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Esa complicada manera de ser natural

Ha habido grandes mentiras a lo largo de la historia. Mentiras, por ejemplo que han ocultado el trabajo, el talento y la extraordinaria inteligencia de mujeres que no han sido llamadas por su nombre.

En la vida se miente por diversas circunstancias. Quizá la principal sea porque se ignora lo que es la verdad. Lo que simboliza. Existen mentirosos conscientes e inconscientes. Mentir perjudica el sentido de la realidad. Se pierde la capacidad de distinguir entre lo real y lo falso. 

Ha habido grandes mentiras a lo largo de la historia. Mentiras, por ejemplo que han ocultado el trabajo, el talento y la extraordinaria inteligencia de mujeres que no han sido llamadas por su nombre. 

En nuestra historia, hay etapas admirables que deberían estudiarse con más profundidad en las escuelas y en los institutos. Pasajes de nuestra memoria ocultos y que esconden la biografía de grandes hombres y mujeres. No todo se refleja en las aulas y no todo ha llegado a nuestra sociedad. 

Trabajo, entrega y empeño de muchos y muchas intelectuales que lucharon por mejorar la labor pedagógica, tan determinante en la transformación y el crecimiento del pensamiento español que logró obtener el avance del sistema de enseñanza, acaparado por la iglesia católica desde el siglo XVI, que deberíamos tener mucho más presente, para así entender, porque hemos llegado a algunos episodios en nuestros días. 

El filósofo, jurista y pedagogo Julián Sanz Del Río (1814-1869), nació en una aldea soriana, era hijo de labradores pobres, quedó huérfano a los 10 diez años. Fue adoptado por su tío Fermín, sacerdote, que le sufraga los estudios en un Colegio de Córdoba donde consigue graduarse y más tarde, los de Derecho en la Universidad de Granada. Se Licenció y Doctoró en esta Universidad, donde llegó a dar clases de Derecho Romano y más tarde en la Universidad Central de Madrid.

 

“Hay tres clases de mentiras: La mentira, la maldita mentira y las estadísticas”    

Mark Twain

 

En 1843, con 29 años es nombrado catedrático interino de Historia de la Filosofía de la Universidad Complutense. Gracias a su relación con Pedro Gómez de la Serna, catedrático de Derecho Político y en ese momento ministro de la Gobernación, consigue una beca en Alemania. Un viaje que le marca y que deja reflejado en el Diario de viaje a Alemania (Manuscritos Inéditos de Sanz del Río que se conservan en la Real Academia de la Historia).

En un acto sin precedentes, renuncia en 1845, a la cátedra de Historia de la Filosofía de la Universidad de Madrid, por considerar, en un gesto que le honra, que no se encontraba suficientemente preparado para desarrollar con dignidad la enseñanza que se le había encomendado. En una exposición al Ministerio afirmará, poco después, “obré movido por motivos exclusivamente de conciencia científica”. 

Sus relaciones con intelectuales como Fernando De Castro, Ruperto Navarro Zamorano, Henri-Frédéric Amiel, Georg Weber de los que bebió y compartió sus estudios y el talento que fue adquiriendo a lo largo de sus años de lecturas y trabajos nos habla la historia. En sus estudios, conferencias, publicaciones, etc. encontraremos pensamientos para aprender.

Sanz Del Río se rodeó de Joaquín Costa, Francisco Pi i Margall, Rafael María de Labra, Ángel Fernández de los Ríos, Emilio Castelar, Nicolás Salmerón, Adolfo Camús y un largo etcétera de nombres, que pertenecen a la mayor época de esplendor intelectual de nuestra cultura. 

Y es aquí donde se comienzan a abrir las puertas a la igualdad, la lucha por incorporar a la mujer al estudio, otorgándole el sitio vetado por las fuerzas conservadoras para el estudio y el futuro profesional. 

 

«El que busca la verdad corre el riesgo de encontrarla”     

Manuel Vicent

 

Sus obras aportan títulos como Lecciones para el sistema de filosofía analítica de Krause. Sistema de filosofía. Metafísica. Primera parte, análisis; El Ideal de la Humanidad para la vida (obra condenada obra y que le cuesta ser separado de su cátedra). Doctrinal de Lógica. Programas de Psicología, Lógica y Ética. Lecciones sobre el sistema de la Filosofía. Sistema de filosofía; Metafísica. Segunda parte, síntesis. Análisis del pensamiento racional o Filosofía de la muerte. 

Sanz Del Río fue el introductor en España del krausismo, la doctrina que defiende la tolerancia académica y la libertad de cátedra frente al dogmatismo. Realizó la traducción española de los manuales sobre ella. Siempre dio preferencia al magisterio oral, era reticente a publicar sus propios estudios. Dejó una obra de libros, artículos y traducciones tan diversa como dispersa, como así se asegura en su biografía. Fueron sus testamentarios y alumnos los que llevaron a imprenta algunas de sus obras más conocidas, entre ellas Análisis del pensamiento racional (1877), Filosofía de la muerte (publicada por Sales y Ferré en 1877), o sus Cartas inéditas (publicadas por Manuel de la Revilla).

 

“Fue el precursor y creador de la Sociedad Literaria para el estudio y discusión sobre la Ciencia Analítica, creando el primer Círculo Filosófico de España, elaborando y aportando a sus alumnos su intelecto y capacidades que fueron recogidas con una gran admiración hacia el maestro. Gracias a ello, pusieron en marcha un movimiento ideológico intelectual sin precedentes, que culminaría con una gran reforma en la educación, además de otros cambios relativos a la sociedad y a la política, la creación de la Institución Libre de Enseñanza en 1876”.

El profesor Sanz del Río no la llegó a conocer al fallecer unos años antes, pero sentó las bases y dejó a su gran discípulo para hacerla realidad, Francisco Giner de los Ríos. Muy recomendable la interesante lectura de la semblanza que dedica a su maestro. 

“Desde que Sanz del Río comenzó a publicar sus escritos, la mayoría traducciones y adaptaciones de las obras de Krause, se desencadenaron una serie de ataques contra su persona y su doctrina por parte de los más conspicuos representantes del pensamiento tradicional y reaccionario. Hasta su muerte, ocurrida el 12 de octubre de 1869, (el próximo viernes se cumplen 149 años de su fallecimiento), esta hostilidad apenas si le dejó un momento de reposo. Para defenderse del acoso, Sanz del Río publicó la Carta y cuenta de conducta en 1865, tras diez años de ataques continuos”.

 

“Si cerráis la puerta a todos los errores, también la verdad se quedará fuera”      Ravindranath Tagore

 

Estudiar la vida y biografía de Sanz Del Río nos hace descubrir escritos como el de Santiago Valentí Camp, que escribió un magnífico artículo sobre su figura. Así relata en él definiéndolo como “Maestro de maestros, para eruditos como Luis María Pascual, ex ministro del Partido Moderado; Agustín Pascual González (introductor de la Ciencia Forestal en España); Manuel Ruíz de Quevedo, con los demás concurrentes a la tertulia filosófica, y Fernando de Castro, ya profesor en la Facultad de Letras de Madrid. Después desfilaron por la cátedra de Sanz del Río, entre otros, los políticos Francisco de Paula Canalejas, Emilio Castelar, el pedagogo Juan Fernández Ferraz, o los profesores Miguel Morayta Sagrario y Francisco Fernández y González (que después fue rector de la Universidad de Madrid)… En la década de 1860 a 1870, fueron discípulos de Sanz del Río, Federico de Castro, Mamés Esperabé Lozano, Juan Uña Gómez, Facundo de los Ríos Portilla, Nicolás Salmerón, Teodoro Sainz Rueda, Segismundo Moret, Antonio González Garbín, Alfonso Moreno Espinosa, José María Maranges, Gumersindo de Azcárate, Luis Vidart Schuch, Manuel Sales y Ferré, Tomás Tapia, José de Caso y Manuel María del Valle. La mayoría de ellos, hombres que luego ocuparon elevados puestos en el profesorado y en la política, asistieron a la cátedra de Sanz del Río durante varios cursos, sin haber sido en gran parte alumnos oficiales o habiendo ya dejado de serlo” relata un emocionado Camp.

El hombre más importante de la España del siglo XIX, por su perfil humano nos dejaría mandamientos para rescatar: “Debes buscar la verdad con espíritu atento y constante, por motivo de la verdad y en forma sistemática”. Tuvo una gran influencia para Fernando de Castro y Pajares, rector de la Universidad Central de Madrid, con el que entabló una estrecha amistad hasta sus últimos días, dando paso a la creación de la Asociación para la Enseñanza de la Mujer, un proyecto educativo que dio la oportunidad de tener acceso a las mujeres a una enseñanza académica y científica eficaz, de la cual habían carecido hasta entonces, abriendo el progreso, la educación, la formación laboral a la mujer en España. Gracias a la estrecha relación entre la Asociación y la Institución Libre de Enseñanza, se comenzaron las primeras conferencias y “se luchó por formar mujeres libres y cultas, que pudieran decidir sobre su futuro. Así, la Asociación para la Enseñanza de la Mujer fue pionera en formar mujeres profesionales, altamente cualificadas, que pudieran vivir con total independencia si así lo decidían. De este modo la Asociación para la Enseñanza de la Mujer formó a las primeras, y creemos que mejores institutrices de la época, formó a taquígrafas, mecanógrafas, biólogas, músicas, pintoras…dando una formación práctica, completa y de gran calidad” como destaca la actual directora de la Fundación Fernando De Castro, Patricia Ferrer. 

Nos dejó muy joven, con tan solo 55 años. Sucede a menudo en grandes eruditos. Otros y otras han vivido casi un siglo para contarlo. Envueltos en historias repletas de aventuras que, poco a poco, la investigación, el estudio y la evidencia les colocan en el sitio que les corresponde.

 

“El delito de los que nos engañan no está en el engaño, sino en que ya no nos dejan soñar que no nos engañarán nunca”      

Victor Ruiz Iriarte

 

Entre las mujeres que formaron parte de la Asociación para la enseñanza de la Mujer destaca, María de la O Lejárraga. Nació en la cuna de la lengua española en 1874. De San Millan de la Cogolla se trasladó a Madrid junto a su familia. Estudió en la Asociación creada por Fernando De Castro en 1870. 

Entre 1907 y 1909 fue profesora de Inglés, donde había sido alumna tras estudiar Comercio y Mgisterio. Siendo estudiante conoce y apoya los postulados educativos de Emilia Pardo Bazán -estrecha amiga y colaboradora de Giner de los Ríos-en el Congreso Pedagógico Hispano-Americano. Influencia que le marcaría para comenzar sus primeros escritos. 

En 1899, con 25 años, firma su primera obra, “Cuentos breves, lecturas recreativas para niños”,  una publicación que tiene una fría acogida. “El profundo desencanto la impulsó a prometer que no volvería a figurar en las portadas de sus libros”, así lo relata el profesor Juan Aguilera Sastre, en su investigación sobre Lejárraga, editado por el Instituto de Estudios Riojanos en 2007.

Este desengaño marcaría su vida para siempre y sería determinante para su biografía. Se refugiaría en la docencia durante estos años, hasta que conoce a Gregorio Martínez Sierra, con el que contrae matrimonio en 1900.  El tiene 19 años estudia en El Liceo Francés e inglés tras el Bachillerato. Ella tiene 26 años, es profesora de inglés, francés e italiano en la AEM.

A partir de este momento, el dúo literario-amoroso trabaja juntos. Publican Vida Moderna y es cuando aparece Juan Ramon Jiménez en la vida de María. Juntos editan la Revista Helios y tres años más tarde Renacimiento. En ella escriben Jacinto Benavente, los hermanos Álvarez Quintero, Rusiñol, Unamuno, don Juan Valera, Emilia Pardo Bazán, Antonio Machado, José Martínez Ruiz (aún no había adoptado el seudónimo de Azorín, que ha hecho olvidar su verdadero nombre), Navarro Ledesma, Francisco Acebal, Mauricio López Roberts, José Carner, Urbano González Serrano, Ángel Guerra, Manuel Machado, Alejandro Sawa, Manuel Ugarte, Luis Valera, Amado Nervo, Mosén Jacinto Ver- daguer, Viriato Díaz Pérez, Julio Cejador, Emiliano Ramírez Angel, Carlos Arturo Torres y tantos otros, como escribe la propia autora en sus Memorias.

 

“Juan Ramón Jiménez encarnó para mí durante mucho tiempo el ideal de “fraternidad” entre hombre y mujer que tanto se sueña y casi nunca se consigue […]. él ha puesto título a casi todas nuestras novelas largas y cortas: «Tú eres la paz, Golondrina de sol, Margarita en la rueca. Cuando escribimos para acudir a un concurso literario La humilde verdad, como llegase el plazo de entrega y el manuscrito estuviese sin terminar, pasó la noche en claro copiando con nosotros, y así el manuscrito –aún no usábamos máquina de escribir– fue a manos del jurado con tres letras distintas: la nítida y perfecta de Juan Ramón Jiménez, la clarísima y neta de Gregorio Martínez Sierra, y la mía, un tanto desigual e indisciplinada”.

Memorias de María Martínez Sierra (María de la O Lejárraga)

 

Sus relaciones con los intelectuales de la época, el viaje a Bélgica en 1905, tras conseguir una beca de la Escuela Normal Central, que la llevaría a Francia e Inglaterra, donde la acompaña Gregorio, sus libros de viajes y los ensayos hacen germinar a la gran escritora. Las cientos de traducciones que realiza para las Revistas Literarias -que nunca firma- la hacen permanecer en la sombra. No solo en las publicaciones que dirige, sino en muchas de la época, como en la sección “La luna creciente (poemas de madres a hijos), en la Revista Blanco y Negro, escritos en lengua bengalí por Rabindranaz Tagor”. La firmó, como era de esperar, Gregorio Martínez Sierra”, como afirma el investigador Agustin Coletes junto a cientos de traducciones que aparecen en las revistas de la época y que nunca se le atribuyen a Lejárraga. 

“Queda, pues, mucho trabajo por hacer, pues se deberían rescatar y analizar no solo las numerosas traducciones editadas en libro firmadas por el escritor madrileño –debidas en realidad a la pluma de su esposa–, sino tam- bién aquellas que pueblan las desatendidas revistas de la época” reivindicación que rescatamos de “Nuevas luces sobre María Lejárraga (1874-1974). Unas traducciones en la sombra de 1907”, de Inma Rodríguez-Moranta publicadas en 2011. 

Traducciones que abriría a Zenobia Camprubí y con la que comenzaría a trabajar a la llegada de ésta a España. Es María de la O la que presenta al poeta de Moguer a Carlos Navarro Lamarca, historiador americanista, de cuya biblioteca Juan Ramón se hace asiduo. También le presenta a la norteamericana Luisa Grimm de Muriedas, con la que vive un romance y le introduce en la obra de Poe, Blake, Tennyson, Whitman, Byron, etc.; que provoca una gran influencia en su evolución literaria y poética. Pero la historia de amor no convence a la americana y sería Zenobia con la que se casa años más tarde y con la que trabajaría en las innumerables traducciones y otras publicaciones…

 

En 1908 pide una excedencia para dejar la docencia y dedicarse por completo a la literatura. 

 

Sería en 1911 cuando estrena Canción de cuna, la primera obra de teatro que escribe y que durante muchos años se atribuye a su esposo. Recibió el premio de la Real Academia Española como la mejor obra de la temporada teatral 1910-1911. Libro que sigue vendiéndose a día de hoy con Gregorio Martínez Sierra como autor. 

De ella se llega a hacer hasta cinco versiones cinematográficas, dirigidas respectivamente por Mitchell Leisen (1933), Gregorio Martínez Sierra (1941), Fernando de Fuentes (1953), José María Elorrieta (1961) y José Luis Garci (1994), ésta última conseguiría hasta 5 Goyas de la Academia. 

En ese mismo año, 1911 publican Granada (Guía emocional) que firma Gregorio. Han sido varios los estudios que atribuyen la autoría a María Lejárraga. Bautizada como la primera guía gay española, el libro se publicó en París y como apuntó Ian Gibson, en Federico García Lorca, De Fuente Vaqueros a Nueva York (1898-1929) parece escrito por ella.

El profesor Daniel Eisenberg de la Florida State University, en un análisis de la obra intenta desvelar las claves, hoy muchos años después cruzando datos, fechas y analizando el texto descubrimos que es la escritora la verdadera autora. La relación de María con Granada siempre fue muy estrecha -fue elegida diputada al Congreso de la República por esta ciudad en 1933 y vicepresidenta de la Comisión de Instrucción Pública. 

Le descubrió Granada a Manuel de Falla que conoció la Alambra gracias a María. De esa amistad surgieron las importantes colaboraciones de las que nacieron El amor Brujo, libreto escrito por Lejarraga al que puso música Falla e interpretó Pastora Imperio. Después llegaría  El sombrero de 3 picos. Otra de sus grandes obras en estos años sería El Pavo real que creó junto a Eduardo Marquina, La chica del gato con Carlos Arniches y Margot mano a mano con Joaquín Turina. Música y músicos alrededor de la vida de Maria Lejárraga y que permanecerán para siempre en nuestra cultura.

Fundó la Asociación Femenina de Cultura Cívica, entablando una estrecha amistad con Federico García Lorca con el que crea el Club Anfistora, y junto al que escribe El maleficio de la mariposa, donde la creación teatral atrae a más de 600 socias en menos de seis meses ofreciendo conferencias, cursos y talleres abiertos a hombres y mujeres a lo largo de varios años.

Es a raíz de la puesta en escena de esta obra del poeta granadino cuando Gregorio comienza un romance con la actriz protagonista de la obra, Catalina Bárcena. Se convierte en su amante, mentor, protector e impulsor de la mayoría de sus espectáculos. 

Mientras los amantes viven su historia de amor, María sigue creando, la mayoría de las obras son interpretadas por la amante, en una relación extra matrimonial con la actriz que daría como fruto una hija, a la que bautizaron con el nombre de Katia y que a la muerte del dramaturgo reclamaría los derechos de autor de toda la obra de María. 

 

 

Serían muchos los grandes logros de la escritora. En 1928 Julio Romero de Torres la retrata entre tertulias junto a Manuel Chaves Nogales en un maravilloso lienzo que puede contemplarse en el Museo del célebre pintor cordobés, entre cientos de reuniones y viajes que la llevaron a vivir situaciones como, quizá la anécdota más sorprendente que ha llegado a nuestros días es que, durante su exilio intentó probar suerte en Hollywood y acudió a Walt Disney con el guión Merlín y Viviana. Argumentó que rechazaron y que meses después llevaron a la gran pantalla con el título de La dama y el vagabundo, plagiando el relato de María.

 

 

La luchadora por el sufragio feminismo. Se haría miembro del Lyceum Club en 1926, uno de los primeros centros feministas de nuestro país junto a Carmen Baroja, Matilde Calvo Rodero, Clara Campoamor, Ernestina de Champourcín, María de Maeztu, Carmen de Mesa, Victorina Durán, Elena Fortún, Amalia Galárraga, Matilde Huici, Victoria Kent, María Lejárraga, María Teresa León, Concha Méndez, Margarita Nelken, Isabel Oyarzábal, Helen Phillips, Mabel Rick y Rosa Spottorno entre otras. Entra en política y es elegida diputada en 1933. 

Cada uno vivió la vida que eligió vivir. Conocieron el amor cada uno a su manera. Ninguno fue sincero.

 

Ser honestos para ser libres

 

Dicen que enseñar a mentir insulta al conocimiento. Se anula el valor del esfuerzo. Mentir despoja de la honestidad, el respeto, la responsabilidad, la sensibilidad, la humildad, la prudencia y la gratitud. Los grandes valores humanos.

Transmitir y difundir que el esfuerzo no merece la pena y que el conocimiento se adquiere comprando un título que lleva tu nombre o poniendo tu nombre al texto que nos ha escrito, te hará alcanzar la gloria del impostor. Nos lo recuerda Silvio Pellico “cuando hayas cometido un error, no mientas para negarlo o atenuarlo. La mentira es una torpe debilidad. Acepta que te has equivocado; en ello hay magnanimidad”. 

 

Si haces trampas, al final, te suspenderá la vida…

 

El matrimonio llegó a firmar más de 80 títulos para el cine y el teatro, textos y publicaciones que el tiempo ha confirmado ella inventaba y escribía y él repasaba y montaba en escena. Gregorio se convierte en el gran dramaturgo y director con María como artífice de todo lo que pone en marcha. Ella es la gran intelectual, escritora, dramaturga, traductora y activista, una mujer, como tantas otras, silenciada por la historia. Partió en el exilio a Francia, Mexico y Argentina. Murió con 100 años en la ciudad que la cobijó, Buenos Aires. Esta enterrada en el Cementerio de la Chacarrita.

Es difícil mantener la línea en la vida porque nada viene sin una consecuencia o costo.  Cómo salvarte del pecado, sin intervención divina. Mantenerse fuerte dejando atrás la angustia, desecha. Pagar el precio por ser un producto de hoy. Es mejor ser el cazador que la presa. Parado al borde, boca arriba. Viviendo tu vida feroz pese a que de vez en cuando mires a través del cristal para encontrar los errores del pasado. Conociéndolos. Un poco de la verdad, la verdad. Ese es el precio que pagas. Aunque en lo más profundo de ti te estés desvaneciendo a negro. Por aquel juramento que te hiciste que nos romperás. Mientras tu corazón de piedra latiendo tiene que ser tan frío para hacerlo bien en este mundo, para ser natural. Lo canta Dan Reynolds… Dejemos volar las balas, dejemos que lluevan. Cada día nos hacen más creyentes. La vida, el amor, el impulso vienen del dolor. Rómpete, constrúyete y corre siempre como un caballo de carreras. Requiere de su esfuerzo ser natural.