaluces a escote.

Pues mire Ud por donde, que aquí no se le acaba la bula al hegemónico club de los Chaves, Zarrías, Griñán y Susana, sino que su descanso no va a parar hasta que no sepan, obligados como están, encauzar con decisiones como las que exige el pueblo a esa contestación social que tiene en pie de guerra a los andaluces contra su gobierno por la actual política sanitaria y hospitalaria. Dos hospitales completos, dos, en Granada. Y otros arreglos en Huelva, Córdoba y Málaga.

Que sí, queda claro que a los andaluces nos han abierto la puerta de la pérdida del miedo y nos hemos metido dentro del territorio de la vergüenza. Y vamos a ejercer nuestro derecho a decirles que no van bien. Que así no. Pero sería mejor decírselo cuando las urnas abran su oportunidad. Quizá no votarles sea la mejor medicina para que aprendan bien lo mal que lo están haciendo el PSOE desastre andaluz.

Feliz año, querido lector, feliz vida toda.

 

*Pepe Torrente es Funcionario, militante del PP de Granada y columnista habitual.