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Entre todos la mataron…

 

Benito Fernandez
Benito Fernández*

…y ella sola se murió, afirma el conocido refrán español. Y precisamente eso mismo es lo que le acaba de ocurrir a la senadora y ex alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, fallecida el lunes víctima de un infarto en un céntrico hotel de Madrid, un par de día después de que declarara voluntariamente ante el Tribunal Supremo por su implicación en el denominado Caso Taula.

Es curioso comprobar como la política es capaz de ensalzar o hundir a sus más dilectos próceres. Porque, supuestas corrupciones aparte, hay que reconocerle a Rita Barberá un enorme caudal político. Durante sus 24 años como alcaldesa de Valencia le ha dado a la capital del Turia la vuelta como a un calcetín logrando modernizarla y colocarla como una de las capitales españolas con mayor atractivo urbanístico y turístico y un referente en todo el Mediterráneo con la ampliación del Puerto y el Metro, la Ciudad de las Artes y las Ciencias, el Jardín del Turia, la Copa América de Vela o las carreras automovilísticas de Fórmula I. Ya les hubiera gustado a las nuevas alcaldesas pseudo progres como Manuela Carmena o Ada Colau hacer en Madrid o Barcelona, respectivamente, la décima parte de lo que consiguó hacer Rita Barberá en Valencia.

 

Ya me hubiese gustado a mí que el asunto de los EREs y la imputación de Manuel Chaves y Pepe Griñán, además de casi otros doscientos implicados en el fraude andaluz, fuese porque hubiesen blanqueado cada uno de ellos mil euros.

 

Resulta harto curioso que, como ocurriera con su paisano y compañero de partido, Francisco Camps, la causa que la ha llevado a los tribunales haya sido una absoluta nimiedad si la comparamos con cualquier otra movida de corrupción política. Si Camps se vio casi obligado a dimitir por un mísero traje, Rita Barberá está imputada por haber donado mil euros para una campaña electoral del PP y, supuestamente, haberlos recuperado en negro. ¡¡¡Mil euros!!! Qué escándalo, que desverguenza, qué desfachatez. Ya me hubiese gustado a mí que el asunto de los EREs y la imputación de Manuel Chaves y Pepe Griñán, además de casi otros doscientos implicados en el fraude andaluz, fuese porque hubiesen blanqueado cada uno de ellos mil euros.

Que quede claro que defiendo la figura de Rita Barberá como alcaldesa de Valencia y no como lider del PP valenciano. Casos como la Gürtell, Emarsa, Noos, Imelsa o el ya citado Taula, entre otros, han colocado a su formación política en el ojo el huracán de casi todas las corruptelas que han surgido en España en los últimos años. Y, si bien estoy bastante seguro que Rita Barberá no se llevó un solo euro de estos chanchullos, su responsabilidad política, como le ha ocurrido a Chaves y Griñán con los EREs, es más que evidente. No vale decir que ella no se había enterado de los que ocurría a sus espaldas porque ha sido casi toda la Corporación que ella presidia la que ha resultado implicada en alguno de estos casos.Y como de esa responsabilidad política no puede ser juzgada sus enemigos han echado mano de que la juzguen por los ridículos mil euros del ala. Siempre he dicho que los mandatos que se alargan en el tiempo suelen acarrear malas conductas. Ha ocurrido en Andalucía con los cuarenta años de ininterrumpidos gobiernos socialistas y ha ocurrido en Valencia con los cinco lustros de mandatos populares.

 

Y, si bien estoy bastante seguro que Rita Barberá no se llevó un solo euro de estos chanchullos, su responsabilidad política, como le ha ocurrido a Chaves y Griñán con los EREs, es más que evidente. 

 

Despues de seis mayorías absolutas consecutivas y una simple, había que quitarla de enmedio para lograr un relevo en la Alcaldía valenciana. Y lo consiguieron con un pacto entre el PSOE y Compromis que la desbancó. Pero lo peor no fue esto. Lo peor es que su propio partido,el PP, al que pertenecía desde su fundación por Manuel Fraga en 1976, le ha acabado dando la espalda y expulsándola por aquello de la corrección política tan en boga en estos momentos. Quizás haya sido esa situación, la traición de sus amigos y colegas, la que más le ha afectado en los útlimos meses y la que podría haber provocado una situación de estress que le ha llevado a la muerte.

Hay que reconocer que Rita Barberá ha sido siempre una política distinta con dos pares de…ovarios. Siempre encaró de frente los problemas y nunca se salió de los cauces marcados por la directiva del PP aunque en numerosas ocasiones no estuviese demasiado de acuerdo con los procedimientos empleados por sus líderes. Y así se ha mantenido fiel a Mariano Rajoy hasta su muerte pese a que éste diera v´´ia libre a su expulsión. Quizás, en estos momento de crisis política, social e institucional, hicieran falta muchas Ritas Barbera en España para hacer frente a los populismos degradantes que nos vienen encima y que amenazan con llevarnos al desastre. Como dcecía en el título de este artículos, “entre todos la mataron y ella sola se murió”. Por una vez y sin que sirva de precedente, descansa en paz, Rita.

 

*Benito Fernández es Periodista.