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Un tesoro en las paredes de Dos Hermanas

Las cosas imposibles ocurren todos los días.

Nadie habla de un tesoro que se guarda en las paredes de la sede de CC.OO. de Dos Hermanas, está expuesta una colección de azulejos denominada Dar la voz, formando un autentico mosaico, un libro en cerámica completo, con poemas de Juan Gelman, el periodista y poeta Argentino premio Cervantes 2007. Es parte de la colección de libros murales, un metro cuadrado de poesía, fruto de la colaboración de la editorial Limón y los obreros de esta Cooperativa de cerámica. y que fue traída desde  10.600 Km. en Argentina  de forma heroica por unos compañeros de este sindicato en una maleta, fue cedida a la Unión Local de esta localidad por los trabajadores de la Cooperativa Fasinpat. Este ha salido a la luz con motivo de los actos del 40 aniversario de la legalización de esta Unión Local CC.OO. de Dos Hermanas.

Fasinpat es el nombre que les han dado los trabajadores de la cooperativa. Este nombre significa Fabrica sin patronos.

Fasinpat es el nombre que les han dado los trabajadores de la cooperativa. Este nombre significa Fabrica sin patronos, antes esta fábrica de cerámica y porcelanato se llamaba Zanon (apellido de su empresario) y era una de las más modernas y mejor equipadas de Latinoamérica en este sector, con la crisis de principio de este milenio, en 2001, después de un cierre patronal los 450 obreros se hicieron cargo de su gestión en forma de cooperativa, esta experiencia de afrontar la crisis económica parece que no hay interés en que se conozca  y no se divulga frecuentemente, pero es una experiencia que se extendió en Argentina, a un número de cercano a 300 empresas, en vez de cerrar la fábrica y que los obreros fueran al paro, estos se hicieron cargos de sus centros de trabajo y los pusieron en marcha y siguen funcionando.

Parece que esto no es una seria amenaza al capitalismo globalizado, pero si es una estrella lejana de esperanza que alumbra, y puede indicar que siempre hay otra forma de hacer mejor las cosas, sobre todo cuando se agotan las ideas de un sistema que chirría por la corrupción rampante que lo vampiriza.

Cuando Juan Gelman vio sus poemas en azulejos, sorprendido, comentó que la poesía de la vida siempre es mejor que la que se escribe sobre el papel, y que nunca habría imaginado que esto ocurriría, su imaginación se quedó corta ante la poesía de la realidad.

El otro elemento que hizo posible este pequeño milagro, fue el cambio de la representación de los miembros del sindicato de cerámica de la Central Argentina de Trabajadores.

La épica de estos obreros que han tenido que vencer innumerables obstáculos, pero que aun mantienen viva la fabrica produciendo, a pesar de que se le denieguen créditos por los bancos y carezcan de ayudas del gobierno, les ayudaron toda la comunidad de Neuquén, ciudad situada a 1000 km al Sur Oeste de  Buenos Aires, también arrimaron el hombro entre otros muchos: las Madres de Plaza de Mayo, la Universidad de Comahue, los presos de la cárcel de al lado les dieron el montante de 3 raciones de comida para ayudarlos y los Mapuches (pueblo indígena de la zona) les cedieron sus canteras de arcilla cuando nadie se las suministraba.

El otro elemento que hizo posible este pequeño milagro, fue el cambio de la representación de los miembros del sindicato de cerámica de la Central Argentina de Trabajadores, que sustituyó a los antiguos miembros que ejercían un modelo muy jerarquizado y burocrático de sindicalismo por otros compañeros que defendían un modelo más participativo y horizontal en la toma de decisiones, de forma asamblearia. Fue fundamental para que los obreros se implicaran y sintieran que la fabrica era realmente suya y pusieran todo su afán, todo su empeño en hacer posible, aquello que parecía que no era ni imaginable. Estos sencillos trabajadores que estampan poesía sobre el barro diariamente, nos enseñan algo que parece utópico; que las cosas imposibles ocurren todos los días.