Collage por M@nel
Ahí les tienen, las dos personas a las que esta semana más se ha observado en Andalucía a propósito del crack de Abengoa. Uno, Felipe Benjumea, del que la banca acreedora no se fía y por eso le retiraron de la gestión. Pero Felipe sigue teniendo muchas llaves de futuro en sus manos dentro de la compañía con gente suya muy leal. Y Susana Díaz, presidenta de la Junta, con un grave problema bajo la mesa de su consejo de Gobierno, pero que no está en su mano arreglarlo en solitario, deberá contar con Madrid y dialogar mucho, muchas veces.
¿Ha llegado el momento de la Politica, con mayúsculas, para poder salvar Abengoa en condiciones? Desde Palmas Altas, sus trabajadores, están inquietos y muy procupados. Ya no hablamos de quienes trabajan en las empresas satélites de la multinacional. Se pide ayuda y especial atención a los movimientos del capital.
La Presidenta de la Junta, que parece que aspira a un papel destacado en el concierto político nacional, tiene desde ahora mismo la oportunidad con este asunto de demostrar su capacidad para resolver cuestiones de Estado. Y lo de Abengoa es una cuestión de Estado, se mire por donde se mire y por muchas razones.