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Seguridad en Kabul

Los responsables de la muerte de los dos policías nacionales son los talibanes fanáticos que atacaron, pero también la corrupción estructural del Estado español

Jose Manuel Sánchez Fornet/ Opinión.- El pasado día 11 de diciembre, los talibanes, guerrilleros que pretenden devolver la dictadura religiosa a Afganistán, cometieron un atentado que afectó a la embajada española en la capital, Kabul.

El objetivo del atentado era una casa de huéspedes ubicada dentro del recinto donde se encuentra la embajada española, pero que resultó con bastantes menos daños que nuestra embajada. O erraron unos metros al dirigir el coche o colocaron mal la carga explosiva, pero lo cierto es que el muro que se derribó y al edificio que más daño ocasionó la explosión fue al de la embajada de España. Por el hueco del muro el grupo talibán penetró en nuestra embajada y allí murieron, además de otras personas afganas, dos policías nacionales españoles, Isidro Gabino San Martín y Jorge García Tudela, responsables de defender la legación, territorio de España en Kabul.

La embajada de España en Kabul es de las más inseguras que existen en la actualidad. Fuera de la zona de seguridad donde se encuentran la mayoría de sedes diplomáticas occidentales (conocida como zona verde, donde duerme el embajador español), su inseguridad ha sido puesta de manifiesto al menos con dos informes, remitido uno en 2009 y otro en fecha indeterminada, pero con el Gobierno socialista, sin que ni el gabinete de entonces ni el actual hayan hecho nada para mejorar sus condiciones. Ubicada en un barrio de callejuelas estrechas, con casas cercanas desde cuyas azoteas se puede disparar o arrojar cualquier objeto al recinto diplomático, tanto un informe oficial del año 2009 como otro que firmé y remití como responsable sindical en fecha sin precisar elaborado por los GEO que protegían la embajada, ponían de manifiesto que era fácilmente atacable y difícilmente defendible. Y ponían especial hincapié en que una vez producido el ataque no disponían de las armas adecuadas para hacer frente a un ataque con armas largas o “granadas”. No se planteaba la explosión previa de un coche bomba, como ha sido el caso.

[blockquote style=»1″]Solo queda el respeto y honor que merecen los muertos en acto de servicio al país fuera de nuestras fronteras, y exigir a los políticos responsables de tomar decisiones que adopten las medidas necesarias para que se mejore la seguridad de nuestra Embajada en Kabul y en otros lugares del mundo.[/blockquote]

España es un país que trata mal a sus funcionarios más abnegados. Es una mala madrasta para funcionarios (incluidos policías) honrados y muy generosa con sus funcionarios más corruptos. Para el Estado español, con independencia del color político de quien ocupe el Gobierno, es prioritario que un embajador disponga de una casa residencial con todo los lujos impropios de esta sociedad en un responsable público, sufragada con nuestro dinero, con sirvientes, gastos de protocolos, coches, y dinero para invitar a champán a sus visitas, sin ningún control ni limitación en el gasto sobre la seguridad de sus funcionarios.

Confunden la dignidad del cargo con el gasto ostentoso de sus embajadores, como aquí se confunde dignidad del cargo con comidas subvencionadas, pensiones máximas a los siete años de diputado, gastos de viaje para asuntos públicos o privados sin justificar y otras lisonjas, mientras millones de personas no pueden calentarse, o carecen de un solo euro de ayuda después de años sin trabajo. Hay que cambiar esa embajada de lugar y no esperar al siguiente atentado o emboscada en los accesos que acabe con muertos o secuestrados españoles. ¿Cuánto vale la vida de nuestros compatriotas?

Por ello, los responsables de la muerte de mis dos compañeros son los talibanes fanáticos que atacaron y también la corrupción estructural del Estado español, su falta de respeto a los derechos de la ciudadanía y de los funcionarios y así seguirá siendo si no se produce un cambio radical en los comportamientos de unos y otros.

El día 15 de diciembre los cadáveres de mis compañeros llegaron a España y se celebró el funeral oficial, presidido por el Rey, quien impuso la Medalla de Oro a los dos fallecidos. Asisten además de los miembros del Gobierno, Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias. Y a las ausencias ni las cito porque sus razones tendrían.

Solo queda el respeto y honor que merecen los muertos en acto de servicio al país fuera de nuestras fronteras, y exigir a los políticos responsables de tomar decisiones que adopten las medidas necesarias para que se mejore la seguridad de nuestra embajada en Kabul y en otros lugares del mundo.