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Tolerancia – 1

Lola Álvarez, Periodista
Lola Álvarez*

He estado fuera de España unas cuantas semanas y, como los wifi de algunos países aún funcionan a pedales, apenas he podido seguir la información cotidiana. Pero ha sido volver, y caerme de golpe unas cuantas “bofetás” de realidad. La mayor, la de la denuncia de Teresa Rodríguez, diputada andaluza de Podemos, contra Manuel Muñoz Medina, dueño de la empresa Guadarte, de Alcalá de Guadaira (Sevilla) y vocal de la Cámara de Comercio hispalense. Los hechos ya lo conocen, no insistiré en ellos. Espero que a la denuncia le siga una actuación judicial tan ejemplar como contundente.

Compartía mi indignación sobre el asunto con un compañero, tanto o más feminista que yo, cuando, sin darse cuenta, me sopló el título: “ante esto, me dijo, se me queda corta la tolerancia cero, deberíamos aplicar la tolerancia -1” Sí señor, menos que cero. Lo comparto y hasta me da para el título.

 

A estos tipos sólo les asusta aquello que pueda ir contra su buen nombre o concitar la repulsa de sus entornos, por eso, publicitar sus despreciables actuaciones es la mejor respuesta que cabe darles.

 

Aplaudo desde aquí la reacción enérgica y contundente de Teresa. Energía y contundencia que hacen mucho bien a la lucha contra el machismo. Especialmente al machismo de despacho, ese machismo que sigue presente en organismos, empresas e instituciones con el mismo olor rancio de los muebles de caoba en los que se aposenta. El machismo que fomentan tantos “prohombres” babosos desde sus posiciones de poder y presunta honorabilidad (da igual en qué lado del espectro ideológico se ubiquen, andan por todas partes) Henchidos como pavos por una doble moral bien sazonada de lo políticamente correcto, con unas “hechuras” y maneras tan burdas como ofensivas, siempre pretenden escaquearse – cuando son cogidos in fraganti- tras las consabidas copas de más o los manoseados malentendidos de siempre.

A estos tipos sólo les asusta aquello que pueda ir contra su buen nombre o concitar la repulsa de sus entornos, por eso, publicitar sus despreciables actuaciones es la mejor respuesta que cabe darles.

Aire. Eso es lo que ha hecho Teresa, darle aire. Sabedora de que su dimensión pública ayudaría a su divulgación, ha detallado la asqueante historia, con todos sus avíos: nombre, empresa, cargo e instituciones por delante, como debe ser. Sólo desde una tolerancia -1, haremos que las cosas cambien.

 

*Lola Alvarez es Periodista.