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Susana, ¿sustituta de Pedro?

Pepe Fdez
Pepe Fdez.

Sevilla / Redacción C.A.- El ciudadano andaluz debe de estar desconcertado cada mañana cuando abre los medios y comprueba que muchos dan ya por hecho que, la mujer que hace solo unos meses se presentó ante todos y ganó las elecciones andaluzas al frente del PSOE-A, tiene un pie puesto en Madrid y empuña la bayoneta calada, con gran protagonismo en la barricada que los barones del PSOE han situado frente a la sede de Ferraz.

Esa es la imagen. El de una mujer ambiciosa, que parece que se equivocó al elegir a Pedro Sánchez frente a Eduardo Madina en unas primarias con efectos secundarios, y que , gracias a que mantiene la guarnición andaluza unida, pese a perder apoyos en número de votos, se ha investido de cierta autoridad orgánica y política para decir en Madrid lo que se tiene que hacer y cómo en esta delicada encrucijada para el partido y para el Estado.

Para muchos que la conocen “Susana Díaz está actuando a nivel federal como si de la agrupación de Triana se tratase, ese puede que sea su gran error en este trance”.

[blockquote style=»1″]Susana es ambiciosa, cierto, pero no es tonta, no conviene olvidarlo.[/blockquote]

La derecha quiere que se vaya

Diversas fuentes socialistas consultadas difieren de la versión que sitúa a Díaz en la carrera por la posible sustitución de Sánchez. Una hipótesis especialmente jaleada por los medios capitalinos  –los que mejor conocen al Sr Sánchez – con los de la derecha especialmente empleados y a fondo a favor de la baronesa roja.

Que Díaz, con gran habilidad, haya querido resumir todo lo que está pasando en lo que debiera ser una obviedad – la defensa de la unidad de España– le ha otorgado un plus añadido de patriota sureña –escuela Felipe González– que la consolidan como figura principal del escenario político español. Una mujer de Estado. Dicen, además, que entre los que de verdad mandan en el IBEX35 está casi tan valorada o más que Albert Rivera, que ya es estar considerada en esa casa.

“Susana es ambiciosa, cierto, pero no es tonta, no conviene olvidarlo”. Quien pronuncia la frase conoce bien el teatro de operaciones, a sus protagonistas y, desde luego, no tiene grandes motivos personales y políticos para jalear a la Sra Baronesa.

“Esa es la versión que a Ferraz, a Pedro, le interesa que se transmita a la opinión pública, que Susana lo quiere quitar, pero en el fondo de todo esto lo único que hay es el deseo de todo el partido de no pactar ni con los independentistas de ERC o con quienes pretenden impulsar un referéndum en favor de la autodeterminación de Cataluña. Ese pacto no lo soportaría el partido y se rompería” (…) “Es difícil imaginar un PSOE apoyado por quienes nunca han pedido la libertad de los presos políticos en Venezuela o esos mismos que se olvidaron en campaña de Grecia y el ‘aguanta Alexis’ que llega Podemos.

Y, por lo que se está viendo, esa es la postura que a jierro mantienen, no solo Susana Díaz, sino el resto de barones, incluidos aquellos que en su momento pactaron con Podemos en sus respectivos territorios.

[blockquote style=»1″]A Susana Díaz no le interesa que a sus socios de tapadillo en Andalucía les vaya mal, porque a renglón seguido será ella y su gobierno quienes lo pasen mal también. [/blockquote]

Doctorada en tacticismo

Así, en contra de la versión generalizada que Ferraz está vendiendo sobre un supuesto asalto a la dirección federal liderada por Susana Díaz desde Sevilla, entre los dirigentes históricos y no tan históricos, creen que la clave no es sucesoria o de relevo, entre otras cosas porque Susana Díaz no cambiaría la certeza y el oropel de Sevilla por la incógnita que conlleva ser cabeza de cartel en unas nuevas elecciones para obtener no más allá de los noventa escaños. Y eso lo sabe muy bien alguien como Susana Díaz doctorada en tacticismo desde muy joven en las sedes del partido en Sevilla.

Susana, según las opiniones relevantes que se escuchan en el ámbito de comentarios de café, no se irá a Madrid. Ni le conviene a ella ni le interesa al partido, pero desde luego influirá todo lo que pueda para que las cosas se resuelvan de acuerdo a su criterio. Y sin dudarlo al tacticismo que a medio y largo plazo se haya preestablecido ella misma en su carrera política.

No conviene olvidar, ciertamente, que de los encajes que se sucedan en Madrid, en cierta medida, depende y mucho la estabilidad política de Andalucía y, en concreto, del ejecutivo en minoría de la Junta que sostiene Ciudadanos, o lo que es lo mismo, Albert Rivera, uno de los implicados en la batalla por Moncloa y al que no le duelen prendas usar a sus diputados andaluces con el mando a distancia en forma de móvil.

A Susana Díaz no le interesa que a sus socios de tapadillo en Andalucía les vaya mal, porque a renglón seguido será ella y su gobierno quienes lo pasen mal también.

El Congreso

El tono y el semblante de Díaz el pasado lunes, ante las cámaras, describían un estado de ánimo propio de asamblea de Casa del Pueblo. Se le notaba alterada y cabreada. Quienes la conocen bien aseguran que sus expresiones no obedecían a la gravedad del dilema de Estado planteado en el Comité Federal ese lunes. Máximo cuando Pedro Sánchez se había tenido que envainar la línea roja establecida por Podemos y su referéndum de autodeterminación para los catalanes. El problema más bien es que la segunda gran propuesta de Díaz y otros barones, celebrar el Congreso en la fecha que estatutariamente corresponda, parece que no tiene visos de prosperar. Sánchez, que controla el debilitado aparato pero lo controla como Secretario General, no le va a poner las cosas fáciles a Susana Díaz. Resistirá lo que pueda. Lo que muchos parece que tienen claro es que Susana no será tan torpe de irse a Madrid. Ese paso sería el fin de su ascendente carrera y, sobre todo, la desestabilización política de la potente agrupación andaluza del PSOE. Además, ella es joven.

Imagen: 

Susana Díaz preside un acto con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Foto M. Olmedo