A veces, estas cosas del paro y el empleo usan expresiones de gran lirismo. Un ejemplo es la tasa de sufrimiento. Mide cuantos parados tiene que haber para que la inflación, los precios, permanezca estable. Hablando de España, más desde Andalucía, esa tasa es enorme (cómo, por desgracia, sabemos). Menos dramatismo tiene la expresión salario de referencia, también conocido como salario de vida. Intenta saber cuanto necesita al mes una persona para vivir con dignidad. En Londres se utiliza para que las empresas públicas paguen por encima de ese salario. Si algún supermercado se adhiere a la idea le dan las gracias y un sellito que pone en la puerta.
Recordé este tema por dos noticias aparecidas esta semana: un barcelonés necesita 1.251 € mensuales para vivir y el barrio más pobre de España está en Sevilla, donde los ingresos medios anuales por hogar son 12.307 €. Es fácil adivinar que una gran parte de esa cuantía la forman subsidios y salarios sociales. Me permito una pequeña disgresión: si una joven residente en el barrio llega a la Universidad, sus circunstancias familiares y sociales le hacen más difícil aprobar todas las asignaturas del curso que al hijo del Presidente de la Caja. Este conseguiría matricula gratis en unas universidades a las que no sobran recursos.
Tenemos en nuestra Comunidad el barrio más pobre, y también, para que no falte de nada, un salario medio que lleva no menos de quince años siendo un 8% inferior al nacional. Sólo nos acercamos a la media nacional en el momento en que la crisis tocó fondo, 2011. Una posible explicación es que ante la reducción generalizada de empleo, el cálculo del salario medio se hizo con los que quedaban trabajando, entre ellos los empleados públicos. Aquí el empleo público supone el 19% del total, frente al 16,7% nacional. Ocurre lo mismo en las comunidades más pobres. Para los ultraliberales es señal de que se es pobre por tener funcionarios. En realidad no hay más empleados públicos por habitante aquí que en el País Vasco, lo que hay es mucho más paro, un sector privado con bastante menos empleo.
Tenemos en nuestra Comunidad el barrio más pobre, y también, para que no falte de nada, un salario medio que lleva no menos de quince años siendo un 8% inferior al nacional.
La causa de ese menor salario medio es que Andalucía tiene menos industria y del trabajo indefinido en comparación con otras Comunidades. De hecho, entre 2008 y 2015 la diferencia salarial en la Industria, entre la media española y la andaluza, se ha reducido a la mitad. Es además el sector con los sueldos más elevados: 27.100€ en España, 25.700 en Andalucía.
Por otra parte, el sueldo medio por hora de quienes más ganan es casi igual en el conjunto de España que en Andalucía: 20,5€ en España, 19,6€ en Andalucía. Es al ir bajando en la escala social cuando las diferencias se ensanchan. Añadamos un tercer dato: un andaluz con contrato indefinido gana un 32% que uno con contrato temporal. ¿Puede vivir con dignidad una persona que ingresa 15.600 € anuales? Ahora es cuando se responde lo de por lo menos tiene un empleo. Frase esta, que nos va a acompañar durante decenios, exigiendo que los pobres con trabajo no se fijen en lo de pobres, sino sólo en lo de trabajo.
El empleo se crea, por tanto, en sectores con sueldos más bajos y contratos temporales.
El resumen es, pues, que Andalucía sigue con salarios inferiores en un 8% a la media nacional; que esa diferencia no se distribuye equitativamente, ya que la soportan las personas con empleos de cualificación media y baja. La desigualdad, por tanto, es mayor en Andalucía que en el resto de España. Como, además, la contratación temporal tiene salarios inferiores y aquí hay mayor temporalidad, una segunda desigualdad. El empleo que se está creando es, sobre todo, en hostelería (un día habrá que analizar el tipo de turismo que recibe España), al que añadimos –y menos mal- un repunte de la Construcción y el importante sector agrícola en provincias como Almería, Huelva o Jaén. El empleo se crea, por tanto, en sectores con sueldos más bajos y contratos temporales. Por ello, la desigualdad de todos frente al resto de España y de unos ante otros en la propia Andalucía no tienen visos de reducirse.
La ministra de empleo afirmó que es hora de subir los salarios. Los sueldos no se suben pro declaraciones en ruedas de prensa. Para decirlo solo ha valorado que hay un crecimiento sostenido. No es suficiente, se requiere mejorar la calidad del empleo y ello depende la de la estructura productiva, la formación profesional, las cualificaciones y el nivel de productividad. Sin olvidar que la legislación laboral triunfó en la devaluación interna, es decir, en reducir los salarios como forma de ganar competitividad internacional, pero falló en reducir la temporalidad. Como siempre, la recuperación se ha hecho recaer en los salarios, igual que durante las crisis siempre hay un gobernador del Banco de España dispuesto a culpar a los sueldos.
*Javier Menezo es Abogado. Letrado del SEPE (INEM). Militante de base del PSOE