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Rogelio Mena se va, ¿será capaz de soportarse?

Perfil  del alcalde de Albox  que deberá abandonar el cargo tras haber sido condenado por la Justicia a dos años y seis meses de inhabilitación. Su calvario judicial, solo acaba de empezar.

 

Jorge Colipe
Jorge Colipe

El hasta este minuto alcalde de Albox Rogelio Mena se va, y la pregunta que me surge es si será capaz de soportarse. Mena es de esos tipos que aún estando solo en casa es capaz de generar una gran discusión, montar el pollo, gritarse, amenazarse e inclusive redactar comunicados de prensa al mejor estilo NO-DO contra si mismo, el del piso de al lado o la comunidad de vecinos. Ese es Rogelio, de quien sospecho que le hubiera gustado ser abogado o notario, para lucir su traje azul y su infaltable corbata roja, mientras echa gente a la calle, manda inspecciones municipales a los críticos o te envía agentes a tu casa para ver si estás haciendo obras, quizá como una manera de intimidarte. Todo lo que sugiero en este último párrafo es tremendamente cierto y lamentable, un servidor público que se sirve de su estatus para machacar al débil, para faltar el respeto, para amenazar al amenazable, para imponer su ley.

Según mi opinión, su protagonismo en los gobiernos del PSOE albojense, solo han traído ruina y sospechas, deuda pública y miedo.  Progreso le llama Mena; para unos pocos agrego yo.

Llegó siendo comunista

Rogelio, es ese muchacho nacido en Francia y huido de Macael, que aterrizó en Albox en sus tiempos de comunista, cuando Los Puntas  le albergaron y a quienes según me cuentan, traicionó a la primera de cambio. Eran épocas donde solo dos autobuses te llevaban, y el de Izquierda Unida siempre se quedaba a mitad de camino.

Entonces Rogelio se sumó a las filas del PSOE, partido cuyo autobús sí te llevaba hasta la cima, y ahí se subió junto a su cuñado José Tébar, el camarero cuya suerte cambió en los últimos años y se convirtió en un próspero empresario a quien la justicia le sigue los pasos. Tébar “el Asesor” fue una extremidad más de Rogelio Mena en el Ayuntamiento de Albox cuando a su cuñado Rogelio la política le sonreía y Cándido Méndez, luego Susana Díaz, le permitían acercarse para hacerse un selfie.

Según declaran los concejales de la primera legislatura de este último gobierno municipal del PSOE, Tébar era los ojos y las manos de Mena, pegado a José García Navarro, todos los movimientos del Pepillo eran controlados por Mena y su gente hasta que, como dice la ex concejala de Hacienda Esther Soto, “Pepe se pasó al lado oscuro”. Eran épocas de bonanza, Zapatero y su Plan E, metían millones en todo el país. Albox se benefició de esas cuestionadas inversiones, aunque insisto que algunos más otros, de ahí las sospechas fundadas del PP y el Fiscal jefe.

[blockquote style=»1″]Cuando Rogelio vende que es un recién llegado a la política de Albox, falta a la verdad. Desde que su inseparable compañero de aventuras Francisco Pérez Conchillo fue alcalde allá por los años ´80, Rogelio Mena corta el bacalao en la localidad.[/blockquote]

La crisis tenía mosqueado al personal y los arquitectos se quejaban con la boca chica, porque los trabajos se los llevaba siempre la misma empresa. A Pepillo le pusieron una secretaria personal, en ese momento pareja del hermano del cuñado de la hija de Rogelio Mena. Entre asesores, secretarias y buena vida, José García Navarro estaba rodeado. Cambió sus ropajes de maestro de flauta y se enfundó unos pantalones rojos, señal de alarma para su entorno que presagiaba que la cosa pintaba mal. El maestro rural pagaba con dinero de los vecinos suites de mil euros la noche en Madrid y no se bajaba del Audi A6, el coche oficial, con el que presumía de ministro. Cambió de amigos y hasta de mujer, se quedó con la secretaria, una rubia y agraciada muchacha que ha sobrevivido a día de hoy, entre tanto fuego cruzado gracias a la protección de Mena, entre otros.

Cuando Rogelio vende que es un recién llegado a la política de Albox, falta a la verdad. Desde que su inseparable compañero de aventuras Francisco Pérez Conchillo fue alcalde allá por los años ´80, Rogelio Mena corta el bacalao en la localidad. En el 2003 encabeza la lista del PSA acompañado por el mismo Pérez Conchillo y por Paco Sánchez, hermano de su yerno, ambos propietarios de la empresa Alcaina, sociedad beneficiaria de la mayoría de los trabajos y obras realizadas en Albox durante la gestión socialista.

Los ‘dinosaurios’ contra Pepillo

Recapitulemos. En Albox gana el PSOE en 2007. El partido obliga a las facciones a juntarse. José García Navarro encabeza la renovación, Rogelio Mena a los dinosaurios, como les llama el propio García a sus nuevos socios. Ganan por mayoría aplastante después de 16 años de partido Popular. El alcalde es José García, custodiado por la gente de Mena; el Asesor, la Secretaria, el segundo teniente de alcaldía (Pérez Conchillo) responden a Rogelio. Mena ejerce de primer teniente alcalde. La empresa de las obras, también está vinculada a este grupo. No sé si me explico. Blanco y en botella. Los jóvenes renovadores se fueron escaldados por la puerta de atrás y una de ellas, Esther Soto, se fue directamente a denunciar a la UCO algo que en cualquier momento volverá a ser noticia. Esa denuncia cajoneada por la justicia, le desmonta a Mena su delirio persecutorio. Si esa información, después de dos años de investigación de agentes de la Guardia Civil, sale a la luz, otro gallo estaría cantando, y desde hace rato.

A Pepillo lo pringaron el primer día, dicen los protagonistas de entonces; el joven maestro rural sucumbió ante los destellos de las fotografías y la vida fácil, y hoy se juega el tipo sentado en el banquillo en varias causas con pronóstico reservado.

Lo pringaron o se dejó pringar. Para el caso es lo mismo. El rumbo que tomaron los acontecimientos le llevó a dimitir como alcalde de Albox en enero de 2013. La versión que dio oficialmente en su comunicado, fue que se iba “por falta de ilusión”, aunque en las mesas de los bares confesara que se iba cansado de las presiones y zancadillas de los dinosaurios. “En política hay que saber irse”, nos confesó en una cafetería, y ellos (los dinosaurios) no están dispuestos a hacerlo.

susana diaz y rogelio mena web
Los nombres de Susana Díaz y Rogelio Mena, unidos en el mármol para siempre.

En el medio, el que se fue, espantado fue el secretario, para desde entonces tirar de un secretario accidental que le baila el agua al mandamás y ya veremos las implicancias. Lo mismo el interventor y quienes se han puesto a tiro, en esta picadora de carne que se llama Rogelio Mena.

[blockquote style=»1″]A Pepillo (ex alcalde García Navarro) lo pringaron el primer día, dicen los protagonistas de entonces; el joven maestro rural sucumbió ante los destellos de las fotografías y la vida fácil, y hoy se juega el tipo sentado en el banquillo en varias causas con pronóstico reservado.[/blockquote]

Mismos perros, distintos collares.

Entonces Albox, cambió de perro pero no de collar. Las cosas se siguieron haciendo de la misma manera pero a lo bruto. Al estilo Rogelio Mena, al que no le pegan sus actitudes, con el traje azul y la eterna corbata roja. Mano dura y a controlar el cotarro a latigazos. Los que no son de la cuerda lo tienen duro. Para esto Mena escala en el PSOE andaluz y Susana Díaz lo hace Secretario de Ideas. Las denuncias de la oposición ya estaban en la fiscalía y su proyección política se paró en seco. Ese “maricón de mierda a quien arreglo con dos hostias”, como le dijo Mena hace unos días a un empresario, en referencia al líder de la oposición Juan Pedro Pérez Quiles, le hizo hincar las rodillas.

Ahora en Albox hay un cartel que debiera circular entre los concejales del equipo de gobierno, esos socialistas albojenses que tienen de socialistas lo que yo de Brad Pitt, que diga: “Se busca pardillo dispuesto a comerse el marrón de la alcaldía”. Los pardillos en cuestión, son los que cobran un sueldito o un sueldazo en el pesebre socialista. Por el sueldito o por el pringue, habrá que seguir sosteniendo el sombraje y el negocio. No sé si les compensará defender lo indefendible, aunque cobren 3.000 euros por 14 pagas.

A estas horas, sus lloronas velan el cadáver de Mena, siguiendo la consigna de que volverá. “Volveré y seré millones” decía Evita. Rogelio no volverá, más bien todo lo contrario.

Habrá que ver si Rogelio se soportará. Si será capaz de bajarse del Audi de los vecinos, de pagarse las mariscadas, las cervezas y el teléfono. Si será capaz de presentarse ante abogadas madrileñas con la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser, como dice el tango. Si soportará no ponerse contento cuando echa a un trabajador a la calle. Si podrá vivir, sin que la buena vida, se la sostengan todos aquellos que en la práctica son socialistas de verdad, en el amplio sentido de la palabra. Si podrá vivir sin mandar comunicados de prensa pasados de moda que responden más a una fantasía que a una realidad, el último, minutos antes de la notificación de su pena, hablando del cambio de edificio de la policía municipal que depende de una obra que ni siquiera, hasta lo que sabemos, ha salido a concurso.

Soportará Mena, no asistir permanentemente a sus propias rogeliadas?.