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A Susana le sienta bien el luto

Javier_Menezo
Javier Menezo*

Evito siempre predecir de antemano porque es mucho más fácil hacerlo a posteriori, dijo Winston Churchill.   Que mejor conclusión para lo vivido estos meses en torno al Partido Socialista. Se nos advirtió, primero, de la llegada del Armagedón cuando Sánchez perdiera y sus fanáticos seguidores se fueran del partido. Después no se iban a ir. Iban a quedarse, que era peor. Se presentaría a las primarias para candidato a presidir el Gobierno. A principios de mayo, tras el fiasco de los avales, la cosa no estaba, ni mucho menos, decidida. Los resultados iban a ser próximos y, cito textual un editorial “si los avales de Díaz son fruto de la presión de responsables orgánicos del partido” la victoria de Sánchez no se puede descartar y la división sería incurable. ¿No avisé yo que iba a haber un choque de trenes? diría Patxi López.

Hubo más teorías. Una veía a Patxi López dirigiendo el partido por evitar el choque ese tras una maniobra en el Congreso de mediados de junio. Otra aventuraba que si la distancia entre los ganadores era pequeña, Díaz daría el golpe dos, a través de los delegados al Congreso. Al final nada. Solo la imagen de una Susana más diminuta y de ojos hinchados. Que estuviese llorosa no tiene nada de malo, al contrario. Demuestra que le importa lo que hace y en la era de la telepolítica hubiera sido muy decepcionante salir hecha una rosa, aunque sea el símbolo del Partido. El cantar del Mio Cid contiene la frase que resumiría sus emociones: “así parten unos de otros como uña de la carne”. Así partió ella, como uña de la carne, del sillón ese que probó en alguna de sus visitas a vigilar como lo iba haciendo su Gestora.

 

Primero repasó el número de amistades, que se reducen por días. Los barones, que consideró amigos y hasta seguidores, los primeros. No es nada personal, solo política.

 

Total que del autor de la horrible frase “lo importante es participar” seguro salió también  “lo que no te mata te hace fuerte”. Y a eso se dedicará ahora Susana Díaz. A hacerse fuerte. Primero repasó el número de amistades, que se reducen por días. Los barones, que consideró amigos y hasta seguidores, los primeros. No es nada personal, solo política. Afirmaban que su principal mérito era ser mujer. Un poco machista. Ahora los barones, que no le cogen el teléfono por no escuchar todas sus recriminaciones, piensan llegado el momento de tener por Secretario General un hombre muy alto. Allende nuestras fronteras definían al español como un señor bajito y cabreado. Ven, hacía falta un alto feliz.

Tras arrancar hojas de su agenda telefónica ya se puede centrar en lo importante: Andalucía. Como una profecía autocumplida. Ahora sí, centrada en Andalucía. Hace un par de años al diseñar su Gobierno y la dirección del Partido, no estaba centrada. Decía que sí, pero no. Convirtió Gobierno y Partido en ”los esperando” como en Mad Max. Esperando el traslado a Ferraz. Su objetivo era que nadie le hiciera sombra en el Gobierno y no le viniera con cuitas en el Partido. De ahí que una gran parte de sus Consejeros, Viceconsejeros o asesores tengan menos carisma que una lechuga sin aliñar. A octubre no llegan. Hay inquietud por el futuro en muchos cargos. El problema es que tendrá que hacer hueco a aquellos que prometió el futuro y ellos mismos se lo autoprometieron felices. Al no salir el tren hacia Madrid, quedan congeladas promesas y sueños. Es duro aceptar que donde estás ahora, justo ahora, ahí, parlamentario, delegado, asesor, es lo máximo a lo que vas a llegar. Alguno se dirá ¿Para esto afilié a todo el staff de un Centro de Menores y recogí su aval y los llevé en peregrinación a ver a la diosa del socialismo en Níjar, Almería? Es un suponer.

 

Más, abandonado el irse, toca gestionar el quedarse.

 

Ahora, puede cambiar y, rica en experiencia como ha vuelto de Madrid, hacerlo mejor. No tiene más que seguir el consejo de Maquiavelo. No el de León, de ese no, el italiano: “El primer juicio que nos formamos sobre un Príncipe lleva como fundamento legitimo la reputación de los hombres de los que se rodea. Cuando son de suficiente capacidad y se manifiestan leales podrá tenérsele por prudente a él mismo, porque los eligió capaces y los mantuvo leales. De lo contrario se le considerará poco prudente porque falló en la primera decisión importante.” No negará que fue poco prudente al elegir a su equipo. Gobernar no es romántico, pero alguien tiene que hacerlo.  La gestión diaria de los asuntos socioeconómicos acaba en polémicas absurdas tipo si el color verde burocrático de un centro de salud es una buena idea. Más, abandonado el irse, toca gestionar el quedarse.

Puesto que el susanismo es una idea conservadora, en el sentido de conservar sus puestos, es también una idea tranquilizadora. Si quieren conservarlos y ya que se queda, hay que potenciar la gestión y ganarse a la mayoría ciudadana. Cuenta a su favor con la oposición más rara del continente.  Desde Juanma Moreno, un señor siempre risueño pero con alguna limitación a un Podemos con aspecto y actitudes de acabar de ocupar una finca de la Duquesa de Alba. Así pues, tras haber, astutamente, considerado a otro responsable de las derrotas socialistas y a sí misma de las victorias, le toca gestionar. Es aburrido, sí, pero es la forma como puede volver a ganar…en Andalucía. España, ya, es para otro.