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Vox se autodestruye en España

Ya son seis las ejecutivas provinciales de Andalucía donde han dimitido sus presidentes y se ha formado una gestora.

 

Ayer dimitía la presidenta de Vox en Sevilla, María José Piñero, que es parlamentaria andaluza. Con su dimisión ya son seis las ejecutivas provinciales de Andalucía donde han dimitido sus presidentes y se ha formado una gestora. Sólo Málaga y Córdoba parecen tener cierta estabilidad. Unas 40 provincias de toda España se encuentran en una situación similar con cambios de gestora decididos “a dedo” desde Madrid, por el equipo de Abascal.

 

En una dura carta a los afiliados y simpatizantes, la ya ex presidenta Piñero indica que hace ya “más de un año se ha creado en Vox Sevilla una estructura paralela al margen de la voluntad democrática de los afiliados, protagonizada por determinados personalismos y apoyada por Vox España, al margen del ordenamiento estatutario, que ha desplazado al Comité Ejecutivo Provincial y, como no, a mi presidencia y a todo el que no se alinee a la misma”.

 

Además, indica que «por fidelidad al ideario original de Vox he aguantado, esperando que el partido reaccionara y fuera leal conmigo, con sus directivos y sus afiliados». «Cuan equivocada estaba», Piñero señala indirectamente a Javier Cortés, vicesecretario de Organización de Vox Sevilla,  persona próxima a Santiago Abascal, de haber formado «un gobierno paralelo que ha preferido perjudicar al partido con tal de desplazar a cualquier persona que pudiese destacar por trabajadora, inteligente, preparada y capaz que fuese». Y añadía que “en cambio, he visto como el proyecto tomaba una deriva que no ha gustado a nadie, basada en relaciones de poder, soberbia y miedo”.

 

En la carta se indica, además, que “hace diez días envié un burofax a las más altas instancias del partido para que estos problemas fuesen subsanados de manera fulminante, obteniendo la negativa y la amenaza por respuesta. Queridos afiliados, es por este motivo que tengo el deber y la responsabilidad de presentar con enorme tristeza mi dimisión irrevocable como presidenta de Vox Sevilla. Espero vuestra comprensión y os llevaré siempre en mi corazón. No os desaniméis, tenemos un gran país que reconstruir y queda mucho por hacer dentro y fuera de unas siglas. Sois la gran esperanza de esta gran nación”.

 

Piñero  fue la número dos en las listas de las autonómicas por detrás del candidato a la presidencia de la Junta, Francisco Serrano. Ambos han sido laminados desde Madrid de las principales tomas de decisión de la Cámara andaluza, una situación que también ha denunciado la actual diputada de Vox por Almería, Luz Belinda Rodríguez, que hace ya unas semanas dimitió y abandonó el partido, conservando su acta como diputada no adscrita.

 

Conviene recordar que el grupo parlamentario de Vox en Andalucía dio poderes a los máximos dirigentes nacionales del partido para que tuvieran acceso a sus cuentas y poder maniobrar con los fondos recibidos tras las elecciones andaluzas. Algo que recalca la ya ex presidenta de Sevilla cuando indica en la carta a los afiliados de la provincia que “no voy a tolerar que se juegue irregularmente con los recursos económicos de los afiliados para lanzar la carrera política y las ambiciones de unos pocos, que fuera de todo talento, solo buscan su proyección personal”.

 

La misiva termina indicando que “no obstante, creo que los principios fundacionales del partido siguen intactos y, por ello, reitero mi compromiso adquirido con los andaluces y sevillanos para defender el ideario del partido por el que se nos votó para el Parlamento de Andalucía, con la esperanza de que estas incoherencias internas del partido sean subsanadas y cambien en breve por los afilados”.

 

Esta deriva del partido que expone Piñero en su carta tiene ciertas similitudes con la que denuncian desde Vox Barcelona, donde la antigua Plataforma por Catalunya de Josep Anglada, que tiene una presencia muy fuerte en el partido ya ha hecho notar en numerosas ocasiones su fuerte malestar con la dirección nacional cuando ha intentado que su voz y sus denuncias se escuchen en Madrid.

 

En junio pasado se destituyeron 3 miembros del comité ejecutivo de Vox por traslado de domicilio de Catalunya en Andalucía y, según exponen, la gestora actual de Barcelona fue nombrada a dedo el pasado octubre. La notificación llegó a través de un correo electrónico. «No ha habido ninguna asamblea y estas personas han secuestrado el partido», explicaban algunos militantes. Detrás parece estar  el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith.