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Un maquiavélico plan extraordinarimente diseñado

Pedro Sánchez ha seguido al dedillo un guión preestablecido que afirman que se lo ha elaborado su asesor aúlico Ivan Redondo.

 Podría llamarse, por ejemplo, “Operación Largo” en recuerdo al nefasto lider socialista proestalinista republicano Largo Caballero, o simplemente el “Plan Sánchez”, pero lo cierto es que está en marcha una estrategia de liquidación de las antiguas estructuras del Estado similar a la de Octubre de 1917 en la Rusia zarista, a la de Mao en China o a la del “chavismo” en Venezuela. Se trata de ir minando poco a poco la situación aceptada por la mayoría de los ciudadanos respaldada por la Constitución de 1978 y que nos ha dado cuarenta años de paz y prosperidad a los españoles, para sustituirla por una nueva concepción del Estado que sirva a los intereses de una izquierda empeñada en resucitar antiguas y obsoletas “pseudodictaduras del proletariado” que han demostrado ser una catástrofe social en todos los lugares donde fueron instituídas. La teoría marxista de la “tesis, antítesis y síntesis” la están aplicando a rajatabla. Yo no sé quién está detrás de todo esto y, sobre todo, quién lo financia. Algunos dicen que George Soros, otros que el Club Bildelbarg, la internacional socialista o la mafia rusa controlada por Putin. El caso es que en estos momentos los españoles estamos en una escenario en el que se está representando una esperpéntica tragicomedia cuyo desenlace podría ser dramático. Sólo hemos visto el prólogo y ya hay quien se está llevando las manos a la cabeza (y al bolsillo, claro) porque teme que “lo peor está por llegar”.

 

Tengo una amigo desde la niñez al que le encanta polemizar. Mantiene que las casualidades no exiten. Que todo es parte de un plan preestablecido y perfectamente diseñado. Alguna vez le he rebatido esos pesimistas argumentos, pero he de reconocer que no le falta razón. Desde las últimas elecciones, Pedro Sánchez ha seguido al dedillo un guión preestablecido que afirman que se lo ha elaborado su asesor aúlico Ivan Redondo. Yo creo que Redondo es sólo un instrumento de más altas instancias empeñadas en hacer de España una especie de laboratorio de “la nueva izquierda.com” en el que desarrollar fórmulas políticas que desestabilicen las actuales democracias occidentales. Y no me tilden de catastrofista porque ésto tiene bastante mala pinta. Hay optimistas que cuenta que Luis XVI, tan optimista él, le aconsejó a Maria Antonieta que se colocara el collar de perlas más gordas antes de salir camino de la Plaza de la Concordia donde serían guillotinados. Pues eso.

 

Lo del plan citado al comienzo del artículo sólo se entiende si analizamos las últimas actuaciones de Sánchez y de sus ministros. Desde el acuerdo con Podemos y ERC al pacto con Bildu, desde el nombramiento de la ex ministra de Justicia, Dolores Delgado, como Fiscal General del Estado al reparto de sillones del Consejo de Ministros que más que un Consejo parece la convención de los Cien Mil Hijos de San Luis; desde las sandeces “porculeras” de la muchacha del Instituto de la Mujer a la apropiación indebida de nuestros hijos por el Estado según la ministra Isabel Celáa y la consorte del chalé; de la charleta de tú a tú con el presunto ilegal Torra, a la salida a la calle de los políticos independentistas presos; de la “desjudialización” (vaya con el trabalenguas) de la política a la amenaza de llevar a los tribunales al Gobierno de Murcia por el llamado “pin parental”; de la subida de impuestos anunciada por Maria Jesús Montero a las descalifcaciones de la Justicia realizadas por el todopoderoso vicepresidente Pablo Iglesias; desde la salida de la Guardia Civil de Tráfico en Navarra en pago al PNV al nombramiento de la nueva directora general de la Guardia Civil, del cese del Jefe del Estado Mayor del Ejército al ninguneo de Su Majestad el Rey por parte del mismísimo presidente del Gobierno. Esto es un no parar que no obedece a la casualidad sino a todo un plan establecido minuciosamente que a medio plazo va a mandar al carajo el sistema que hemos estado disfrutando durante las cuatro últimas décadas y que le ha permitido a Sánchez y todas su cohorte de paniaguados de disfrutar de unos privilegios impensables por sus limitadas capacidades intelectuales.

 

Estando las cosas como están, no es de extrañar que muchos ciudadanos opten por escorarse hacia la extrema derecha al comprobar que el único partido que le planta cara con todas las consecuencias al dislate actual en el que nos ha metido Sánchez, es el de Abascal. Que conste que estoy en absoluto desacuerdo con la mayoría de sus posturas, que no comparto muchas de sus tesis respecto a la anulación del sistema autonómico, a la inmigración o a la violencia machista, y que posiblemente no les vote jamás, pero hay que reconocer que los muchachos de Vox son los únicos que. pese a las continuas campañas de desprestigio puestas en marcha por los medios de la cuerda “pseudoprogres”, son quienes continuan defendiendo tesis que sí deberíamos de compartir la mayoría de los ciudadanos que no estamos en la onda dislocada de ese batiburrillo de siglas que forman la macro “coalición progresista” de, tócate las pelotas, PSOE-Podemos-IU- ERC-PNV-PdCat-Bildu-CUT-BNG y Teruel Existe y que no es sino una especie de componenda multicolor y multideológica cuyo lema fundamental es el “¡colócanos, colócanos. ay por tu madre, Pedro, colócanos!”. No quisiera ser catastrofista pero la cosa. desde luego, no está como para tirar cohetes de alegría ni cantar odas al optmismo. Ya veremos en qué queda y como se sigue desarrollando este Plan que, en pocos meses, puede mandarnos a todos al mismísimo carajo, con perdón.