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Viera, el tercer hombre

Benito Fernandez
Benito Fernández

No sé si se habrán dado cuenta pero en Andalucía llevamos ya cinco años arrastrando la instrucción del caso de los EREs falsos. Cinco años nada menos, más de doscientos imputados o investigados como se dice ahora, diversos sumarios paralelos con millones de folios, casi media docena de magistrados contando con los que estuvieron de apoyo con Mercedes Alaya y con los que están con su sucesora, María Ángeles Núñez Bolaños, a cargo de la causa más complicada que ha pasado por los Juzgados del Prado de San Sebastián. Cientos de millones de euros públicos evaporados, desaparecidos en el fondo de los armarios de la Consejería de Empleo y de sus sociedades instrumentales, en el bolsillo de algunos desaprensivos o en la supuesta financiación de algún partido político que los andaluces conocemos bien. Cinco años ya desde aquella denuncia de los empresarios de La Raza sobre un supuesto chantaje que abrió la espita de un escándalo sin precedentes que se llevó por delante a dos presidentes de la Junta, Manuel Chaves y Pepe Griñán, media docena de consejeros, y a medio centenar de altos cargos de la Junta de Andalucía. Hombre, si después de todo este espectáculo de masas resulta que la lacra de la corrupción política es monopolio sol del PP, según asegura Pedro Sánchez, apaga y vámonos.

Pero a lo que íbamos. Esta semana que comienza Andalucía volverá a las portadas de todos los medios de comunicación, televisiones incluidas, cuando Chaves y Griñán acudan al Juzgado número 6 de Sevilla a declarar como investigados-imputados por la macrocausa de los EREs fraudulentos de la Junta. En unos momentos en los que Pedro Sánchez se la está jugando con sus negociaciones a dos bandas con Ciudadanos y Podemos para poder alcanzar esa mayoría que necesita para poder ser investido como presidente del Gobierno, las declaraciones de los dos ex presidentes socialistas ante el juez pueden aguarle al secretario general del PSOE muchas de sus actuales expectativas porque no podemos olvidar que ambos fueron, a la vez, secretarios generales del PSOE andaluz y  ambos también presidentes federales del partido. Si Sánchez no tenía bastantes problemas con el grano que le ha salido en Galicia con la imputación de su máximo responsable, José Ramón Gómez Besteiro, se le suman ahora otros casos por la todopoderosa ala sureña. Si no quería café, tres tazas.

Mientras los focos va a estar centrados en la declaración de Chaves y Griñán, un tercer hombre, también imputado o investigado, trae en jaque a buena parte de la dirección socialista andaluza, José Antonio Viera.

Pero lo peor no es eso. Mientras los focos va a estar centrados en la declaración de Chaves y Griñán, un tercer hombre, también imputado o investigado, trae en jaque a buena parte de la dirección socialista andaluza, José Antonio Viera. Al contrario que los dos primeros, Viera sí que conoce al dedillo toda la fontanería del partido y los armarios más escondidos, sobre todo en la provincia de Sevilla donde fue durante varios años secretario general junto a Susana Díaz. Me dicen, me cuentan que en la sede de San Vicente ha cundido estos días el nerviosismo por alguna de las cosas que pudiera declarar Viera ante el juez. Por supuesto, todos confían en la fidelidad de Viera al partido, pero muchos conocen el desprecio que las actuales altas instancias del socialismo andaluz han tenido contra uno de los hombres más influyentes del socialismo sevillano y temen que la venganza pueda soltar la lengua del ex consejero de Empleo. Como en el libro de Graham Green y en la película de Carol Reed, ese “tercer hombre”, a la sombra no de la noria del Prater sino la del Muelle de Las Delicias, puede ser la pieza clave para aclarar a dónde han ido a parar muchos de los fondos perdidos de los EREs falsos que tenían como destino a los parados andaluces.

Porque muchos me temo que si no se aclara pronto todo este escándalo, si no se cierra pronto la instrucción y se fija la fecha de los primeros juicios, van a ser muchos los que se vayan de rositas por la prescripción de la causa. Dos de los doscientos investigados ya han conseguido que su causa sea sobreseída al haber transcurrido diez años desde que pudieran cometer algunos presuntos delitos. Otros muchos están a la espera que pase el tiempo para seguir por el mismo camino y al ritmo que va la instrucción mucho me temo que van a prescribir muchos otros casos.

Hace más de dos años, cuando la magistrada que instruía la causa de los EREs fraudulentos, era aún Mercedes Alaya, aseguré que todo este escándalo se iba a quedar en nada y que sólo pagarían el pato algunos mangantes que se habían señalado como Francisco Javier Guerrero o, en todo caso, como el ex consejero Antonio Fernández. Los demás, incluídos casi todos los altos cargos, les aseguro que se van a ver libres de toda culpa. Y de ese dinero que Susana Díaz aseguró que se iba a recuperar, nunca más se supo. Es lo que hay. Por cierto, Pedro, en Andalucía sabemos mucho de políticas conservadoras. Tanto que llevamos casi cuarenta años conservando en la Presidencia de la Junta al mismo partido, el tuyo.