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Turistas españoles en Cataluña

Proponen llegar por la vía escocesa de pactos y camino dentro de la legalidad constitucional, a la celebración de un referéndum, acordado y homologado.

 

Marta Pascal, antigua secretaria general de la reconvertida Convergencia, va a liderar el nuevo Partido Nacionalista de Cataluña (PNC) que se reclama catalanista y soberanista moderado. Surgido de un conjunto de políticos, empresarios, intelectuales, enseñantes y profesionales liberales o no, agrupados en torno a Poblet, se vistió de largo ayer sábado 27 de junio, al celebrar su congreso constituyente.

 

Propone llegar por la via escocesa de pactos y camino dentro de la legalidad constitucional, a la celebración de un referéndum, acordado y homologado a los cánones de la UE, separándose y dejando atrás el bloqueo y la demostrada esterilidad de la vía unilateral proclamada hace un par de años. Se auto comprende políticamente como socio-liberal con clara vocación progresista. Más allá de las vinculaciones y propuestas de independencia del territorio catalán, lo cierto es que la situación actual de las fuerzas políticas de toda obediencia en Cataluña están viviendo momentos difíciles y de futuro muy incierto.

 

Vinculado hace años, como abogado defensor de derechos civiles, a organizaciones de letrados catalanes de idéntica motivación y con excelentes amigos entre ellos, observo con preocupación las divisiones aparentes, reales y ocultas que impiden verdaderamente el diálogo, incluso entre formaciones independentistas ut talis. Llama la atención que mientras ERC pide hoy sí y mañana también la reunión de la mesa con el Gobierno central, pese a la oposición del president, la mesa para el diálogo social entre la Generalitat, los empresarios, los sindicatos y las organizaciones sociales de Cataluña, no haya conseguido reunirse desde hace más de un año.

 

En medio de la desaceleración económica, industrial, agrícola, hostelera y turística que afecta gravísimamente a las cuatro provincias resulta un índice de la distorsión entre la realidad de las divisiones y las proclamas fraternales con cuchillos de fácil manejo y ocultación. El espectáculo de la concesión del suplicatorio solicitado al Congreso por el Tribunal Supremo para investigar y, en su caso, procesar y juzgar a la señora Borrás, protagonizado por los partidos catalanes de obediencia independentista con representación parlamentaria ha sido expresión de las profundas diferencias, divergencias y disparidades entre ellos. A un político inespantable cual el actual presidente del Gobierno de España, las balandronadas del señor Rufián amenazando con retirar su apoyo a la coalición frankestein, tras ser protagonista del enfrentamiento con la señora Borrás, pueden sonarle como el my way de Frank Sinatra, con media botella de Horse White en el coleto cantando en el antiguo Paralelo.

 

Mientras el señor Millet ingresa en prisión, en centro dependiente de la Generalitat, once años después de que estallara el caso Palau. Y otro tanto le ha ocurrido al antiguo tesorero de Convergencia que ha entrado a cumplir pena de prisión en Can Brians.  Las contradicciones políticas y personales deambulan por los pasillos del Palau de Sant Jaume, pues amén de responsabilizarse de hacer cumplir a sus congéneres las Penas dictadas en sus sentencias por los tribunales del Estado, ha de pechar el honorable Torra con solicitar ayudas al propio gobierno central e invita a los tan denostados españoles a hacer turismo vacacional en las tierras del Antiguo Condado. Eso después de haber permitido a su consejera vocera proclamar que España les contagiaba y mataba.  Cogitationis poenam nemo patitur.