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Subidas de sueldo

Lo gordo, quizá, esté por llegar porque el alcalde de Madrid cobra 106.000 euros; el de Barcelona, 100.000; el de Zaragoza, 79.197 y el de Málaga 78.820 euros.

 

 Con seguridad un fallo de la memoria colectiva ocasionó no mencionar en los proyectos electorales la decisión del conjunto municipal de subirse el sueldo con rotundidad y decisión, como deben actuar unos ediles dispuestos a trabajar por Sevilla. De todas formas, preocupará un poco ese lapsus, sobre todo, creo, en el colectivo de sicólogos.

Por otra parte, una gran satisfacción debemos experimentar los sevillanos por la unión de un colectivo normalmente discrepante por casi todo. Se decía en mis tiempos ‘el vil metal’ pero de eso nada, el noble metal ha sido el armonizador de voluntades y causante, tal vez, de algún brindis colectivo en la trastienda de cualquier salón municipal.

Porque saltar don Juan Espadas súbitamente de 63.500 euros a 84.600 euros es causa de infarto para cualquier currito, no le vaya a suceder a él, nuestro alcalde. Quizá una subida a plazos fuese más saludable y garantía de continuidad.  Dicen copiar el esquema valenciano para no ser menos en la histórica pugna entre ciudades parecidas. Así, si me encuentro con un ciudadano de Valencia y sale el tema, saltaré orgulloso: «Oiga, sí es verdad eso de las muchas cacas perrunas y suciedades varias, pero ¡mucho cuidado! mi alcalde gana tanto como el suyo!».

Las dietas de los ediles sin salario serán de 220 euros. Otros porcentajes para concejales y portavoces estarán en el 33%. Los ediles de la oposición cobrarán un 43 % más.

Lo gordo, quizá, esté por llegar porque el alcalde de Madrid cobra 106.000 euros; el de Barcelona, 100.000; el de Zaragoza, 79.197 y el de Málaga 78.820 euros. Nada extraño sería para el próximo mandato un mayor subidón para elevar la dignidad de una Sevilla imparable, diana del turismo internacional.

Sin embargo, en lugar de estar todos los ciudadanos y ciudadanos contentos, pues no: echan chispitas por los pelos. Dicen cosas feas: «Caras duras; nos deberían subir igual a todos; vergüenza debiera daros a todos; el pobrecito Espadas no puede llegar a fin de mes con 63.500 euros; encima sin hacer bien su trabajo; los barrios están abandonados; y esto en una Andalucía deprimida con sueldos miserables; ni sabrán el importe del salario medio: 16.257 euros; el ínclito PP se sube al carro y tiene bloqueada la aprobación de los presupuestos del año pasado y frenadas muchas obras…

Hoy, precisamente hoy, charlé con un muchacho perteneciente a una ONG para conseguir ayudas escolares: «Faltan psicólogos para atender a niños de familias pobres, orientadores…». Arriba, supongo, todos contentos con el subidón y abajo un muchacho de Dos Hermanas practicando el voluntariado, uno más de las cien cuestaciones anuales parando a la ciudadanía para contarles historias para no dormir.

En fin, es una pena vivir en este mundo envidioso, siempre criticándolo todo. Procedería convocar el lunes día 1 de julio una magna manifestación en solidaridad con todos nuestros ediles y funcionarios de elite para aplaudirles y dejarles pagada una invitación en una cervecería al efecto por lo del calor y la colocación de los toldos, todo un detalle de generosidad.

Aunque, ahora caigo, nos metemos en un mes vacacional y, seguro, muchos ediles habrán planeado sus vacaciones, cansados de tanta reunión y, desde luego, de bregar con una gran parte de la ciudadanía incapaz de comprender. Solo tiene la ventaja de ser algo distraída y olvidadiza. ¡Bah! con un par de magnas bodas a otra cosa, mariposas.