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Semana miliaria

Pedro Pitarch
Pedro Pitarch

Hoy va de romanos. O casi. Los romanos —no se rían, que no me remonto a los fenicios—, para calcular distancias, colocaban en los márgenes de sus calzadas unas columnas, normalmente graníticas, cilíndricas y de entre 2 y 4 metros de altura. Con el paso de los siglos, fenecido el imperio, las piedras miliarias también fueron desapareciendo. Sin embargo, el término piedra miliaria ha quedado en el vocabulario español como un hecho o suceso importante que marca el comienzo de una nueva etapa. Quizás por ello, a la vista de cómo está el cotarro nacional, se podría afirmar que España, en el tiempo, está ahora plagada de piedras miliarias. Claro que como ya no existen los romanos de antaño para vigilar que las cosas funcionen con orden y concierto —los romanos de ahora están todavía peor que nosotros—, nuestros mojones están dispersos y, desde luego, no son equidistantes. Hoy mismo, 25 de septiembre de 2016, acabamos de alcanzar lo que se ha considerado como una piedra miliaria dual de especial significado. Son las elecciones autonómicas gallegas y vascas, cuyas urnas se han cerrado hace solo una hora.
Entrando en un análisis de urgencia de los resultados electorales, se puede decir:

-PP: ha obtenido una victoria rotunda en Galicia al revalidar su mayoría absoluta con 41 escaños. A nivel nacional eso significa una gran victoria en el HABER del señor Rajoy. En el País Vasco salva los muebles al perder únicamente un escaño (de 10 a 9).
-PSOE: es el gran perdedor de ambas elecciones. En Galicia ha perdido 4 escaños (de 18 a 14) y ha sido “sorpassado” en votos por Podemos-Mareas. En el País Vasco se ha dejado nada menos que 7 escaños (de 16 a 9); el peor resultado de su historia (término que ya resulta recurrente). Todo eso, a nivel nacional, significa que el señor Sánchez apunta una nueva derrota en su DEBE.
– Podemos (P’s): ha irrumpido con fuerza en ambas comunidades. En Galicia, con las Mareas, iguala al PSOE en escaños (14) y le “sorpassa” en votos. En el País Vasco “sorpassa” al PSOE tanto en votos como en escaños. A nivel nacional indicaría que, en unas hipotéticas terceras elecciones generales, probablemente P’s “sorpassaría” al PSOE de Sánchez.
-PNV: es el partido más votado en el País Vasco. Gana 2 escaños (de 27 a 29). Previsiblemente repetirá gobierno con el apoyo del PSOE o del PP.
-EH Bildu: pierde 4 escaños (de 21 a 18). Una buena noticia.
-Ciudadanos: ha quedado en el camino.

Todavía en el recuento de votos, alcanzados los monolitos vasco y gallego ya aparece otro a la distancia de solo tres días. Es la moción de censura al “molt honorable” Puigdemont, en el parlamento de Barcelona, el próximo día 28. De allí debe salir la hoja de ruta de los independentistas en su trasnochada y alocada carrera hacia la nada. Un desnortado empeño que supone la más grave amenaza a la convivencia pacífica de los españoles.

Y en una semana miliaria, sin mayor reposo, otros tres días después, el 1 de octubre, se alcanzará una nueva piedra materializada por la reunión del Comité Federal del PSOE.

Y en una semana miliaria, sin mayor reposo, otros tres días después, el 1 de octubre, se alcanzará una nueva piedra materializada por la reunión del Comité Federal del PSOE. Allí se verá, sin tapujo alguno, que el gran problema de ese partido —como he repetido muchas veces— es la crisis de liderazgo, que se instaló tras la salida del señor Pérez Rubalcaba de la secretaría general, en septiembre de 2014. Los resultados de hoy, que se han mencionado anteriormente, no son precisamente la mejor recomendación del señor Sánchez en el Comité Federal del próximo sábado. Una reunión que no es un hito meramente interno ni de relevancia menor. Por el contrario, es una sesión fundamental para todos, porque de ella podría deducirse si se supera o no el actual bloqueo institucional del Estado, que ya se acerca al año sin gobierno titular. En otros términos, el 1 de octubre —si antes el señor Sánchez no ha dimitido como secretario general del PSOE, que es lo que debería hacer por vergüenza torera—, se podrá saber si don Pedro seguirá conduciendo la cuadriga de su partido para intentar, colgado del Dogma del Triple NO, formar una imposible alianza Frankenstein o, por el contrario, mutará pasando de auriga miliario en la arena, a oscuro espectador en la grada. En el primer caso —hipótesis más peligrosa—, el señor Sánchez nos llevaría a unas terceras elecciones. En el segundo, —hipótesis más probable— el PSOE posibilitaría que se formara un gobierno del PP antes del 15 de octubre. Pero en cualquiera de ambas, me temo que el PSOE saldrá del envite hecho unos zorros.

 

 

*Pedro Pitarch, Teniente General (retirado) del Ejército de Tierra y ex Comandante General del Cuerpo de Ejército Europeo.