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Susana reforzada, gracias a la oposición

Pepe Fdez
Pepe Fernández

“Ella es la única opción que tenemos en la izquierda española, Susana es la única dirigente capaz de salvar la situación de este país y a este partido, no os equivoquéis, no hay nadie más”.

La frase, más o menos literal, me la decía por teléfono un veterano militante del PSOE de Sevilla, el mismo que un cuarto de siglo atrás, me puso verde por vez primera a una niñata muy desahogá de la Agrupación de Triana y de nombre Susana, destacada dirigente ya entonces de las JJSS.
Claro que los años pasan y cambian las personas y, ciertamente, Susana Díaz ha sido capaz de convertirse para muchos españoles hoy en el referente de una socialdemocracia de amplio espectro que parece que gusta al personal, esa izquierda que transita sin complejos entre el populismo y los Ducados del IBEX35.

Ni la rozaron

Susana Díaz ha acertado, una vez más, en el planteamiento del pomposamente llamado Debate sobre el estado de la Comunidad. Y ha acertado porque ha salido sin un solo golpe, sin un rasguño, más bien fortalecida si me apuran.
El rifirrafe con Teresa Rodriguez viene siendo el tradicional entremés con el que llenar titulares y tomas televisivas del día después de los debates. Una y otra no se soportan y no lo disimulan. La líder de Podemos, aún teniendo razón en algunos de sus planteamientos, ejercer un discurso de laboratorio que se nota, pero sobre todo lo concentra en pequeños sectores de la población, no en los grandes problemas de la generalidad de los andaluces. Ahí estuvo la Sra Rodriguez echando en cara lo del banco de tierras, como si hubiese sido un proyecto socialista, sabiendo que fue imposición de IU, sus actuales compañeros de viaje cuando gobernaban con el PSOE hace tan solo 18 meses.
Por no hablar del discurso cansino, monótono, sin entusiasmar ni a los suyos, de Juanma Moreno Bonilla. Un líder especialmente maniatado en este debate, entre otras cosas porque no iba a atacar a quien se está batiendo el cobre por colocar a su jefe Mariano Rajoy de presidente, el mismo que usó su poderoso dedo para nombrarle a él presidente del PP-A.
Antonio Maillo, desde IU, fue duro en un discurso con calado, con nivel, pero el Coordinador de IU sigue luchando contra el fantasma de lo que hace tan solo dos años sucedía en aquel gobierno de colación que IU mantuvo con el PSOE para que no gobernase el  hasta entonces «eterno perdedor» Arenas.

Desconcertantes Ciudadanos

Pero lo más insultante de todo el debate fue la falta de delicadeza con la que la formación naranja se ha comportado en determinados pasajes de su discurso político en Andalucía. No hablamos ya de desmentir el cantado apoyo –avanzado por la SER esa mañana– a los presupuestos de 2017. Un “sí pero no” que sonó a intento de Juan Marín por recomponer su figura con alma de vieja comparsa del socialismo.
Un sistemático apoyo parlamentario el de Ciudadanos al PSOE en Andalucía que está por ver qué beneficios políticos le reporta a medio y largo plazo a la formación de Albert Rivera en Andalucía.
A día de hoy, en los 16 meses que llevamos de legislatura, Ciudadanos se ha distinguido sobre todo por presumir – a nivel nacional y Rivera particularmente – de haber cortado las cabezas de los imputados Chaves y Griñán y, visto lo visto con las recientes decisiones de la Juez Bolaños, ambos personajes parece que van camino de una próxima beatificación laica.
También han peleado desde Cs para que se bajen los impuestos del tramo autonómico a cuenta de las herencias, asunto en el que parecen estar de acuerdo todos; difícilmente en el barullo que se ha liado la formación naranja sea capaz de sacar cabeza liderando esta reivindicación para su escaso medallero. Moreno Bonilla ha llegado a echar mano de Cristina Cifuentes en Madrid, a la que puso de ejemplo de sensibilidad en la materia.

Una llave copiada

Objetivamente, Ciudadanos en Andalucía se han convertido en un apéndice del PSOE en permanente apoyo y lealtad al gobierno. Tienen la llave de la gobernabilidad, sí, pero dan la sensación de que los socialistas han hecho una copia de seguridad de la misma que guardan celosamente en la sede regional San Vicente.
No se entiende pues la permanente queja lastimera del propio Marín quien hoy declara que está satisfecho del cumplimiento de los acuerdos con el PSOE y mañana se queja de la lentitud de las soluciones finales a los problemas resueltos en la mesa de coordinación del llamado pacto de investidura.
Ciudadanos, convertido en una muleta cómoda y parece que barata para el PSOE, no ha sabido o no ha querido nunca en este año y medio dar un puñetazo sobre la mesa haciendo una oposición exigente y transparente ante los andaluces. Marcando calendarios, obligando a dialogar, a que se cumpla lo pactado. Dejando de lado el estar pendientes de la llamada de órdenes desde Madrid o Barcelona.
Es difícil recordar en este año y medio de legislatura etapas de diálogo político en Andalucia, especialmente en asuntos relevantes que estén pidiendo a gritos negociación y consenso de las fuerzas políticas.
Por eso sonó a falta de respeto cuando en su intervención ante el plenario, Juan Marín, se quejó ante Susana Díaz sobre la irregular situación política de la RTVA. Con un consejo de administración más que caducado, con un director general en funciones desde hace años, con una crisis interna más que notable, sin un euro para invertir y, para colmo, el descontrol que parece existir sobre las productoras bajo su control presupuestario y su política laboral, donde se prescinde de una trabajadora por estar embarazada.

Esa anomalía llamada RTVA

Y Juan Marín se quejaba, con razón pero a destiempo, de una anomalía democrática increíble y que desde hace tiempo canta por peteneras. Al frente de la RTVA, en su Consejo de Administración, no están representados ni Podemos ni Ciudadanos a estas alturas de legislatura, sumando entre ambos 24 diputados en total. Entre el PSOE y el PP se meriendan solos desde hace años la RTVA, marcando directrices políticas que son lealmente cumplidas por un equipo directivo que lleva muchos décadas haciendo ese trabajo a plena satisfacción del PSOE… y del PP. Que como medio costeado por todos, Canal Sur TV, no haya ayudado a clarificar ante los andaluces el debate existente en el seno del partido que gobierna la región, con su presidenta implicada hasta el tuétano en el debate, es solo un pequeño ejemplo de cómo prevalecen los criterios políticos sobre el interés general de los andaluces.
Pues Juan Marín, portavoz de Ciudadanos, se desgañitaba en este debate último reclamando que se salga de este impasse, exigiendo al gobierno y al PSOE que se muevan para restablecer la normalidad democrática institucional en la RTVA. Y lo hacía sin pestañear, sin ruborizarse siquiera, como si no tuviese en su mano el botón rojo para decirle a Juan Cornejo y Manuel Jiménez Barrios lo que tienen que hacer en cada momento y sobre cada asunto a votar. Resulta muy difícil encontrar en estos meses alguna declaración o iniciativa relacionada con la RTVA por parte de C´s y no será porque no han habido acontecimientos para hacerlo.

Amarga victoria por 93.720 firmas

Con unos socios así de baratos y complacientes como Ciudadanos en Andalucía, Susana Díaz ha salido mejor que entró en el debate sobre el estado de la autonomía. Además, era perfectamente consciente de la expectación que levantaba la que iba a ser su primera aparición, tras anunciarse la abstención del PSOE a Rajoy. Es por lo que aprovechó para abrir su discurso en clave de Mujer de Estado, una especialidad que cultiva cada día mejor y que parece cautivar a un electorado no solo socialista.
Amarga victoria no obstante. A la presidenta y líder del socialismo español, lo que en el fondo le agriaba el estado de ánimo ese día era conocer cómo iba subiendo el número de firmas de militantes exigiendo primarias, congreso y el no-es-no. (93.720 iban recogidas este sábado, horas antes de arrancar el CF). Como buena conocedora del aparato del partido, conociendo la procedencia de las firmas –17.000 andaluzas –, sabe que esa brecha abierta en las bases tendrá serias repercusiones en el PSOE-A a corto y medio plazo. Ya nada será igual. Sabe, por tanto, que su liderazgo hoy es más cuestionado que mañana, algo que la debilita enormemente para llevar a delante sus aspiraciones de liderar el socialismo español y llegar a ser algún día la primera mujer presidenta del Gobierno de España.