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Reyes, Democracia, Sociedad y Derechos

ACTO 40º ANIVERSARIO PRIMERAS ELECCIONES

 

Jose Manuel Sanchez Fornet
José Manuel Sánchez Fornet*

Con motivo del acto de conmemoración del 40 aniversario de las primeras elecciones democráticas organizado en el Congreso de los Diputados, se ha producido una polémica por no haber sido invitado a la misma el rey emérito, quien por personas cercanas ha hecho saber su malestar por ello. Desde la Casa Real se ha alegado que el anterior jefe del Estado había manifestado su deseo de no coincidir con su hijo el Rey en actos solemnes para que recayera sobre el mismo todo el protagonismo del evento en cuestión. Otras especulaciones han surgido sobre La influencia de la reina consorte Letizia en esa decisión por sus malas relaciones con su suegro, mientras el rey Felipe VI calla. ¿Qué ha pasado en realidad? ¿Cuál es la razón de esta ausencia y posterior polémica? Como en otras cosas, nunca lo sabremos porque la política y las instituciones en este país no son transparentes ni nadie hace el más mínimo esfuerzo por respeto a la ciudadanía para que conozcamos la verdad. España es una democracia donde la hipocresía, la mentira, el disimulo y el cinismo son la norma común de funcionamiento de su clase política, incluyendo a la Corona, con un desprecio propio del despotismo ilustrado hacia una plebe ignorante que creen ser ciudadanos, y que está más cerca, por ese trato de las autoridades políticas e institucionales, de la condición de súbditos.

 

Si aplicamos el sentido común llegamos a la conclusión de que el rey emérito no ha ido porque su hijo y actual rey no ha querido. Su ausencia es responsabilidad del Rey Felipe VI. Un acto como ese no se organiza sin despacharlo con él, que supo desde el primer momento que se estaba excluyendo a su padre del mismo. Pero este rey, como su padre, es inimputable e irresponsable, en el sentido de que nadie le pide cuenta por actos y errores si los comete. Es una democracia muy peculiar la nuestra y una jefatura del Estado que de derecho pinta poco pero de hecho influye en todas las decisiones políticas por la subordinación de los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE.

 

El REY EMÉRITO

 

El rey emérito ignoró a su padre aliándose con Franco, aceptando ser nombrado jefe de Estado a título de rey sin que su padre hubiese cedido los derechos dinásticos, lo que hizo unos años después de asumida la jefatura del Estado por Juan Carlos I, y parece que en nuestra saga real las relaciones de padre e hijos suelen ser conflictivas. Ese comportamiento del rey emérito, como el de la gestación del 23F, la muerte accidental de su hermano y sobre cuyo cadáver –sin autopsia- se ha escrito que su padre le hizo jurar que había sido un accidente (se cuenta que Juan de Borbón, tiempo antes del accidente, había amenazado a Juan Carlos con desheredarlo de los derechos dinásticos y cederlos a su hermano menor por su sometimiento a los designios del dictador), sus amantes (Sandra Mozarowsky, Nadiuska, Bárbara Rey, Marta Gayá, Corina, …), su enriquecimiento, desconocido, porque es sabido que llegó al cargo sin dinero ni posesiones y hoy sigue un manto de oscurantismo sobre a cuánto asciende su fortuna y como la consiguió, como sobre los acuerdos con las dinastías árabes, comisiones recibidas y otros asuntos oscuros sobre los que de hecho se informa poco o nada en este país.

 

Es una democracia muy peculiar la nuestra y una jefatura del Estado que de derecho pinta poco pero de hecho influye en todas las decisiones políticas

 

 

¿CABE LA MENTIRA EN INSTITUCIONES Y EN LA POLÍTICA EN DEMOCRACIA?

 

Esa opacidad, que se heredó de la dictadura y que supone impunidad y actuaciones al margen de la opinión pública en asuntos que afectan a la calidad de la democracia, es la pauta de funcionamiento de todas las instituciones en este país. Crearon un sistema político de privilegiados miembros de una Casta, la política, que se extendió como una plaga y ha multiplicado hasta el infinito instituciones, empresas, organismos y cargos innecesarios pero con salarios muy superiores a los que recibe cualquier ciudadano de clase media del país. Y no son solo los diputados de todas las comunidades autónomas y del Estado, que todos cobran muy por encima de la media salarial de la ciudadanía de su territorio, con otros muchos privilegios añadidos y pudiendo compatibilizarlos con otros trabajos e ingresos, aprovechando su escasa jornada laboral para resolver los problemas del pueblo, que les debería llevar a trabajar 80 horas semanales si tuvieran conciencia de la situación de una gran parte de la sociedad, sino el nepotismo con familiares y amigos y la esquilma de la riqueza del país en organismos y cargos multiplicados y estériles. La corrupción es un asunto que parte de esta impunidad y descontrol en un régimen hecho para mantener las estructuras del anterior, la dictadura.

 

España es el único país que ha pasado de una dictadura a una democracia sin una Comisión de la Verdad y el único donde no se ha dado reparación a las víctimas, esas decenas de miles que siguen en cunetas y fosas comunes mientras los nombres de sus asesinos nombran calles y plazas. Visto con la perspectiva temporal de hoy, la amnistía aprobada en 1977 no era para hacer justicia con los políticos y sindicalistas encarcelados sino para proteger a los torturadores y sostenedores de la dictadura.

 

Los medios de comunicación de masas dependen de licencias y publicidad institucional, de decisiones políticas que pueden hacer viable o inviable el negocio;

 

 

En la dictadura los prebostes del régimen eran los dueños del país y en la democracia se ha procedido a repartir esa riqueza entre unos pocos privilegiados. Se ha desmantelado la riqueza del Estado privatizando decenas de grandes empresas saneadas y con beneficios o en sectores estratégicos, que han pasado a ser empresas privadas de unos pocos afortunados bien relacionados con círculos de poder que se han repartido miles de millones de euros. Ahora mismo contemplamos que en numerosos ayuntamientos se privatizan servicios de agua, limpieza y otros, con un coste mayor para las arcas municipales que si fuese público, pero la legalidad lo permite. Y se puede hablar de empresas y organismos públicos como Arpegio en Madrid, IDEA en Andalucía y otros muchos en todas las comunidades autónomas, que han manejado ingentes fondos públicos sin control y sobre los que es prácticamente imposible llevar a cabo una auditoria y una investigación severa, porque quienes las crearon, gestionaron y sus actuales dirigentes no lo permiten porque pueden verse salpicados ellos o salpicar a algunos de los “padres” de la Patria en el pasado. Y perro no come carne de perro.

 

Esta es hoy una sociedad donde se destinan miles de millones de euros a rescatar la banca mientras mueren miles personas por falta de un medicamento para la Hepatitis C porque es caro.

 

 

Los medios de comunicación de masas dependen de licencias y publicidad institucional, de decisiones políticas que pueden hacer viable o inviable el negocio; el poder judicial está sometido a nombramientos por decisiones políticas (ahí están ejemplos como el de Grande-Marlaska, ascendido a presidente de Sala y vocal del Consejo General del Poder Judicial tras cerrar por tres veces la investigación del yak-42; o Manuel Moix, cerrando sin una sola diligencia denuncias contra la Comunidad de Madrid por las que años después está en prisión Ignacio González, lo que le impulsó a jefe Anticorrupción; por no remontarnos al nombramiento del juez Pascual Estevill en el CGPJ, propuesto por CiU –Pujol-, del que fue destituido cuando ingresó en prisión, acusado de enviar a prisión a inocentes si no pagaban sobornos, en una trama mafiosa organizada con el abogado Piqué Vidal que fue defensor de Pujol en el caso Banca Catalana). De estas cosas se habla poco. Se cuenta la sentencia y el caso aislado pero no se relacionan hechos tomando plena vigencia la frase de que los árboles nos impiden ver el bosque, y la multitud de casos aislados impiden valorar que es el sistema el que está corrompido y hay que cambiarlo desde los cimientos, creando una democracia social y de derecho como dice la Constitución, pero de verdad, no de mentira. Con reyes o sin ellos, en democracia la verdad es un derecho civil de la sociedad.

 

UNA SOCIEDAD CIVIL CON DERECHOS

 

España necesita una Comisión de la Verdad, proceso constituyente y referéndum. Con reyes o sin ellos, una democracia que respete los derechos humanos.

 

 

Esta es hoy una sociedad donde se destinan miles de millones de euros a rescatar la banca mientras mueren miles personas por falta de un medicamento para la Hepatitis C porque es caro, o porque en su autonomía no han sido capaces de priorizar y gestionar la sanidad, debiendo esperar 9 años para una reducción de estómago (Amaresh, asturiana, muerta el 31 de diciembre pasado con 24 años, tras cuatro de espera y cinco más que faltaban hasta que llegara la fecha de la operación. ¿No es capaz el Estado de organizar un sistema de atención a enfermos en todo el territorio para casos como este y otros?). Vivimos en una sociedad adormecida donde la verdad oficial es falsa y mantiene a la sociedad en una obra de teatro ópera bufa cuyo guion es la mentira. Un sistema donde la Iglesia puede, desde un cambio legislativo en la ley hipotecaria de 1998 (PP de Aznar), inmatricular, hacerse con la propiedad de ingente patrimonio que no era suyo sino del pueblo, de la ciudadanía, ante la inopia de las demás fuerzas políticas, singularmente el PSOE viejo a quien no se le recuerda ni una mala palabra ni una buena acción sobre esta medida. Una sociedad donde no eres dueño de tu vida ni ante una enfermedad degenerativa que te impide ser dueño de tus actos y que te mantiene como un vegetal y con dolor por razones ideológicas religiosas, porque no tenemos una ley de eutanasia que lo regule. Una sociedad con una ley laboral que convierte en casi esclavos a los trabajadores, sometidos a salarios de hambre y jornadas inhumanas porque no hay un control efectivo de esa explotación laboral ni mecanismos de denuncia y garantía para el trabajador.

 

En este clima social, que el sindicalista Fernández Villa haya resultado un delincuente traidor a su clase tras ser el sindicalista que más poder acumuló, elevado a los altares por dirigentes de su organización, del PSOE y de mineros ignorantes de su enriquecimiento, y que su antecesor en el cargo Antón Saavedra fuera un apestado durante años por denunciar públicamente lo que estaba pasando sin que ni el SOMA UGT, ni el PSOE, ni la fiscalía ni las instituciones le hicieran caso, forma parte de las reglas del juego de este sistema corrupto. Que la Policía española se organice con sistemas operativos de identificaciones masivas, ilegales, que no mejoran la seguridad ciudadana y vulnerando derechos civiles de la ciudadanía para obtener inútiles estadísticas mientras no se atienden llamadas urgentes al 091 (miles sin atender cada mes) no le importa a nadie.

 

Una sociedad hipócrita, falsa, asentada sobre una ciénaga política que insulta a la plebe con mentiras de cuentos infantiles, que impulsa los más bajos instintos y desprecia los valores y principios de una sociedad civil, formada, honrada, de trabajadores dignos que conocen sus derechos y los defienden. España necesita una Comisión de la Verdad, proceso constituyente y referéndum. Con reyes o sin ellos, una democracia que respete los derechos humanos entre los que se encuentran los civiles, políticos y sociales de la ciudadanía, y una clase política dispuesta a servir al pueblo y no a servirse de él para vivir en condiciones de confort que nunca habrían alcanzado fuera de la política.

 

*José Manuel Sánchez Fornet es  Policia. Ex Secretario General del SUP. Portavoz del Observatorio contra la Corrupción.

@sanchezfornet