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USA: la rebeldía ciudadana puede convertir a Trump en presidente

Francisco Rubiales
Francisco Rubiales*

La misma rebeldía ciudadana contra el sistema que ha provocado el Brexit y que castiga con saña a los que gobiernan en muchos países del mundo ha llegado a la primera potencia mundial y amenaza con hacer presidente a Donald Trump, un personaje que hace apenas una década ni siquiera habría podido ser candidato.

La rebelión de los ciudadanos contra el poder establecido ha llegado a Estados Unidos y si hoy vence en las urnas, muchas cosas van a cambiar en el mundo.

Donald Trump puede hoy ser presidente de los Estados Unidos si el voto rebelde y del cabreo se impone en el país que lidera el mundo, los Estados Unidos, al que la crisis, la injusticia y el desempleo golpean con fuerza y generan desasosiego y angustia entre los intelectuales, los demócratas de verdad y los más débiles y desprotegidos.

Es cierto que también cuenta en la batalla por el poder la debilidad como candidata de Hillary Clinton, una mujer antipática, poco atractiva como líder e incapaz de generar ilusión, pero no es menos cierto que el gran mérito de Donald Trump ha sido el de haber conectado con la enorme masa de norteamericanos decepcionados con el sistema, la que siente rebeldía frente a la política oficial y la que está dispuesta a arriesgar con tal de que se terminen el desempleo, la corrupción y la injusticia.

Todo dependerá de las ganas de vengarse que tengan hoy los americanos cabreados.

Es justo lo contrario de lo que dicen los medios oficiales: si los rebeldes optan por la abstención, ganará la Clinton, pero si acuden a las urnas en masa, ganará Trump. Todo dependerá de las ganas de vengarse que tengan hoy los americanos cabreados.

La jornada electoral será hoy como un combate entre los guerrilleros alzados de Trump y las cansadas y desmotivadas divisiones de Hillary y del poder establecido. Guerrilleros contra un ejército debilitado por los errores, el egoísmo, el abuso de poder y la corrupción.

Mucha gente cree que la crisis apenas ha llegado a Estados Unidos, pero se equivoca. Los USA probablemente sean uno de los países del mundo que más ha sido golpeado por la globalización y la crisis, que ha generado desempleo, inquietud, inseguridad y una corriente de rechazo muy poderosa contra los políticos de Washington, sus privilegios inmerecidos, sus errores incomprensibles, su injusticia y esa incapacidad para gobernar bien que está provocando la pérdida del lidereazgo mundial.

Los que votarán hoy a Trump son los mismos que en España han empujado a Podemos y los que, indignados por la ineptitud del poder y la insaciable voracidad de los políticos corruptos, han arrebatado cinco millones de votos al PP y al PSOE. También se parecen a los británicos que han votado por salir de la Unión Europea y a los muchos millones de ciudadanos que rechazan la política injusta y elitista en Europa y en muchos otros países del planeta.

Existe una alianza en ciernes, no reconocida pero cada día más sólida, entre los intelectuales y pensadores más demócratas, inquietos y conscientes y las masas depauperadas y castigadas por la clase política.

El mundo se rebela contra la clase política y esa corriente ha llegado también a los USA, lo que representa su puesta de largo y consagración como fenómeno mundial del siglo XXI.

Existe una alianza en ciernes, no reconocida pero cada día más sólida, entre los intelectuales y pensadores más demócratas, inquietos y conscientes y las masas depauperadas y castigadas por la clase política, esa que cada mes gana menos dinero, que se desespera en el desempleo, que tiene miedo al futuro y que se indigna ante la arrogancia y los privilegios inmerecidos de una clase política que cobra mucho dinero y brilla en las alturas sin merecerlo.

Esa alianza pretende cambiar el mundo y mejorarlo, reaccionando con furia e indignación contra los abusos del poder, la corrupción, la injusticia y la prostitución de la democracia.

Contra esa clase política, muchas veces corrupta y casi siempre estúpida y arrogante, millones de ciudadanos de todo el mundo se rebelan y esa rebeldía de los indignados y cabreados ha llegado a los Estados Unidos, amenazando con elevar hasta la presidencia a un tipo peligroso, contradictorio y aparentemente desequilibrado, cuyo principal mérito es que ha sabido encarnar la protesta y la indignación de los electores contra el stablishment y el sistema.

 

 

*Francisco Rubiales es Periodista.