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Terrorismo, descoordinación policial, corrupción…

Jose Manuel Sanchez Fornet
José Manuel Sánchez Fornet

En el año 2000 realicé denuncia como representante sindical, previo informe de los responsables del sindicato en el TEDAX todos ellos especialistas en la materia, por la compra de varios robots desactivadores de artefactos explosivos al precio de más de 20 millones de Ptas. cada uno, adquiridos a una empresa sin experiencia de alta tecnología que había sido creada dos meses antes por lo que hasta entonces era un taller mecánico, y seguro que por casualidad, ubicado en un pueblo de Madrid junto al domicilio de un mando de la especialidad TEDAX.

A pesar de esas circunstancias que serían dignas de investigación, si los robots hubiesen funcionado bien el asunto podía haber pasado desapercibido, pero el caso es que los robots presentaban multitud de defectos y problemas que los hacían prácticamente inservibles. No se investigó nada, claro, y como es habitual resultaron perjudicados los denunciantes, como por otra parte vengo comprobando que suele ocurrir desde que comencé mi actividad sindical en la Policía, como afiliado a un sindicato clandestino en 1982 y como responsable sindical desde mediados de la década de los 80.

Las denuncias contra la corrupción nunca han salido gratis a los denunciantes y en los cuerpos de seguridad del Estado, tampoco.

En mis más de 20 años como secretario general del sindicato mayoritario, cinco en otros cargos anteriores y en 28 años como vocal del Consejo de Policía, he realizado multitud de denuncias contra prácticas corruptas y la respuesta normal desde la administración, con gobiernos del PP y del PSOE, ha sido restar importancia a la denuncia y proteger a los corruptos. Lógicamente los denunciados, salvo alguna excepción, eran de las escalas de mando o altos cargos políticos del Ministerio o la Dirección General de la Policía. Las denuncias contra “compañeros” de la escala básica siempre se han investigado… salvo que algún mando los protegiera, como creo está ocurriendo desde hace 3 años con un determinado grupo de policías que pueden estar actuando como una banda organizada sin que a pesar de las denuncias se haya investigado su comportamiento.

Las denuncias contra la corrupción nunca han salido gratis a los denunciantes y en los cuerpos de seguridad del Estado, tampoco. Citaré como ejemplo al coordinador nacional de los TEDAX cuando se realizó la denuncia citada al principio de este escrito, Juan Domínguez (fallecido por un infarto el 30 de septiembre de 2007 a los 50 años de edad), que ascendió a subinspector, fue apartado de la especialidad y tardó dos años en poder volver a la misma. Todos los TEDAX que ascendieron a subinspector en la misma promoción que Juan Domínguez regresaron de inmediato a la especialidad menos él, que fue destinado a un grupo de estupefacientes en Huelva donde, como él decía, el último policía podía darle clases de cómo actuar porque llevaba el que menos 10 años en dicho grupo.

No sabía nada de drogas y lo sabía todo de explosivos pero eso no importó. Nos costó dos años que volviera al TEDAX porque se oponía el comisario de los TEDAX, Araujo (quien dijo que si Domínguez volvía al TEDAX él se iba, y lo hizo, se fue de la Policía), y el comisario general de seguridad ciudadana, Santiago Cuadro Jaén (que dijo que dimitía si Domínguez volvía pero no cumplió su palabra y se quedó), y también se opuso el nuevo comisario de los TEDAX, el luego famoso Sánchez Manzano, del que, cuando se produjo el 11M, ya habíamos pedido en cinco ocasiones su dimisión.

Tomar decisiones que ponen en riesgo la vida de otros por un capricho, sin ninguna lógica ni razón y sin que nadie lo corrija por el principio de jerarquía es una práctica muy común en la Policía y la Guardia Civil.

Hubo que plantear el asunto del regreso de Juan Domínguez a los TEDAX en términos muy duros en la primera entrevista tras la llegada al ministerio con Ángel Acebes, como elemento sin el cual no era posible una relación normal entre el ministerio y el sindicato, y este impartió instrucciones al director general de la Policía, Agustín Díaz de Mera (que relevó a Juan Cotino, director general cuando ascendió Juan D.), y no fue fácil porque Sánchez Manzano había cubierto todos los puestos de TEDAX en Sevilla y hubo que llevar a cabo una comisión de servicio a Córdoba y una Atribución Temporal de Funciones (ATF) que permitieran su regreso a la especialidad en Sevilla. Una vez allí el jefe del grupo, siguiendo órdenes del comisario Sánchez Manzano, se empeñó en que debía superar unas pruebas entre las que estaba usar un robot desactivador que, casualmente, estaba desequilibrado y con dificultades de movimiento en su brazo teledirigido.

Juan Domínguez siguió siendo el portavoz de los TEDAX y cuando Sánchez Manzano cambió toda la operatividad de funcionamiento interno y los TEDAX creían que eso ponía en riesgo sus vidas Juan volvió a denunciarlo. El sistema de comunicación inmediata que permitía conocer casi en tiempo real las características de un artefacto, conformando una malla de comunicación en red de todos los grupos, fue eliminado por Manzano por capricho, por controlar la información, sin ningún beneficio para la operatividad y eficacia del servicio, obligando a que las características e informes de desactivación se transmitieran desde el equipo desactivador a la jefatura central y no a todos los grupos, y desde la Jefatura decidían cuándo lo enviaban al resto de grupos repartidos por España, a veces meses después, si es que decidían procedente enviarlo. Tomar decisiones que ponen en riesgo la vida de otros por un capricho, sin ninguna lógica ni razón y sin que nadie lo corrija por el principio de jerarquía es una práctica muy común en la Policía y la Guardia Civil.

La otra mochila se dejó que viajara en el tren sin interrumpir su marcha hasta que llegó a Burgos porque estaba atravesando territorio competencia de la Guardia Civil que así podría incorporarse a la operación,

En esta estábamos cuando el 25 de diciembre de 2003 los miembros legales (no fichados) de ETA Garikoitz Arruarte y Gorka Loran habían previsto colocar artefactos de escasa potencia en un tren hacia Zaragoza, y dos mochilas, con 25 kilos de Titadyne cada una, en el Intercity Irún-Madrid, que partía a las 8,15 de la mañana hacia la capital, con temporizadores para que hicieran explosión a las 15,55, coincidiendo con su llegada a la estación de Chamartín. Garikoitz fue detenido en un parking de San Sebastián con su mochila y Gorka Lorán subió al tren, dejó la mochila y se bajó en Tolosa para volver a su pueblo, Hernani. La mochila de San Sebastián estuvo acordonado hasta que llegaron los TEDAX de la Policía de Bilbao (aunque los TEDAX de la Guardia Civil de San Sebastián se ofrecieron a desactivarlo, siéndole denegado el permiso). La otra mochila se dejó que viajara en el tren sin interrumpir su marcha hasta que llegó a Burgos porque estaba atravesando territorio competencia de la Guardia Civil que así podría incorporarse a la operación, y se prefirió dejar correr peligro a todo el pasaje hasta que llegara a Burgos, competencia de la Policía Nacional, donde se desplazaron a hacerse cargo de la mochila y desactivarla los TEDAX policiales del equipo de León (sin robot que pudiera maniobrarse dentro del tren).

Los TEDAX de León hicieron un informe exponiendo cómo se habían jugado la vida moviendo la mochila a ciegas por la desconexión entre grupos creada por Sánchez Manzano, cuando hasta su llegada a la jefatura los TEDAX actuantes habrían tenido completo conocimiento de cómo abordar la mochila, dado que con anterioridad el equipo de desactivación de Bilbao había desactivado la otra que llevaba incorporado el mismo sistema de detonación. Pero lo que antes se transmitía inmediatamente a todos los grupos, desde la llegada de Manzano era información que se quedaba para el jefe de la Unidad, que nunca había desactivado ni iba a desactivar un artefacto, provocando con ese afán de acaparar información un mayor riesgo para los TEDAX por falta de información y/o de agilidad en la transmisión de la misma. Nada de esto sirvió, nada aprendimos y el 11-M de 2004 sufrimos un brutal atentado y la descoordinación volvió a estar presente. Pero de esto escribiremos en artículos posteriores.