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Sucesiones: nervios ante la reacción popular

Francisco Rubiales
Francisco Rubiales*

El apoyo popular masivo a la eliminación del Impuesto de Sucesiones, ese que arrebata las herencias a los herederos haciéndoles pagar cantidades desorbitadas por el legado que reciben de sus padres, está poniendo de los nervios a Susana Díaz y a sus políticos socialistas, que contemplan esa rebelión popular como un grave obstáculo para que la presidenta andaluza triunfe en su lucha por controlar el PSOE y por triunfar en la política española. Por eso han lanzado una campaña publicitaria improvisada, pagada con los impuestos de los andaluces, para dignificar un impuesto que los mismos tribunales europeos declaran ilegal.

La Junta de Andalucía está muy nerviosa ante la oleada de indignación popular que ha desatado el injusto Impuesto de Sucesiones, al que el pueblo llama «impuesto a los muertos», que en Andalucía es brutal, nada menos que cien veces superior al que pagan los que heredan en Madrid.

 

 

El vídeo que ilustra este artículo, sobre dos hermanas que heredan y no tienen que abonar el impuesto, es parte de la campaña que la Junta está desplegando en los medios de comunicación, pagada con el dinero del contribuyente, para decir que ese impuesto no es abusivo ni depredador, sino justo y destinado a los ricos, toda una falsedad estadística porque los ricos lo eluden y solo lo padecen, perdiendo sus herencias o pagando cantidades enormes, las clases medias y los trabajadores.

El hecho de que la Junta este costeando una intensa y precipitada campaña para justificar ese impuesta impopular, injusto y que, probablemente, terminara tumbado por los tribunales, es sintomático y demuestra que los socialistas andaluces están nerviosos y preocupados ante la intensa resistencia popular y el rechazo a ese tributo que impide a las personas transmitir a sus hijos lo que han poseído en la vida y por lo que ya habían pagado los correspondientes impuestos, en su momento.

Una de las razones que sustentan la injusticia de ese tributo es que representa una doble y, en algunos casos, triple imposición, pues se paga por lo que ya ha pagado.

Los millones de españoles y andaluces que se oponen a ese impuesto, declarado ya ilegal por los tribunales europeos, aunque sin sentencia vinculante, no tienen dinero público para pagar campañas mediáticas sino únicamente voluntad, fe y dignidad democrática para rechazar lo injusto con argumentos cargados de razón.

A pesar de todo, la victoria será para David, no para Goliat, para el pueblo que protesta, y la Junta se verá obligada, ante la presión ciudadana, a retirar ese tributo brutal, que está obligando a miles de personas a renunciar a la herencia que reciben de sus mayores porque no pueden pagar las cantidades desproporcionadas que les exigen los políticos.

 

*Francisco Rubiales es periodista.

@frarumo