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PSOE: ganador con corsé

Un apretadísimo corsé de ballenas de acero que le impedirá respirar y moverse con facilidad.

 

¡Consumado el “superdomingo” electoral! Por fin, todas las cartas han sido repartidas. Bueno, casi todas porque hay cinco comunidades en las que no se ha votado para el respectivo ejecutivo territorial. Entre ellas la catalana, que barrunto lo hará a finales de este año. Ahora toca apechugar con las consecuencias de nuestros votos, partiendo de una situación altamente deteriorada en lo institucional en el plano interno, y en la imagen en el internacional.

De momento, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, que se ve como próximo presidente del Gobierno, acaba de pedir a todos la apertura de un “horizonte de estabilidad política”. Interesado y buen deseo que seguramente es compartido por la mayoría de los españoles, que queremos seguir siéndolo. Distinto es que ese objetivo sea propiciado por los que no lo quieren:  separatistas, filoetarras y criptonacionalistas. Porque, por ejemplo, dos de esos últimos, Batet y Cruz, ambos del PSC, fueron elegidos, a propuesta del PSOE, presidentes respectivamente del Congreso y del Senado. Con esa manera de barajar resulta difícil comprender qué entiende Sánchez por estabilidad.

El escenario que se abre tras el 26-M es impredecible. España, en el transcurso de los últimos años, se ha convertido en un país de lo más incierto.  Ahora vienen las alianzas o los pactos cruzados para la investidura y gobernanza a los tres niveles: nacional, territorial y municipal. Está pendiente el final del juicio oral a los golpistas catalanes, cuya sentencia no se producirá previsiblemente hasta después del verano. Ni tan siquiera se sabe cuál es la mayoría absoluta en el congreso de los diputados (174, 175 ó 176), tras la suspensión de cuatro de los políticos catalanes presos que ganaron el acta de diputados el 28-A. En definitiva, en el momento de escribir este texto, no hay todavía resultados oficiales, ni tan siquiera fiables, sobre la gran melé electoral que acabamos de vivir. Solo se podría hablar de tendencias.

Parece claro que el PSOE va a ganar, en conjunto, las elecciones de hoy. Lo cual no avala que pueda gobernar en comunidades o ayuntamientos en los que no haya obtenido mayoría absoluta.  Un éxito, por tanto, insuficiente como ya sucedió con las generales del 28-A, en las que quedó a 53 escaños de esa mayoría en el Congreso: un apretadísimo corsé de ballenas de acero que le impedirá respirar y moverse con facilidad. En Cataluña, la tendencia del PSC es a incrementar su presencia en el ayuntamiento de Barcelona. Es de esperar que Sánchez no valore esa tendencia como aliento a su ya fracasada estrategia del diálogo con los separatistas, creyéndose capaz de resolver por sí mismo el problema español en Cataluña. Uno incluiría al líder socialista entre aquellos a los que Ramiro de Maeztu identifica como “los mayores enemigos de los pueblos: los hombres que les prometen imposibles”.

 

El PP tiende a perder presencia institucional. Corre el riesgo de desaparecer del ayuntamiento de Barcelona. No obstante, va a seguir siendo la segunda fuerza política. Casado seguramente se salve.

 

Ciudadanos (C’s) tiende a subir y estar más presente en las instituciones. Sin embargo, no va a lograr el “sorpasso” al PP. Ello ha de obligar a C´s a abandonar su estrategia de liderar la oposición. Eso podría facilitar un entendimiento con el PSOE, lo que sí apuntaría al “horizonte de estabilidad política” enunciado por Sánchez.

Los podemitas con sus confluencias y mareas están de capa caída tras esta especie de segunda vuelta de las elecciones de 28-A. Se confirma que están por detrás de C’s. Iglesias tendrá que aflojar algo el corsé con el que pretendía someter a Sánchez. El pretendido ministerio de aquél está en globo.

Vox no ha obtenido tantos asientos como había voceado. No obstante, ha logrado representación en los tres niveles: autonómico, municipal y europeo. Parece claro que ha venido para quedarse.

En las europeas, por lo que se refiere a España y con el 81% escrutado, el PSOE ha sido el triunfador con un 33% de los votos emitidos. Le siguen por este orden: PP (20%); C’s (12%); UP (10%); y Vox (6%). Por lo que se refiere a Europa en general, la mala noticia es la tendencia a la subida de los partidos antieuropeos. Esta ha de tener su impacto en las instituciones europeas y, particularmente, en la composición de la nueva Comisión.

La fundamental batalla por Madrid está todavía muy reñida. Bien que por lo que se refiere al ayuntamiento de Madrid, con el 60% de votos escrutados, parece que PP, C’s y Vox sumarían mayoría absoluta para desalojar a Carmena de su poltrona del oso y el madroño. La comunidad está en el aire, pero también podría decantarse hacia la derecha, apretando un poco más el corsé a Sánchez.