Tontos del mundo, uníos
Ver a Susana abrazada a Pedro, cual gitana que se acerca con la ramita de romero para robarte la cartera.
Hay enemigos pequeños, enemigos medianos y entrañables compañeros de partido. La visita de nuestro presidente de gobierno nos hace recordar esa lapidaria frase que un día no muy lejano oí de labios de un socialista de pro.
He de confesar que el día en que Pedro ganó las primarias tuve un orgasmo de satisfacción, incluso felicité a alguno que, por aquellos tiempos, tras haber sido declarado persona “non grata” por el régimen, andaba lloriqueando a las puertas de Ferraz para un puestecito, aunque fuese desplazado a Madrid y con la única misión de asesorar al recién elegido Presi en como atacar a la malvada Susana.
Entrañables compañeros de partido, besos y abrazos, estocadas culeras, navajas traperas, sonrisas que auguran futuras ejecuciones, cinismo miserable, falsedad, impostura, falta de ética y honradez, escenas que sólo los no adeptos alcanzan a vislumbrar tras los estallidos de entusiasmo y fervor Pedrista.
He de confesar que el día en que Pedro ganó las primarias tuve un orgasmo de satisfacción…
Susana sabe sacar partido interpretando el papel de “choni”, mostrarse cercana, besar a diestro y siniestro, adular, poner acento. Ella, la última heroína, infatigable luchadora contra el mal, trata de aunar esfuerzos, “yo solita, con nueve millones de andaluces que gobernar no puedo hacerlo todo”. Todos juntos para evitar el asalto de la “derecha”. Progresistas, transversales, inclusivos, indignados, hipotecados, desahuciados, catalanistas, pobres, tieso, zarrapastrosos, gualdrapas del mundo, uníos a nosotros, los equitativos, éticos, honrados, leales, fieles servidores que atesoran 80 euros en sus cuentas corrientes, la quintaesencia de la bondad. Juntos “si se puede” somos “ilusionantes”, federales, republicanos, antifascistas, animalistas, feministas, tolerantes. El socialismo se apropia de palabras a las que da significado distinto, según hable la persona o el cargo.
Para que existan los buenos se necesita a los malos. Desde sus inicios, las izquierdas, han venido intentando que anide en el subconsciente de las personas un ente que englobe todos los males que sufre el proletariado, un ente que se oponga a toda esperanza de supervivencia de la clase trabajadora, “la derecha”. Pero parece que este ente ya no es suficiente enemigo, y han recurrido a los fantasmas. Resucitan a los muertos, especulan con qué hacer con el poco polvo que debe quedar, si es que queda algo y lo han convertido en asunto de Estado.
Progresistas, transversales, inclusivos, indignados, hipotecados, desahuciados, catalanistas, pobres, tieso, zarrapastrosos, gualdrapas del mundo, uníos a nosotros…
Espolvorear unos restos es la hoja de ruta del virtuosismo revanchista, aunque me da que el tiro les ha salido por la culata, para contentar a cuatro bobos se ha dado alas a miles de idiotas. Derecha es sinónimo de lo peor, la encarnación del maligno. El socialismo ha sabido apropiarse de palabras y vaciarlas de contenido, ellos son el progreso, son transversales, que no longitudinales ni oblicuos, son el cambio. Le preguntaría a la señora presidenta por el progreso de Andalucía, por las políticas transversales por el cambio. Quizá la Sra. Presidenta llame progreso a ser la región más deprimida de Europa y con el mayor número de parados. Quizá para ella, mujer cercana de barrio, andaluza y feminista, las políticas transversales consistan en que los caciques de siempre acaparen las fuentes de riqueza de esta tierra en detrimento del resto de población, eso sí, población subsidiada, subvencionada y cebada que engrosa las filas del socialismo más integrista y radical. Tal vez con el cambio haga referencia su señoría al ilustre Zapatero (el tonto útil) que nos dejó tan triste recuerdo pues es evidente que Susana lo ha alcanzado y Pedro lo superará, de eso estoy seguro.
Quizá la Sra. Presidenta llame progreso a ser la región más deprimida de Europa y con el mayor número de parados.
El poder de las palabras, los gestos, la tramoya simplista con un discurso huero y mendaz. Quieren un triunfo aplastante, para que no puedan aliarse los malvados y entorpezcan sus Políticas, entre ellas dar subvenciones a correligionarios y colegas, Adjudicar concursos al conseguidor de turno para luego, vender la concesión al mejor postor y repartirse las ganancias. Nombrar y cesar cargos públicos en función de su fidelidad al régimen. Para ello, la casta socialista coloca a esas marionetas vestidas de choni o de kent para que el electorado al que deben considerar tontos de baba, vote con el corazón y no con la cabeza. La jubilada pensionista se identifica con la choni de barrio que la besa y abraza como si fuesen familia. Le habla de igualdad, de derechos de libertad y la previene del maligno, la derecha está al acecho para robártelo todo, para quitarte la pensión y Franco ha vuelto.
Ver a Susana abrazada a Pedro, cual gitana que se acerca con la ramita de romero para robarte la cartera, me produce la misma sensación que ver a Pedro con la cara de cemento armado diciendo una cosa y la contraria sin inmutarse.
Los Pedros, las Susanas, los Coletas, se apropian de las palabras, roban su significado, se apoderan de la ilusiones, hacen caja con la frustración y la pobreza. Con sus asquerosas maniobras de distracción nos envuelven al tiempo que sustraen la esencia de las legítimas reivindicaciones de los deprimidos.
Tontos del mundo uníos, nosotros los transversales, progresistas y tolerantes canalizaremos vuestras frustraciones y nos seguiremos enriqueciendo gracias a vuestra estupidez.