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¿Renovarse?, no, refundarse o morir

Benito Fdez 2
Benito Fernández*

Todos sabemos que hasta hace unos años a los huracanes les ponían nombre de mujer (Wiilma, Katrina, Camille) y el pasado sábado un huracán con fortísimos vientos del sur llamado Susana pasó por Ferraz arrasando con su tsunami a una Ejecutiva que intentaba dinamitar las esencias socialdemócratas del centenario Partido Socialista Obrero Español para entregarlo atado de pies y manos a un puzzle de diversas ideologías que oscilan entre la derecha nacionalista del PNV o la antigua CiU, a la izquierda independentista de ERC o Bildu o ese nuevo anticapitalismo desfasado que representan Podemos y sus afines. Porque ya se sabe, por más en secrerto que se haya llevado, que el golpe de mano del Comité Federal que le dio la patada a Pedro Sánchez lo provocaron las conversaciones bajo cuerda que el secretario general del PSOE estaba manteniendo con Podemos y con otras fuerzas independentistas con el único fin de obterner su respaldo en una supuesta investidura.

Hasta ahí todo claro en el fondo de la cuestión. Otra cosa han sido las formas enpleadas por unos y otros en esta batalla a cara de perro que han hecho sentir vergüenza ajena a millones de españoles y, sobre todo, a miles de militantes socialistas. Ni los pedristas ni los susanistas han hecho gala de lealtades democráticas y juego limpio. Ambos han abusado de artimañas ladinas y poco claras más propias de dictaduras o de regímenes totalitarios que de una formación política a la que, como en la mili, se le suponían unos valores éticos fuera de toda duda.

Ni los pedristas ni los susanistas han hecho gala de lealtades democráticas y juego limpio.

Pero como decía Julio César, “alea jacta est”, la suerte está echada y Pedro Sánchez se ha visto obligado a dejar esa primera fila del hemiciclo para ser relegado a la quinta, al lado de su íntimo enemigo Madina con lo que el Grupo Socialista en el Congreso de los Diputados ha quedado descabezado en unos momentos claves en los que se dilucida el futuro de España. La Comisión Gestora que dirigirá el partido hasta el nombramiento de la nueva Ejecutiva está encabezada por un “hombre bueno”, el asturiao Javier Fernández, flanquedado por dos andaluces, Mario Jiménez y María Jesús Serrano(lagarto, lagarto) y lo primero que tiene que lograr es que no se celebren esas tan temidas elecciones del 18 de diciembre que supondrían el golpe de gracia al moribundo partido que les ha dejado en herencia Pedro Sánchez.

Y para evitarlo no hay más tu tía que permitir, con todas las condiciones que se quiera, que Rajoy pùeda ser investido. El dilema es complicado porque toda esta movida le ha dejado a Rajoy con la sartén por el mango para exigir condiciones.No sé lo que ocurrirá aunque yo apostaría lo que fuera que el PSOE va a tener que tragar carros y carretas si no quiere que vayamos a unos comicios que en estos momentos temen todos excepto el PP y puede que Podemos, locos por dar el sorpaso y consolidarse como la primera fuerza de la izquierda.

El dilema es complicado porque toda esta movida le ha dejado a Rajoy con la sartén por el mango para exigir condiciones.

Dejando a un lado estas cuestiones que sin duda concentrarán las teorías de los expertos tertulianos hasta finales de mes, lo que creo que es más importante de este descalabro socialista es la necesidad no de una renovación del partido, sino de una nueva refundación similar a la que llevó a cabo Felipe González en Suresnes hace ya la friolera de 42 años. Para evitar “pedradas” como la de Sánchez y veleidades neomarxistas hay que dejarle claro a la militancia cuales son las directrices ideológicas del PSOE. El PSOE no puede renunciar a su sentido españolista por más que pida un teórico Estado federal y se tiene que alinear con las socialesdemocracias europeas alejándose de los cantos de sirena de los populismos tan en boga. Puede que los militantes quieran otra cosa, pero son los dirigentes quienes, al final, tienen que definir el futuro. Los referéndums ya se ha comprobado en Inglaterra o Colombia, que los carga el diablo cuando son convocados por los ineptos.

Y otra cosa. Cuando las barbas del vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar. El PP está muy contento con la crisis socialista, pero debería tentarse la ropa porque puede que no esté lejos la hora de que les llegue el turno a ellos. Cuanquiera que tenga dos dedos de frente es capaz de augurar que los dos grandes partidos que han gobernado España desde la muerte de Franco, necesitan, como la Constitución, una revisión a fondo de sus estructuras. No se trata solo de reformas transitorias y de cambio de líderes, tanto PSOE como PP necesitan una refundación total que adapte tanto las formas como el fondo a los nuevos retos que exige la sociedad. Como no lo hagan pronto y con cabeza van encaminados a la desaparición. El que avisa no es traidor.

 

*Benito Fernandez es periodista.