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Susana derrotada

Pepe Torrente
Pepe Torrente*

Le dijo a Pedro “no mientas cariño”, con esa maternal orden con la que abrumaba desde su plenipotenciario mando, el mismo con el que aletarga la protesta de sus críticos, abduce y acojona entre sus crédulos afines con el poder ostentoso y atemorizador que exhibe en cuanto la dejan.

 

Volvió el lunes en el AVE, el mismo que prometió a sus fieles coger para ir a Madrid a echar a Mariano Rajoy de la Moncloa. La han mandado de vuelta, con el sello de la derrota y la maleta sin abrochar siquiera. El domingo, sus compañeros le dijeron que se dedicara  a resolver el paro andaluz, a acabar con los recortes en sanidad y educación, y que, en vez de gastar su tiempo en exportar su dudosa gestión allende Despeñaperros, se dedicara a enmendar  su relación de tópicos, eslóganes del discurso, y a profundizar en su ideario izquierdista, intelectualmente muy mejorable.

 

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Para un buen demócrata, siempre, la derrota debe ser tan esperada como la victoria, incluso para esas lideresas de soberbia subida».

 

 

Dijo que “no se esperaba esta derrota”. Mal demócrata es quien no se espera una derrota electoral cuando se somete a la votación del pueblo, voto a voto, elector a elector. Para un buen demócrata, siempre, la derrota debe ser tan esperada como la victoria, incluso para esas lideresas de soberbia subida.

 

No “esperarse” tal derrota interna, en su propio partido, nos demuestra el mal conocimiento que tiene la presidenta de la realidad en la que vive, esa que le esconden quienes la adulan. Se ha dedicado a ella misma, y ha olvidado atender a la gente. Es lo que tiene querer gobernar por WhatsApp. Su inesperada derrota significa que no tiene los pies en el suelo, que levita entre alfombras y despachos de madera de caoba,  que vive en ese mundo que le aparta del mundo real. Ella es como la madrastra de Blancanieves comunicándose con el mundo a través del espejito mágico de su hada madrina del Canal Sur, que nos recita lo hermosa, roja, buena y decente que dice ser.

 

Los socialistas catalanes, valencianos,  mallorquines, vascos, asturianos… le han roto el espejito mágico a la de Triana. Allí donde la propaganda  del Canal Sur no llega, donde el criterio es propio y sin contaminación previa, le han dicho a Susana en unas urnas de cartón transitorio, lo que piensan de su grosera manera de ejercer la autoridad, de su soberbia, de ese poder que ha venido demostrando con la gestora, con los gestores de la gestora, y con los aspirantes a sustituir a la gestores de la gestora. Su vanidad se ha llevado un batacazo inesperado, porque inesperado es creerse la más guapa y serena, y volver derrotada por el lobo Pedro, de contundente manera.

 

Los socialistas catalanes, valencianos,  mallorquines, vascos, asturianos… le han roto el espejito mágico a la de Triana.

 

 

¿Y aquí?  En esta su tierra modelo andaluza, esa que ponía de ejemplo de paro y recortes para demostrar su cualidad como gobernante, aquí, digo, la han envuelto en la duda, le han dado el primer aviso antes del descabello futuro. Casi ocho mil de quienes la avalaron usaron la potestad que les daba el voto secreto para meter en el sobre la papeleta con el nombre que le dictaba su conciencia, la de su única voluntad, sin miedo a que a la vuelta de la esquina el comisario de la susánida le amenazara con la sustitución orgánica o con el relevo salarial inminente por deslealtad consumada. El relevo del desleal, o el de cualquiera de sus familiares, que también sirven para apretar en la herida y chantajear al crítico. Es el dolor con el que hacer mantener el “respeto” hacia la líder del régimen.

 

Los militantes del PSOE han rechazado para su partido, y afeado, el sistema clientelar que Susana les propuso desde Sevilla, el único que ella ha conocido, el que la puso donde está hoy. Se arrogó el apoyo de las viejas glorias. Es la única gloria que la avejenta, y quizá su primer error. Hizo de su futuro una cuestión personal y de orgullo propio, apoyada en la historia de un partido con luces y sombras; y el colectivo socialí le dijo no.

 

Susana se ha vuelto a Andalucía. Su excursión progresista por España ha terminado. Ahora habrá que comprobar si esa es buena o mala noticia para JuanMa Moreno, el aspirante. Si lo es, o no, para el Juan Marín que quiera apretarle las tuercas al lento proceder de este gobierno andaluz indolente y pasota. Si el desprecio de los propios socialistas a Susana Díaz es un hueco por el que colarse para desalojar el régimen socialí del gobierno andaluz, y lograr ese ansiado cambio que produzca nuevas dosis de ilusión en nuestra tierra. A ver, a ver. JuanMa Moreno tiene la palabra (y la oportunidad de lograrlo también).

 

*Pepe Torrente es Funcionario. Militante del PP  y colaborador habitual en diversos medios.

@torrentepep