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Reválida a la corrupción

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Ramón Triviño*

La sesión de investidura a la que asistimos en el Congreso de los Diputados ha supuesto de hecho una reválida a la corrupción que inunda las filas del Partido Popular. La decisión adoptada, tanto por Ciudadanos como por el Partido Socialista, de apoyar a Mariano Rajoy en su investidura ha venido a ‘lavar’ , digan lo que digan, una de las más odiosas prácticas de los populares y que, además, supone una de las mayores preocupaciones de los españoles, según el CIS.
Más de uno se ha entretenido en contabilizar los casos de corrupción que afectan al PP. Un total de 54 procedimientos judiciales, por ahora, que “pringan” a cerca de 500 imputados, casi todos ellos relacionados con el PP. A pesar de ello, Rajoy, en su discurso de investidura, de 40 minutos de duración, dedicó tan sólo dos minutos a tan sangriento problema. Se despachó diciendo que “hemos aprobado numerosas medidas para luchar contra la corrupción y promoveremos cuantas sean necesarias. No hay impunidad”. Dando a entender que el problema está totalmente resuelto y que no existe un solo caso de impunidad.

 

Ciudadanos y buena parte de los diputados del PSOE, van a revalidar, además, otra larga serie de políticas austericidas que no son moco de pavo.

 

Frente esta actitud de Rajoy están los que piensan que en toda Europa su célebre frase «Luis sé fuerte» y sólo teniendo en cuenta la trama Gürtel, le habrían costado el puesto al presidente del Gobierno. Por lo que el reproche de Antonio Hernando, portavoz del PSOE, «¿qué tiene que ver la infalibilidad con intentar anular el juicio de la Gürtel?», no le salva ni a él, ni a los diputados socialistas que apoyen la abstención, de revalidar las políticas desarrolladas por Rajoy. Como ha dicho el también socialista Jordi Sevilla “dado que no ha sido posible un gobierno del cambio, no se puede decir que una mayoría alternativa gobernará desde el parlamento”. Es un craso error.
Y eso es así, porque Ciudadanos y buena parte de los diputados del PSOE, van a revalidar, además, otra larga serie de políticas austericidas que no son moco de pavo, como las que han recortado los derechos sociales, la Educación, la Sanidad, la libertad de expresión, en definitiva, las que han dejado en puro esqueleto al llamado Estado de Bienestar.

Unas políticas que vienen avaladas por el conjunto de la derechona, como se viene demostrando a lo largo de las últimas semanas, provocando o incitando el #golpedemano en el PSOE y que, si un milagro no lo remedia, seguirán siendo aplicadas en el futuro, ya que Rajoy demostró en su examen de reválida que no está dispuesto a cambiar.

Para ello, Mariano Rajoy, en su discurso de investidura no tuvo ningún empacho en mentir para sostener sus tesis. Dijo que España es el país que más empleo crea, cuando es el número 14 de Europa según los datos de Eurostat. También mintió cuando dijo que “España es fiable y eso se traduce en los intereses que paga nuestra deuda”, cuando en realidad la prima de riesgo de España se reducido gracias a la compra de deuda por parte del Banco Central Europeo.

 

Toda esta serie de argumentos me llevan a concluir que Antonio Hernando, ahora mismo la voz del PSOE o de una parte de los mandarines socialistas, se ha contagiado de Mariano Rajoy.

 

También es mentira la afirmación de que los “españoles han mostrado en dos ocasiones, tanto en diciembre como en junio, su clara preferencia por el Partido Popular”. La realidad es que los votantes se inclinaron por el Partido Popular como la minoría más votada. Tampoco es verdad, lo que dijo Rajoy, respecto a lo razonable que es en una democracia consolidada gobierne la fuerza política que tenga más apoyos entre los ciudadanos. Cuando solo en 4 de los 28 países europeos gobierna un solo partido. Y en cinco de ellos –Dinamarca, Bélgica, Luxemburgo, Letonia y Portugal– el primer ministro o presidente no es el candidato del partido más votado.

Y así hasta una media docena de mentiras, o medias verdades, relacionadas con la Educación, la corrupción, o su apuesta por el diálogo, que demuestran que Rajoy sigue siendo el mismo presidente mentiroso y manchado por la corrupción, como proclamaba mi colega Ignacio Escolar desde las páginas de eldiario.es.

Toda esta serie de argumentos me llevan a concluir que Antonio Hernando, ahora mismo la voz del PSOE o de una parte de los mandarines socialistas, se ha contagiado de Mariano Rajoy y no dice la verdad cuando ha afirmado desde la tribuna del Congreso que «los ciudadanos son nuestra fuerza y nuestro destino». Habrá que verlo en los próximos días.

 

 

*Ramón Triviño es Periodista