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Rajoy pone en Interior a quien destapó el Caso EREs

Pepe Fdez
Pepe Fernández

Juan Ignacio Zoido, juez en excedencia y ex alcalde de Sevilla, ha sido nombrado nuevo Ministro del Interior en sustitución de Jorge Fernández Díaz.
Zoido fue el político andaluz que, tutelado entonces por Javier Arenas, formalizó ante un juzgado de guardia denuncia sobre la grave corrupción detectada en  la empresa Mercasevilla.

De aquel sumario sobre saqueo y mordidas en la lonja sevillana, cuya instrucción recayó en una vieja amiga y compañera de Zoido, la magistrada Mercedes Alaya, se desgajaría poco después la pieza de la trama Eres que dio pie a una larguísima instrucción de años y que, políticamente hablando, ha acabado sentando en el banquillo a dos ex presidente federales del PSOE como ex presidentes de la Junta.
El nombramiento de Zoido, nada más y nada menos que en el Ministerio del Interior, podría dar pie a los malpensados para creer que estamos ante un nombramiento provocación a los socialistas. Entre otras cosas porque la noticia del nombramiento de Zoido en Interior –lagarto, lagarto– ha sentado francamente mal entre las bases socialistas sevillanas, martilleadas desde hace días en las calles con reproches de amigos y conocidos que comparten resignados en silencio. Algunos se fueron a ver procesionar al Gran Poder por las calles de Sevilla.

 

«Le podrían haber puesto en Fomento»

“Lo podrían haber puesto en Fomento que por lo menos nos iba a poner de dulce Sevilla” me confesaba un deprimido y desencantado socialista. “Pero en Interior, manejando a la Policía y a la Guardia Civil, la verdad es que es para inquietarse”.
Pero el nombramiento de Zoido para el ministerio de la Ley Mordaza nada tiene que ver con una supuesta maldad rajoniana contra el PSOE y menos contra Susana Díaz a la que el presidente del Gobierno dicen que considera “una mujer con sentido de Estado, aunque no esté de acuerdo con sus ideas”.
Hay que husmear en las interioridades del Partido Popular en Andalucía para entender las motivaciones que han sobrevolado la nominación de Zoido y no otro como ministro. Antonio Sanz, por ejemplo, posiblemente el más eficaz y discreto delegado del Gobierno que ha tenido el PP en Andalucía. Y la primera gran conclusión que se obtiene tiene que ver con lo que parece que simboliza el final de la Era Arenas.
Efectivamente, tras la enésima espantá de Arenas a Madrid dejó a Zoido al frente del cortijo con la pretensión de que ejerciera de capataz. Eso casi nunca funciona en política y en este caso no fue una excepción. Zoido acabó en los brazos de la gran enemiga de Arenas, Maria Dolores Cospedal, que le dio el sitio que le negó su mentor y promotor.
El dedazo colocando a Juanma Bonilla en vez de José Luis Sanz como pretendían Cospedal y Zoido provocó que se visualizase por la opinión pública la existencia de dos bandos bien diferenciados y claramente enfrentados.

Varios pájaros de un tiro

Que el BOE de esta mañana publique el nombramiento de ambos como ministros del gobierno viene a certificar que Rajoy ha querido matar varios pájaros de un tiro. Y vaya Ud. a saber si, en el fondo, este nombramiento de Juan Ignacio no lleva aparejada por su parte alguna contrapartida de futuro.
Son muchos en el PP andaluz los que empiezan a sostener, siempre con cautela, que se deben preparar para gobernar Andalucía dentro de dos años. Están convencidos de que cuando lleguen las próximas autonómicas el PSOE no las vuelve a ganar como hasta ahora, máxime si Susana Díaz desaparece de los carteles para dejar a María Jesús, Veronica, Mario o Chiqui. Todo ello sin contar en cómo quede el partido tras la guerra abierta en su seno. De ahí que se extienda la idea dentro del PP de que esta vez parece que puede ir en serio y que deben ensayar para deambular por el viejo seminario de San Telmo.
La falta de liderazgo claro en el PP andaluz es, sin duda, uno de los factores que más preocupa porque Juanma no acaba de despegar como líder, no genera ilusión en las bases. Hasta hoy 4 de noviembre no sabe la militancia que Arenas ya no pinta lo que pintaba en el partido y que quienes tienen las pistolas y la munición son otros. El PP ganó las elecciones generales del 26-J en Andalucia, algo que a Susana no le gusta recordar, pero esa victoria no es imputable a un liderazgo regional, sino a una tendencia generalizada del electorado de centro derecha en toda España.

Tensionar al PP-A

Con este movimiento de piezas que ha hecho Mariano Rajoy parece claro que ha puesto en tensión al partido en Andalucia, entre otras cosas porque nadie será capaz de decir desde el Sur que le haya susurrado a Mariano al oído el nombre del ministrable Juan Ignacio, ni el de ningún otro. Si alguien lo ha hecho se llama Maria Dolores Cospedal, la nueva jefa del Ejército español, nadie más.
Bonilla, por tanto, no puede colgarse esa medalla entre otras cosas porque la nueva correlación de fuerzas establecida le deja más bien frente al bando ganador, el mismo al que él venció cuando Soraya y Moragas le apadrinaron con la complicidad interesada de Arenas para presidir el PP-A en contra de Sanz, Zoido y Cospedal.
De los cuatro andaluces en el gobierno, dos de ellos son cartas que seguramente Rajoy podría llegar a jugar llegado el momento y creada la necesidad en base a los sondeos. Fátima Báñez y Juan Ignacio Zoido son dos figuras emergentes en el PP y en sus manos, Rajoy, ha puesto una fenomenal maquinaria para ganar popularidad y votos, las políticas sociales y la seguridad ciudadana. Pero de momento dejemos que arranque la Legislatura, que llevamos perdidos muchos meses.