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Sanz descarta la primera versión policial sobre ‘La Madrugá’

Daniel Gutierrez Marin
Daniel Marín*

El delegado del Gobierno, Antonio Sanz, ha señalado que «no hay ningún indicio en estos momentos que pueda llevar a establecer que haya existido una concertación o confabulación ni ninguna conexión en relación con el terrorismo ni con temas religiosos, políticos o ideológicos». Con estas declaraciones, Sanz descarta la primera versión que barajó la Policía Nacional momentos después de los hechos aunque rechaza que se realicen «juicios precipitados» y que se «deje trabajar» a la Policía Nacional en la investigación.

 

Llamada telefónica. «Yo creo que es organizado aunque solo fuera en dos o tres puntos, mediante grupos coordinados de redes sociales, y que después se aprovechara el efecto dominó». Se habla siempre de la primera estampida, alrededor de las cuatro de la madrugada. Quien afirma estas palabras es un agente del Cuerpo Nacional de Policía que se encontraba de servicio en la noche del Viernes Santo. Sin embargo, todas las fuentes oficiales se han afanado en descartar rápidamente esta versión desde el primer momento.

 

A las 4,11 se detecta la primera comunicación

 

Los sucesos tuvieron su primera comunicación a las 4:11 de la madrugada, cuando en diferentes puntos del centro histórico se registraron tumultos en las zonas de la Plaza del Triunfo, San Pablo-Rioja, Plaza del Salvador y calle Santa Ángela de la Cruz. «El primer aviso que recuerdo fue el de una avalancha en la zona de la calle San Pablo», señala el agente. Sus palabras concuerdan con las imágenes en las que se observa el ‘paso’ de palio de la Hermandad del Calvario en esa zona y una masa de personas se desplaza, repentinamente, dejando desierto el centro de la calle. A esa hora, gracias a otra fuente que hemos podido consultar, se registró la estampida ante el ‘paso’ de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder en la Plaza del Triunfo. A la misma hora, una nazarena de la Hermandad de la Macarena registraba un audio mediante Whatsapp señalando que había sido arrollada cuando se encontraba entre la parte final de la calle Trajano y la Plaza del Duque de la Victoria.

 

Había que generar seguridad subjetiva entre el público y entre los integrantes de los cortejos.

 

Igualmente, este agente dice no recordar ningún aviso por desórdenes en la calle Arfe aunque esto no quiere decir que no se produjeran. Según esta misma fuente, «cuando se calmó la primera ola, desde la Unidad de Intervención Policial (UIP) se barajó que los sucesos pudieran estar coordinados». Fue la primera versión, de esa misma noche, que cuatro días después ha sido descartada desde la Delegación del Gobierno de Andalucía, en palabras del propio Antonio Sanz. En base a esa primera versión de sucesos coordinados fue como se desarrolló el protocolo de actuación: mandos policiales dieron la orden de que los efectivos abandonaran las cruces de guía, desde donde abrían paso a cada cofradía, y se desplegaran a lo largo de los cortejos para transmitir sensación de presencia policial a quienes estuvieran dispuestos a aprovechar las circunstancias para alborotar el orden. Había que generar seguridad subjetiva entre el público y entre los integrantes de los cortejos.

 

El senegalés, musulmán con copas

 

Por otra parte, la versión del senegalés detenido en la calle Reyes Católicos y que se encuentra en libertad y sancionado con una multa de 480 euros por ataque a los sentimientos religiosos, por gritar «Alá es grande» no tiene nada que ver con los sucesos ocurridos, tal como afirma el agente. «Lo del senegalés fue treinta minutos antes de las carreras. Se encontraba en estado ebrio y se puso a gritar junto al cortejo de la Esperanza de Triana. Fue detenido en Pastor y Landero pero en ningún momento se formaron avalanchas por este asunto», nos confirma. Asimismo, gracias al periodista Ilde Cortés se han podido conocer unas imágenes donde se oye «Allah akbar» (Dios es grande, en árabe) durante la salida del ‘paso’ de misterio de la Hermandad de la Macarena. En aquel caso, no hubo alteración del orden ni estampidas.

 

A pesar de que las autoridades han apostado por la versión del efecto dominó desde la emisión del primer comunicado, parece poco probable que en solo cuatro días se hayan podido visionar todas las imágenes de video que puedan aportar datos a la investigación, por lo que se hace necesario seguir esperando algo más hasta que puedan tenerse datos más cerrados. La Brigada de Información de la Policía Nacional –dedicada a hechos protagonizados por grupos sociales específicos-, con el jefe provincial a la cabeza, trabaja con máxima discreción para que la información sobre los hechos no pueda filtrarse.

 

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Antonio Sanz: «No hay ningún indicio en estos momentos que pueda llevar a establecer que haya existido una concertación o confabulación ni ninguna conexión en relación con el terrorismo ni con temas religiosos, políticos o ideológicos»

 

 

ORGANIZACIÓN Y EFECTO DOMINÓ

El agente insiste en su versión. «Es organizado aunque solo fuera en dos o tres puntos y después el efecto dominó». Estas palabras contradicen a la versión oficial confirmada por el delegado del Gobierno, Antonio Sanz, y apoyarían la propia versión inicial que barajó la Policía. No es frecuente que las investigaciones cambien de hipótesis tan rápido aunque «podría darse un cambio de criterio tras revisar todo el material y las pruebas disponibles». Asimismo, la Policía estudia este caso comparándolo con las avalanchas ocurridas en el año 2000 y no con otros años -2005, 2009 y 2015- ya que en las ocasiones posteriores se tuvo constancia del foco de los incidentes y en absoluto se produjo el efecto dominó ni la avalancha se propagó a lo largo de una distancia de alrededor de 1.400 metros.

 

Si la gente corría en direcciones contrarias, podría pensarse que existen varios focos al mismo tiempo.

 

«Será determinante el visionado de todas las imágenes y determinar hacia dónde corrían. Si todas las personas corrían en la misma dirección, está claro que solo hubo un foco y avalancha; si la gente corría en direcciones contrarias, podría pensarse que existen varios focos al mismo tiempo». No obstante, resulta demasiado precipitado para tener un juicio claro sobre la cuestión, tanto de si ha sido un simple pero traumático episodio de histeria colectiva como si se trató de algo organizado y aprovechado por otros individuos, posteriormente, para romper la tranquilidad de la celebración.

 

Fuentes de la Policía Nacional entienden que la información a la opinión pública se realice de manera discreta, sin justificar ninguna actitud, ya que «es más fácil controlar el efecto dominó que otras causas». Se apunta necesariamente a la necesidad de generar un efecto de seguridad. En relación a esto, resulta contradictorio achacar las avalanchas a un episodio de histeria colectiva provocado por una pelea en plena calle y pretender implantar mayores medidas de seguridad las cuales no pueden, en ningún caso, intervenir sobre ese tipo de procesos. «Es más fácil creerse una mentira piadosa», afirman.

 

*Daniel Gutiérrez Marín es Periodista. Investigador en Ciencias Sociales

@LepetitMarin