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Un minuto de ruido

25 de noviembre, Día contra la Violencia de Género. Hay que alzar más voces, porque el silencio es el caldo de cultivo del machismo

Opinión/ Lola Álvarez.- No me gustan los días dedicados. Entiendo que es una manera de llamar la atención, una vía para que los medios nos hagamos eco,  que  expertos –y  los pseudos de siempre–  opinen un rato, y  hasta una especie de pressing para que, por aquello de la corrección política, los gobiernos hagan pomposas declaraciones y  promesas de arreglos y mejoras de lo que sea. Dicho esto, me contradigo a mí misma y escribo a cuenta de un día que va más allá de cualquier otro día, dedicado a algo que considero más necesario que nunca: la eliminación de la violencia contra las mujeres. Un  día que me recuerda a aquella inolvidable película protagonizada por Bill Murray titulada El día de la marmota. En este país nuestro hace ya  demasiado tiempo que, por desgracia, todos los días son 25 de noviembre.

Tenemos hasta una ley al respecto que fue pionera, pero algo pasa, las medidas no funcionan, o funcionan de aquella manera, porque resolver lo que se dice resolver, no vemos que resuelvan el problema.

Todos los días nos levantamos, la inmensa mayoría, decididos a hacer lo que haga falta para evitar esa nueva –y desgraciada– crónica anunciada. Que ya van medio centenar de mujeres asesinadas desde que arrancó el año. Sí, a-se-si-na-das, que no muertas, oiga, que aunque a usted le parezca que es lo mismo, ni muchísimo menos es igual. Que si decimos/escribimos “muertas”, pareciera como que aligeramos la tragedia, y no. Dejémonos de eufemismos que solo pretenden disfrazar la terrible realidad que nos golpea desde todos los  ámbitos, sectores, clases y  circunstancias. ¿Se imaginan la conmoción social que produciría que cada año se asesinaran a 50 niños, a 50 ancianos, o a 50 médicos, porque a alguien se le cruzaron los cables, por un rapto pasional, o sencillamente, por… nada? Más que asustados, andaríamos aterrorizados. Y ya se habría firmado un pacto de estado para hacerle frente con todos los medios que hicieran falta. Con medio centenar de mujeres asesinadas, estamos… preocupados. Vale, muy preocupados, sí, tenemos hasta una ley al respecto que fue pionera, pero algo pasa, las medidas no funcionan, o funcionan de aquella manera, porque resolver lo que se dice resolver, no vemos que resuelvan el problema. El número de asesinadas sigue ahí. Cada día, nos levantamos como Bill Murray.

Dice Miguel Llorente, que sabe de esto, que más que un minuto de silencio hacen falta más minutos de “ruido”. Que hay que alzar más voces porque el silencio es “el caldo de cultivo del machismo”. Estoy de acuerdo. Por eso, hoy, 25N, desde esta esquina no guardo silencio y levanto la voz para decir alto y claro: no al machismo. No más mujeres asesinadas. No más silencios cómplices. Pacto de Estado contra la violencia machista, ya.

Mañana, será tarde.