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Vacaciones de Verano

¿Y Tú… de quién eres? ¿Cuál será tu orden diario? Tranquilizan, aceleran, ponen bien, me ponen mal, subo, bajo la montaña rusa, distraen… Evitan avanzar un gramo de tristeza sobre el caudal mudo de esta sangre, controlando la dosis diaria de tu olvido.

Los demonios viven en el planeta Pastilla cumpliendo su itinerario puntual, orbitando nuestras vidas:

metformina (antidiabético), lorazepam y alprazolam (ansiolíticos), lormetazepam (hipnótico y sedante), metamizol sódico (analgésico, antipirético y espasmolítico), enalapril (antihipertensivo), tramadol (analgésico), furosemida (diurético) y amoxicilina (antibiótico).

Mientras te bañas imagino los libros de mi casa, esos que abro para cerrar la puerta inmediata de mi puteada realidad. Leo en el vapor tu satisfacción, guardo tus bragas de encaje con el que realizamos este ritual…escucho.

Burlándome del discursito fallido, machacón, de tu insatisfacción malograda.

 

” Somos amigos, amigos íntimos…Nada nos debe unir, delatar…”

 

Repaso mi rutina perversa, la medida para hacer un arroz caldoso parecido a la consabida paella, los gramos de azafrán…puñito a puñito, Cruzcampo a Cruzcampo.

Luego, imagino las gruesas manos de mi suegro militar cuchareando, alardeando. Somos su tropa fantasmal, perdida entre un traspié de la realidad. Sus dedos dan un asco peor a cuando olvidamos las gambas en el maletero del coche nuevo…

Cada domingo él somete al personal a su tergiversada versión sobre verdadero franquismo, falso comunismo, la injusta tasa de su jubilación. El impuesto sobre la renta, sus casitas en alquiler. La puta Venezuela…

El imaginario centro derecha inventando cada tramo para maquillar ese fascismo contumaz…

 

Temo no poder callarme.

A menudo lo resuelvo salando el arroz, subiendo el volumen de la radio para dejar de escuchar…

Alrededor, mis cuñados, delatados por sus ojos, esperando con todas sus ganas, su alma, su mórbida avidez ¡Que por fin este viejo de mierda se muera! Sus propiedades, su viudedad, sus hijos secretos, su calma falsa prendida de un alfiler…Por fin en un cajón… Banquete de gusanos. Comprar un garaje en el centro de Sevilla, cambiar de coche, el Botox del milagro.

Despeinarse en la proa de ese crucero contado por lujuriosos y recatados compañeros en la oficina y “nosotros siempre, sin poder embarcar”…

Heredar algo, llegar al puticlub derechito sin pasar por el cajero a sacar efectivo para escamotear a su mujer.

 

¡Ay mis cuñados…tan buenos para nada!

Según el informe basado en datos de 2013, el medicamento de mayor consumo en España es el omeprazol, del que se vendieron 54,4 millones de envases, lo que supone un 6,4% del total.

En segundo lugar se encuentra un analgésico, el paracetamol del que se vendieron un total de 32 millones de envases (que representan el 3,8% del total) valorados en 80 millones de euros.

Sigo en este hostal discreto, limpio, arreglado para desarreglar matrimonios normales. Releo el cuarto, siento el pavor de tu lengua dentro mi cuerpo adiestrado. Zapatos tirados como alguien confundiendo libertad con rebeldía. Tus advertencias, el dolor de tu espalda, la furia hacia los interinos.

 

Mañana esto será un ridículo recuerdo.

Sonreiré malignamente, como psicópata engullendo los hígados de sus pacientes. Respiro el silencio que rodea a la televisión. Otro silencio me regresará intempestivamente a este cuarto de lunes servicial y sempiterno, los siguientes días. Nos vemos, nos consumimos sin receta, para dejar de odiarnos cada cual a sí mismo, reseteando esa doble memoria escondida, nuestra caja B. 

Tu pantalón entremezclado con el mío parece el fantástico traje de dos siameses, escapamos de un circo donde nadie aprendió a aplaudir, respetar, a querer.

 

Entra tu miedo en mi cuerpo, apuñalando a mi miedo.

Prohibido decir:”Te quiero”. Onomatopeyas esquimales, pellizcos duros, ladridos secos. Lóbulos delicados, pezones encendidos… tus preciosas piernas sólidas, trofeos de tenis en Campeonato de Wimbledon. Nalgas erguidas renaciendo, reaccionando al impulso del placer cuando las manos repasan su falsa herida. “Y tú, hermosamente tú”… Dado a las depresiones, al pesimismo pequeño burgués andaluz, al “Mijiteo”, a las premoniciones nocivas. Allí, soberanamente tú, jugando con la escopeta apuntando al paladar…

Yo no soy como tú, esto va a pasar, es una enfermedad, lo ha dicho hasta un cardenal…”

La utilización de medicamentos antidepresivos en España se ha triplicado en 10 años, según los datos publicados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), que analiza el consumo desde el año 2000, cuando el número de dosis por cada mil habitantes y día (DHD) consumidas fue de 26,5, hasta el año 2018 cuando registran 79,5 dosis consumidas.

Te beso, te beso, te beso. Me repampinfla tu moral. Perdí la vergüenza. La vergüenza ahuyenta a la Felicidad. Recuerdo tus rumores acerca del matrimonio cuando me casé con la hija de un militar. Encontrabas maricones hasta en los folletos de Carrefour. Te suponías Macho Alpha.

Nada tenías parecido a un campeón. Apenas llegabas a un señorito sevillano, risueño, nervioso, jugando a dirigir una nave sin timón. Chistes de Lepe, negocios adobados con pelotazos… Una ambición delirante, propia de un suicida. Esa mirada azul delatándote, cuando el fin de año nos emborrachaba las fiestas. Hasta que faltó el toner de tinta en la fotocopiadora.

 

Follamos desorientados, marranos encorbatados, una tarde de auditoría general… 

El Omeprazol es el medicamento genérico de mayor consumo en España. Se trata de un protector de estómago que es el fármaco de elección del grupo de los medicamentos antiulcerosos. En 2013 se vendieron a través de receta médica un total de 54,4 millones de envases de Omeprazol, lo que supone un 6,4% del total.

Los domingos en la misa de Los Remedios, respectivamente nos encaramos frente al altar, rogando a Dios: “Que este lunes sea el último, el definitivo”. Dejar de vernos.

Las comparaciones joden al mundo: Asquerosos utilizamos los peores conductos, tenemos faltas contra natura…  Nuestros niños crecen, nuestras parejas en su barca de resignación han logrado reasignarse un puesto en nuestra absurda vida común. Van al gym. Sanan con Reiki: ”Namasté, Namasté”.

 

Son fanáticas de lo Bio

Cenan Zen, con sus vestidos de algodón puro… Fibra sobre fibra, zampándose libros de alevosa autoayuda. Suponiendo entender, comprender ausencias drásticas, ese Estar y no Estar. Sobrevolando nubes de inciensos, velas perfumadas, Flores de Bach y mucho, pero harto Orfidal.

Una virginidad forzada y un “celibato a huevo” son dos fieras terribles despertando madrugadas. En la condena eterna de un dormitorio decorado con un Buda de papel maché.

Ahora estarán lavando pescado fresco, ni tocado por el hielo, ni criado en el mar, en tu cocina… esperándote, con un licuado Detox de rúcula, manzana verde y hojas de diente de león… Esperando resignados para escuchar falsas batallas.

Tomás, tu hijo admirador, supone calenturiento tu “Audi R8 Musculado para el verano” lleno de guarrillas, “Chonis poligoneras” y mujeres guapas de oficina con tatoo de Hada Élfica o mariposa monarca sobre la pelvis sibilina.

 

Desde los años 90 el consumo de ansiolíticos ha ido aumentando de manera progresiva hasta llegar a la actualidad, donde es uno de los fármacos más consumidos a nivel mundial en los países desarrollados, entre los que se encuentra España.

 

Para que te hagas una idea de la gravedad de dicho consumo, los ansiolíticos son la tercera sustancia más consumida en España (el 12’2% de la población los consume), después del tabaco (78’3%) y del alcohol (40’7%).

De hecho, España es el segundo país que más ansiolíticos consume de los países que forman la OCDE (La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). El país que encabeza la lista es Portugal.

“Felices vacaciones campeón, descansarás de tu suegro.”

“El barco de mi socio nos llevara a Canarias. Pescaremos angelote o pez ángel, sabes “lo cañero” que me pone lo  prohibido”

Desde hace años el ritual del verano nos separa. Tú a lo tuyo… Yo a lo mío. Lo nuestro a la nada… Mejor es nada que un “corazón partío”.