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Sra. cristiana y Sr. cristiano, tened piedad de mi

A Leo Bassi

Tened piedad de este bufón, que os va a decir, por sólo una vez, que tengáis piedad con los dubitativos, los ofuscados, los inseguros.

Ustedes lo tienen todo, todo claro y desde hace milenios: Vuestro Dios os lo escribió en un libro, El Libro, y lo explicó sin dudas. No sólo lo relativo a este mundo –desde cómo se creó la Tierra en una semana, hasta por dónde deben llevar la falda las mujeres para que sean sumisas, o qué hay que comer en cuaresma- sino también lo relativo al otro mundo, de manera que tienen asegurado su puesto en el cielo, porque la Santa Madre ha tenido a bien ir trocando parcelitas celestes por buenas acciones aquí en este valle de lágrimas.

Nosotros en cambio, estamos con la paupérrima herramienta de la ciencia: Siglos llevamos intentando construir un método que nos dé ciertas certezas para pintar un cuadro, construir casas, trabajar con otras personas o desvelar los secretos de las lenguas.

Tengan piedad de estos pobres ciegos que buscan la luz de la que ya ustedes disfrutan desde hace milenios.

Sólo construir el método científico ha costado infinitos esfuerzos, que ustedes con la fe se han ahorrado: Tengan piedad de estos pobres ciegos que buscan la luz de la que ya ustedes disfrutan desde hace milenios. Y cada investigador debe dedicar décadas a aprender el método científico de su pobre ciencia; y otras décadas a hacer útil ese conocimiento. Y así y todo, después de milenios diciendo que dos y dos son cuatro, ahora la cuántica nos dice que depende: ¡Otra vez a empezar! ¿Y cuánto tiempo tardaremos en que la comunidad científica internacional se ponga de acuerdo, por ejemplo, en si hay o no cambio climático? Quizás haya que esperar a que el agua nos llegue por encima de la nariz…

En definitiva, somos siervos inútiles: Lo que teníamos que hacer, eso hemos hecho. Por eso pedimos vuestra piedad, porque vamos a tientas, porque no estamos seguros del futuro. Ustedes, sí: Vuestro Dios resucitó, y eso os lleva a la tranquilidad en vuestra propia resurrección.

Pero somos tan tozudos, nos gusta tanto dudar y cerciorarnos de los pasos que vamos dando, que no queremos fe en nuestra ciencia: No queremos misas en nuestras universidades, no queremos religión en las escuelas. En las pilas de libros de literatura fantástica que llamáis teologías, habéis protegido tanto a los creyentes de buena fe, que hasta a los bebés de pocos días ya los introducís en vuestras creencias: ¿No podríais contar con su libre albedrío? No digo esto porque me importe lo que hacéis con vuestros hijos, sino para poneros el ejemplo extremo de hasta qué punto llega, desde hace tantísimo, vuestra falta de respeto por la libertad de millones de personas hayan sido europeos, americanos, asiáticos o africanos (de Oceanía no sé yo mucho, aparte de los koalas…).

Porque vamos a hablar ahora de los sentimientos, la última cobardía tras la que se esconden los populistas: Libertad, igualdad y leyes justas para la ciudadanía; la fraternidad hay que ganársela día a día, con respeto.

¿¿¿ Y después de esto os inventáis que se ofenden vuestros sentimientos religiosos??? Y los sentimientos de los laicos, de los ateos, de las tribus y los pueblos de los cuatro puntos cardinales.

Después de siglos acaparando toda clase de bienes materiales y humanos que por lo visto necesita vuestro Dios para sentirse bien:

-Desde el oro, la plata, las piedras preciosas, las mejores canteras, maderas, etc. etc. mientras al pueblo se le ha ido dando  las migajas que caían de la mesa de los señores a cambio de su sangre y su vida;

-Desde los mejores arquitectos que levantaran miles de catedrales, mientras el pueblo ha ido viviendo entre el fango y la peste;

-Desde las mejores voces que alabaran las glorias de Dios con músicas celestiales, mientras al pueblo se le ha ido prohibiendo hasta el carnaval;

-Desde los mejores pintores, escultores y todo el talento al servicio de un Señor tan exigente, hasta el apoyo incondicional de la Santa Madre y el Santo Padre a emperadores, reyes y dictadores, siempre de derechas;

¿¿¿ Y después de esto os inventáis que se ofenden vuestros sentimientos religiosos??? Y los sentimientos de los laicos, de los ateos, de las tribus y los pueblos de los cuatro puntos cardinales, ¿Cuándo os han importado desde el año 325 en que os pusisteis al servicio de Constantino?

Los políticos mienten en nombre de “Somos los votados”; los banqueros nos roban en nombre de “La economía”; los militares gastan miles de millones en guerras, en nombre de “La paz”; los países ricos despilfarran en la carrera espacial, en nombre del “Desarrollo de la Humanidad”; ¿y vosotros que en nombre de Dios aduláis a los políticos, no denunciáis a los banqueros, bendecís los cañones que van a la guerra, y os contentáis con la caridad de pedirles a los ricos lo que les sobra, para dárselo a los pobres?

Muchas gracias.