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Pulido, Serra y Moltó, el PSOE de las cajas a explicar la crisis en el Congreso

No es de esperar que los comisionados tengan mucho interés en husmear cómo y por qué Andalucía ha sido colonizada financieramente.

Para el martes de la próxima semana están convocados ante la Comisión de Financiación sobre la Crisis Financiera en España en el Congreso las figuras más relevantes del socialismo español en el sector de las cajas de ahorro de las dos últimas y “turbulentas” décadas. Allí estarán Narcís Serra ex de Caixa Catalunya, Juan Pedro Hernández Moltó  –“Sr. Rubio, míreme a la cara, de frente”– expresidente de Caja Castilla la Mancha y el cordobés Antonio Pulido Gutiérrez, menos conocido que los anteriores, pero el de más veteranía en el mundillo financiero. De todos es el único que sobrevive años después con coche oficial y 200.000 euros de sueldo anual que se ha autoimpuesto irregularmente según el PP como presidente de la Fundación Cajasol, manejando con escaso control público un presupuesto anual de 20 millones. A Antonio Pulido se le conoce como “el cuarto Rey Mago de Sevilla”.

Pulido, que toda su vida laboral ha estado dependiendo del PSOE donde empezó siendo militante de las JJSS, fue secretario general del Consejo de El Monte de Sevilla y Huelva. Le hizo la cama con unas dietas ilegales de Metrovacesa a José María Bueno Lidón y se convirtió en presidente gracias a un malabarismo bajo cuerda del entonces líder del PSOE sevillano y amigo de Pulido José Antonio Viera, hoy encartado en el Caso Eres. En esas fechas Gaspar Zarrias, número dos de Chaves en la Junta y Pepe Griñán como consejero de Economía, tenían decidida la apuesta por el catedrático Antonio Pascual, ex consejero de la Junta, como presidente a sustituir al sobrino progre del Cardenal Bueno Monreal en El Monte, descartando la candidatura de Pulido sobre todo tras conocer una auditoria  interna de Inturjoven, entidad pública de la que era gerente Pulido Gutiérrez.

 

Nuestro compareciente Pulido, por tanto, ha sido testigo y protagonista de excepción del turbulento manejo de la mitad del sistema financiero andaluz, el que afecta a las provincias de Sevilla, Cádiz y Huelva.

 

Lo cierto es que, en una jugada de cuarto oscuro y jugando con el breve calendario disponible, Pulido accedió a presidir El Monte de Sevilla y Huelva, quedando en sus manos la venidera fusión con la Caja San Fernando, la misma que previamente se tragó la caja de Jerez. La caja San Fernando de Sevilla era, sin duda, la más toqueteada y manoseada por el PSOE en su funcionamiento y control interno, mientras que en El Monte el poder político era compartido con el PP, vía Huelva. Fue la época en la que un joven Mario Jiménez, con coche, chófer, despacho, secretaria y tarjeta white, se paseaba por Huelva como vicepresidente ejecutivo de El Monte, un pequeño dios en El Paraíso de Puntaumbria. En Sevilla, un hombre de Javier Arenas, Ricardo Tarno, fue elevado a la secretaría del consejo en sustitución de Pulido. Todo quedaba bajo control del PSOE, con la complicidad manifiesta del PP. Las cajas andaluzas, debe recordarse en este punto, ha sido uno de los pocos grandes asuntos en los que la derecha y la izquierda han estado de acuerdo pactando y consintiendo.

Nuestro compareciente Pulido, por tanto, ha sido testigo y protagonista de excepción del turbulento manejo de la mitad del sistema financiero andaluz, el que afecta a las provincias de Sevilla, Cádiz y Huelva. En Córdoba el caciquismo financiero estaba en manos de la Iglesia a través de CajaSur; en Málaga Unicaja con un peso pesado al frente, catedrático, llamado Braulio Medel apoyado por el PP y el PSOE malagueños y finalmente Caja Granada, primera gran victima del fracaso de aquello que Chaves llamó “caja única andaluza» llevándosela el Levante.

Con este panorama el Sr Pulido accede al poder financiero andaluz decidido a dejar su impronta personal, escalar política y socialmente y a sobrevivir lo mejor posible en la selva del sistema.

 

Profesor Fdez-Villaverde: «Hubo hundimiento porque hubo malos gestores, sí, pero hubo malos gestores porque el Partido Popular, el Partido Socialista e Izquierda Unida los pusieron ahí”.

 

En una de las comparecencias más brillantes que se han escuchado en la comisión parlamentaria, a cargo del profesor Jesús Fernández Villaverde, se puede sacar una idea bastante exacta de los males que han aquejado al sector de las cajas españolas, esto es su politización y su puesta al servicio de la burbuja inmobiliaria compitiendo con la banca. Un bucle de partidos, cajas, constructores y burbuja inmobiliaria al que hay que sumar la escasa o nula preparación profesional de sus gestores. Al respecto el profesor Fernández Villaverde fue claro, conciso y aportó datos ante los comisionados:

“Por ejemplo, aquellas cajas lideradas por gestores sin experiencia previa, casi siempre políticos, tenían un 6 % más de su cartera de créditos en el sector inmobiliario y un 1 % más de tasa de morosidad, cifras tremendas, dadas las medias del sector. Si además el gestor no tenía educación de posgrado, como de nuevo casi siempre ocurría con los políticos, la tasa de morosidad subía un 1 % adicional. Hubo hundimiento porque hubo malos gestores, sí, pero hubo malos gestores porque el Partido Popular, el Partido Socialista e Izquierda Unida los pusieron ahí”.

El futuro compareciente cordobés ante la Comisión Financiera, Pulido,  desplegó durante años sus esfuerzos por hacerse un currículo académico que culminaba al lograr el doctorado en Economía tras concluir una tesis doctoral, dirigida por un Catedrático amigo y colaborador suyo desde la época de Inturjoven, a la que tiene prohibido su acceso en la Universidad de Sevilla.

 

Fue un golpe de suerte (para Pulido) vender en 2011, en plena caída de los precios del ladrillo, una vivienda de unos 170 metros por más de un millón de euros.

 

Paralelamente, Antonio Pulido, se adecuó también al nuevo estatus social que le tocaba representar en la ciudad de Sevilla y es cuando decide cambiar de casa vendiendo la que tenía en la calle San Luis, comprándole a la familia Guardiola un enorme piso en Reyes Católicos, a cincuenta metros del Puente de Triana.  Fue un golpe de suerte vender en 2011, en plena caída de los precios del ladrillo, una vivienda de unos 170 metros por más de un millón de euros. Pulido desmintió que tuviese que ver esa magnífica venta con el hecho de que la sociedad mercantil compradora –Gabinete Jurídico y Servicios Inmobiliarios S.L– era de un viejo amigo suyo de las JJSS – Rafael González-Cobos Bautista – a la sazón presidente del Grupo Inmobiliario Ferrocarril S.A. (GIF), grupo que meses después se asociaría como ‘empresa participada‘ con Cajasol/Banca Cívica. La alianza empresarial se producía en cualquier caso en plena crisis del sector. La entidad presidida por Pulido, en esa operación, puso en manos de la empresa de su viejo amigo un activo inmobiliario valorado en 20 millones de euros, “las joyas de la corona inmobiliaria de Cajasol” en palabra de uno de sus técnicos en la materia.  En el lote iba incluido un edificio nuevo en pleno centro de Madrid – Alcalá 135 – uno de cuyos áticos con piscina se atribuyó a Pulido quien solo ha reconocido haberlo usado, desmintiendo que fuese de su propiedad. El ático está valorado en 1,2 millones de euros.

Este asunto llegó al Juzgado, llevado a la Fiscalía de Sevilla por el Observatorio contra la Corrupción que acabó judicializado la denuncia. Previamente la Fiscalía del TSJA había ordenado una investigación a raíz de la recepción de un dossier anónimo con datos de presuntas irregularidades cometidas por Pulido como gestor de la entidad que presidía. El informe policial fue remitido a la Fiscalía de Sevilla que lo unió a la denuncia del Observatorio. El juez lo acabó archivando “provisionalmente” ya que, al comparecer la nueva propiedad de la entidad, La Caixa, su representante declaró que no se sentía perjudicada la entidad por dicha operación de la que Pulido no informó en su día al Consejo de Administración ni tampoco abandonó la reunión a la hora de la votación, dada la relación mercantil y de amistad con el nuevo socio de la caja. Además, en esa época del archivo de la denuncia Pulido era todavía un alto ejecutivo del Grupo Caixa.

He ahí una de las claves que explicarían por qué en las cajas andaluzas no se ha investigado su más que discutible gestión.  Sobre todo porque en Andalucía, y a la vista está, se han cometido los mismos pecados/delitos que en el resto de entidades financieras españolas y que sí están saliendo a la luz judicial. Pulido hizo lo imposible para que Cajasol/Banca Cívica se la quedase la Caixa y no su eterno enemigo Braulio Medel desde Unicaja. Pero esa fue una decisión que sobrepasó al propio Pulido, fueron las más altas instancias del PSOE andaluz las que pactaron con el propio Isidre Fainé que la Caixa liderara la tarta comercial bancaria de Andalucía y a muy buen precio. A cambio, entre otras cosas, nada de escándalos y no hurgar en el pasado, «en el pleistoceno» que diría Susana Díaz.

 

Doce millones de euros invirtió en el lanzamiento de la nueva marca en 2012, una millonada que a Pulido le sirvió para comprar los silencios y la complicidad futura de los grandes medios españoles.

 

Pulido no usó puerta giratoria, él mismo era una puerta en sí mismo batiéndose en función de si entraba Fainé o Susana Díaz.

Tras la fusión de Cajasol con las cajas de Navarra, Burgos y Guadalajara, se crea Banca Cívica con dos presidentes, Enrique Goñi y Antonio Pulido, y este último se queda, entre otras cosas, la gestión de la partida publicitaria a repartir en medios de comunicación. Doce millones de euros invirtió en el lanzamiento de la nueva marca en 2012, una millonada que a Pulido le sirvió para comprar los silencios y la complicidad futura de los grandes medios españoles ya que sus terminales andaluzas hacía tiempo que el banquero las tenía bajo su control a cambio de migajas publicitarias o desorbitadas inversiones muy seleccionadas y no siempre con criterios profesionales o de audiencia.

Su última gran jugada fue la de no convertir la Fundación en “bancaria” sino en “privada”, todo con el objetivo de escapar al control del ministerio de Economía. De esta forma Pulido se consolida en el cargo por mucho tiempo como dueño y señor de la Fundación que un día fue de todos.

Pulido Gutiérrez no levanta admiración entre sus compañeros y compañeras de partido que conocen su trayectoria. Quizás algo de envidia entre algunos, pero hables con quien hables en el PSOE nadie sale a defender a un personaje inevitable hoy en todas las salsas del poder en Andalucía. No criticarle en voz alta tiene su explicación: es y ejerce de amigo personal de la presidenta Susana Díaz.  “Antonio es mi amigo, punto” suele atajar cualquier comentario negativo que le llega. Y efectivamente, Pulido ha sabido mantener en estos años un hilo de complicidad personal con Susana sin lógica política aparente, pero ahí está, formando parte del círculo más íntimo y apolítico de la Sra. Presidenta en sus días de asueto.

La misma dirigente que criticó que a Alfonso Guerra le jubilaran de la Fundación Pablo Iglesias, mantiene a su amigo Pulido en la Fundación Cajasol con la complicidad política del sector del PP sevillano que lidera el ministro Juan Ignacio Zoido. De la escandalera que montó el PP – sector Arenas – en el Parlamento, tras colocarse Pulido un sueldo de Embajador ante Naciones Unidas de 200.000 euros pero en su casa, nada más se ha sabido. Alguien dio instrucciones a los parlamentarios populares que “chitón” sobre el tema Pulido. Moreno Bonilla obedeció la orden y lo rubricó en abril retratándose en la caseta de feria de Cajasol con el excajero y dos copas de manzanilla por testigo. Pulido, además, esta actualmente investigado por la Audiencia Nacional junto a otros presidente del conglomerado Banca Civica, en un sumario que marcha lento pero que no se ha cerrado.

Visto lo visto no es previsible que Antonio Pulido haga grandes aportaciones a la Comisión de investigación parlamentaria encargada de indagar la crisis financiera de los últimos años, de la misma forma que no es de esperar que los comisionados tengan mucho interés en husmear cómo y por qué Andalucía ha sido colonizada financieramente.