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Qué hago yo aquí

Décadas después de la legalización del sindicato policial SUP, la lucha por la libertad sigue teniendo una importancia capital

Opinión / JOSÉ Mª SÁNCHEZ FORNET.- Es de bien nacidos ser agradecidos, dice un conocido refrán y es una buena forma de enfocar la vida, o al menos yo he procurado siempre tenerlo en cuenta. Eso hago yo aquí. Ser agradecido. Cuando me invitó Pepe Fernández a colaborar con un portal de información que se dispone a abrir a la ciudadanía no tuve que pensarlo. Mi respuesta inmediata fue sí. Colaboraré semanalmente en su proyecto porque Pepe Fernández se ha hecho acreedor a ello con su trayectoria periodística. Daré solo tres razones, aunque hay más, para explicar por qué estoy aquí.

Existió una vez un sindicato clandestino en la policía nacional, uniformada y sometida a régimen militar, algunos de cuyos miembros trataban de acelerar el cambio a una policía democrática, para lo que militaban en el citado sindicato, mientras se les aplicaba el Código de Justicia Militar con sanciones que iban desde la privación de libertad en calabozos y cárceles a la expulsión del Cuerpo, pasando por el traslado forzoso a cualquier rincón del territorio nacional. En esos tiempos de finales de la década de los setenta y principio de los ochenta, unos pocos periodistas, muy pocos, se enfrentaron a múltiples presiones de políticos y mandos militares dando voz a aquellos policías que, bajo el lema de “policía civil al servicio del pueblo”, querían romper con las viejas prácticas de la policía de la dictadura.

Entre esos periodistas y en lugar destacado estuvo Pepe Fernández, que desde su programa matinal diario o Las cenas de la Dorada en Radio Sevilla de la Cadena SER, y en otros, mantuvo siempre informado a sus oyentes de las vicisitudes de aquellos hombres (todavía no habían entrado las mujeres en la policía uniformada) que en pos de una democratización y desmilitarización de la Policía Nacional se exponían a ser encarcelados, trasladados a mucha distancia de donde trabajaban y vivían con sus familias y a ser expulsados de su profesión.

En marzo de 1984, cuando la dirección del SUP decidió presentarse a cara descubierta en Sevilla –siendo todos expedientados, claro–, Pepe Fernández abrió los micrófonos de la SER invitando a la tertulia de esa noche a los miembros de la dirección clandestina del sindicato».

En el libro Memorias de una lucha clandestina de Pepe Tejero, uno de los primeros policías clandestinos en Sevilla, que abarca la actividad en la ilegalidad entre 1976 y 1985, se recoge algún pasaje en el que se cita a Pepe Fernández, recordando lo importante en aquellos momentos de encontrar a periodistas valientes que no se dejaban callar por presiones de nadie (y me consta que Pepe Fernández sigue actuando igual). En marzo de 1984, cuando la dirección nacional clandestina decidió presentarse a cara descubierta en Sevilla –siendo todos expedientados, claro–, Pepe Fernández abrió los micrófonos de la SER invitando a la tertulia de esa noche a los miembros de la dirección clandestina del sindicato, a pesar de que desde el primer momento la cúpula militar protestó enérgicamente contra el Gobierno porque el diputado del PSOE entonces, Pablo Castellano, remitiera un telegrama de apoyo a los policías. Por habernos apoyado en los tiempos más duros, en los que hacerlo podía costarle el trabajo también al periodista –aunque al periodista independiente que no acepta consignas partidarias le sigue pasando hoy– tengo una razón para agradecer a Pepe Fernández lo que hizo y esa es mi primera y principal razón para estar aquí.

Si no fuese bastante motivo, que lo es, lo antes expuesto, mi segunda razón es por la libertad de expresión, elemento fundamental para el mantenimiento de una mínima calidad democrática, el contrapeso imprescindible del poder, que en una sociedad como la nuestra, tan carcomida por la corrupción es especialmente necesaria, y siendo yo un activista contra la corrupción no voy a desaprovechar esta oportunidad de aventar las malas prácticas que a diario conocemos en este país.

Y mi tercera razón es porque Pepe Fernández nos pide decir la verdad en el marco legal existente,  y garantiza el pluralismo e independencia respecto de todos los poderes fácticos o establecidos que pretendan condicionar nuestra libertad de informar y opinar. Todas ellas son razones de peso para participar en este proyecto ilusionante.

Aunque el editor no me ha señalado ningún asunto concreto y puedo escribir de lo que quiera, por razones elementales me centraré en los asuntos que tengan que ver con policía, seguridad, derechos civiles, corrupción…aunque al hablar de corrupción ya se abre tanto el abanico que es como decir de todas las instituciones y muchas de sus prácticas, unas heredadas del régimen anterior, la dictadura franquista, y otras asumidas por una casta política depredadora que no ha cejado en darse todo tipo de privilegios. Como si el hecho de ocupar un puesto o cargo, ya sea en elecciones o nombrado por algún amigo o coetáneo, les diera patente de corso y derecho para usar, abusar y despilfarrar el dinero y los bienes públicos de todos, que han esquilmado desde la transición hasta nuestros días.

Lectoras/es, bienvenido/as a esta sección donde trataremos de coger Al Toro, por los Cuernos.