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¿Y si el PSOE veta a Rajoy en el último minuto?

Pepe Fdez
Pepe Fernández

Desconcertante sin duda la actitud que el PSOE mantiene ante la hipotética investidura de Rajoy como presidente. Sí, descoloca mucho que Pedro Sánchez se mantenga en votar que “no” y, a renglón seguido, diga que no iremos a terceras elecciones.

El resultado de la ecuación es muy simple: o teta o sopa. Pero votar no y que no haya una nueva convocatoria a elecciones es un biberón imposible de preparar y digerir.
Así que el Sr Sánchez y quienes en la dirección federal dicen por tv mañana, tarde y noche que votarán “no a Rajoy”, están diciendo una verdad a medias o, sencillamente, mintiendo. Su discurso en estas semanas tras el 26J es en sí mismo una pura contradicción.
Una posible explicación a estos mensajes radicaría en que, fracasando Rajoy y Rivera, se abriese la posibilidad del manido “gobierno de progreso”, apoyado el PSOE de Sánchez por Podemos y por quienes no quieren ni en pintura los del Comité Federal del partido. O sea que Sánchez no esta autorizado para contar con votos nacionalistas o independentistas.
Es, por tanto, otra posibilidad que cierra la única puerta que muchos ven entreabierta, aunque inviable políticamente para las baronías socialistas.
Ahí está Susana Díaz como cabeza visible de una importante corriente en el PSOE que prefiere ver a Rajoy de presidente, con la abstención pertinente del PSOE – ella públicamente está en el ‘no’– que a encamarse con Podemos y lo que les cuelga.

Un amigo socialista, de los veteranos y con los colmillos retorcidos en el diseño de estrategias de partido, me comenta una hipótesis que como tal vale la pena, ya puestos a recoger posibilidades, dejarla negro sobre blanco. Especialmente en un escenario político tan cambiante donde, ojo, en solo semanas, hay quien como Albert Rivera es capaz de tragarse un canasto entero de sapos reventones y aparentar una digestión de lujo. Nadie negará el surrealismo – optemos por el arte mejor– que rodea al hecho de que Rivera le dijese en la cara a Rajoy hace nada, que había trincado sobres con dinero en B de Bárcenas y que hoy se disponga a nombrarlo nuevamente presidente del Gobierno.
Por no hablar del circo de Podemos, cuyas lonas empiezan a estar desvencijadas y las jaulas de las fieras abiertas. Miren Galicia. Se desinfla la ilusión de las plazas de mayo.
Pero volviendo a la tesis que mantiene el viejo socialista, bien mirada, es una salida que, cuanto menos, causaría sorpresa, polémica y, desde luego, debate.

En el último minuto

“ Como sabes la presión sobre el PSOE es brutal y conforme avancen los días se convertirá en insufrible. Pedro (Sánchez) está aguantando, más de lo que muchos creíamos, pero todo tiene un límite, sobre todo cuando mantenerse en el ‘no’ conduce al desastre de unas terceras elecciones, para el país y también para el PSOE».

«¿Que haría yo si fuese Pedro Sánchez? Pues muy sencillo, aguantar hasta el último minuto con el ‘no, no y no’, pero solo hasta el último minuto, sin equivocar los tiempos. Entonces convocaría una solemne rueda de prensa, en plan Rivera, pero Pedro debería anunciar solo una en vez de seis cosas, por cierto de sentido común. Que por responsabilidad de Estado, el PSOE, había tomado la decisión de abstenerse en la votación, pero con una condición: que Mariano Rajoy no fuese el candidato, sino cualquier otra persona del PP. El electorado del PSOE podría llegar a entender lo del PP, pero nunca el apoyo a Rajoy como presidente.»

«De esta forma, Sánchez, colocaba la pelota en el tejado de quienes le presionan ahora, centrando el debate sobre la figura del presidente en funciones y candidato. ¿Librarán una batalla los poderes fácticos para defender a Rajoy, los mismos que ahora piden que el PSOE se abstenga? Lo dudo mucho. Rajoy no pasará a la historia por haber sido un presidente decente y eso lo saben hoy casi todos los españoles».

«Con esta jugada el PSOE puede defender mejor su imagen ante la opinión pública que no traga a Rajoy, mira el CIS, respeta que el PP ha sido el partido más votado, sitúa a Rivera en la derecha, sabiendo como sabe que en las grandes cuestiones pendientes es vital el concurso del PSOE. ¿Te imaginas que Pedro Sánchez se cobrase la cabeza de Rajoy él solito? Algo que, de momento, le amarraría a la silla de la secretaría general, en movimiento casi desde que se sentó en ella. Además tendríamos gobierno y por lo menos dos años de legislatura”.