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Tres meses sin gobernar desde el Congreso

Javier_Menezo
Javier Menezo*

Llevamos tres meses de legislatura. Dos, si quitamos las vacaciones. El balance provisional es de ninguna ley -aún es pronto-; 71 proposiciones de ley de destino y futuro incierto; docenas de proposiciones no de ley de destino y futuro cierto: la papelera; y 8 decretos leyes, que, como saben, son esas normas equivalentes a la ley y que hace el Gobierno. Ese Gobierno de Rajoy al que un entusiasta Eduardo Madina anunció que crujiría desde el Congreso. Porque se iba a gobernar desde el Congreso, no sé si recuerdan.
Caben pocas dudas de que el más hábil ha sido Rajoy, el que más ha intentado parecerlo Rivera, quien más ha dado que hablar Podemos, y el alma en pena, el PSOE. El PP sabía que sus cuatro años de mayoría superabsoluta no se repetiría, así que no dudo en utilizarlo para configurar el país a su antojo.

Todas las normas que querían hacer o los recortes que deseaban, ya lo hicieron. Si observan, y es solo un ejemplo, el BOE de octubre de 2015, encontraran publicados los textos refundidos de las normas más importantes. Desde el Estatuto de los Trabajadores a La Ley General de la Seguridad Social, desde el régimen de funcionamiento de la Administración a la ley de Procedimiento. Ley que, no por nada, incluye un apartado sobre cómo elaborar los proyectos de ley.

 

Ese Gobierno de Rajoy al que un entusiasta Eduardo Madina anunció que crujiría desde el Congreso. Porque se iba a gobernar desde el Congreso, no sé si recuerdan.

 

Se plantaba, así, en el día después de las elecciones. No necesitaba aliados para hacer normas, ya las tenía. No requería una mayoría que estuviera a favor del Gobierno, le bastaba con que no hubiera una mayoría en contra. El único escollo era conseguir ser investido presidente. Ya asaben lo que pasó. Rajoy solo tenía que esperar que otros agitaran el árbol socialista y él recogería las nueces de la abstención sin contrapartidas.

El árbol quedó tan agitado que así sigue. Al principio, el ímpetu por hacerse comprender la abstención les llevó a presentar docenas de proposiciones de ley, que sin ninguna mala intención nos presentaron como éxitos rotundos. Hubo al menos una persona que se lo creyó. El secretario general del PSOE de Almería con impagables artículos donde nos relató logros tan meritorios como la subida de un 1,2% en las pensiones. Menos mal que se le ha olvidado. En su lugar suele dar ruedas de prensa en un atril con un número, al estilo de las fotos esas de frente y de perfil (alguien debería decírselo). Son los días de retraso del AVE a Almería. Los incumplimientos de Rajoy con la provincia. Provincia que, no obstante, no tiene ni un solo diputado que votase no a la investidura.

Si abstenerse a tontas y a locas fue un error, con la cuestión de los presupuestos van a por otro más. El Gobierno no necesita mandar proyectos de ley. ¡para que me los modifiquen! se dirán. Puede parar las proposiciones de ley con eso de que suponen incremento de gastos o disminución de ingresos. Si el veto del Gobierno no basta, y alguna sigue adelante, llevan el conflicto al Tribunal Constitucional de mayoría conservadora. Y si una superviviente y solitaria proposición no de ley superase eso, tienen las enmiendas del Congreso, la mayoría absoluta del Senado, vamos, que llegan las siguientes elecciones y no se han aprobado.

 

Hubo al menos una persona que se lo creyó. El secretario general del PSOE de Almería con impagables artículos donde nos relató logros tan meritorios como la subida de un 1,2% en las pensiones.

 

Pero, hay un proyecto de ley que el Gobierno tiene que enviar al Congreso, obligatoriamente. El de este año está en el aire. Antes de formarse Gobierno era crucial, así no podíamos seguir, se necesitaba un Gobierno. Ahora ya no tanto. Además, con el PSOE de la Gestora no queriendo parecer muy gran coalición, solo faltaba que los presupuestos salgan con el apoyo de grupos como el PNV, y sin la participación del PSOE. Primero un Gobierno sin nada a cambio y luego los gastos e ingresos del Estado que les pilla de observadores.

Al final, el PP impone sus ideas en lo esencial y deja retoques accesorios al PSOE y Ciudadanos. Podemos da igual, porque -ya lo vimos en la Comisión de las Pensiones- no están por prepararse los temas. Total, si a la postre no van a tener éxito. Un poco aquello de ir para ir es tontería.
Para esto hemos quedado. Para un PSOE convertido en un PP con rostro humano. Reaccionando a lo que sucede en lugar de ser el que hace que suceda. Y todo porque según las teorías de los gurús de la Gestora, el voto está en el centro y el PSOE lo tiene que recuperar. Ese centro mítico, donde todo es igual con ligeros matices. De seguir así, amigos, veremos al PSOE en la internacional socialcristiana. Y lo que es peor, con Ramón Jáuregui como delegado.

 

*Javier Menezo es Abogado. Letrado del SEPE (INEM). Militante de base del PSOE

@javimenezo