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Y el susanismo habló de ‘vergüenza’

Reproches al sanchista Delegado del Gobierno, Gómez de Celis, desde un susanismo irritado y sin autocrítica.

Ilustración: Isabel Chiara

 

El jueves pasado, día del arranque en el Parlamento andaluz de la XI Legislatura, el susanismo no solo mostraba rostros de disgusto evidente durante el estrambótico pleno que se estaba celebrando en el viejo Hospital de ‘La sangre’.  A las primeras de cambio atizaban leña a su alrededor, incluidos a sus propios compañeros de partido. Fue el caso del consejero de Agricultura (en funciones) Rodrigo Sánchez Haro quien se permitió reconducir públicamente a Alfonso Gómez de Celis, Delegado del Gobierno a quien recomendaba vía tuit: “Que empiece a mirarse en el espejo el Delegado del Gobierno @GomezdCelis. Hoy debiera pensar en combatir #Pactodelavergüenza con la ultraderecha y olvidarse de las cuestiones orgánicas”. Todo porque en una entrevista respondió a una pregunta con un argumentario que no era el oficial del susanismo sobre las causas de la pérdida del poder socialista en Andalucía. Daba igual, lo importante era colocar en las redes el hashtag‘ pacto de la vergüenza’ con el que el PSOE pretende deslegitimar políticamente el acuerdo de las derechas andaluzas del PP y Cs (con el necesario apoyo de Vox) para desbancar al socialismo casi 37 años después de la primera victoria de Rafael Escuredo en mayo de 1982. De pronto empezaron a utilizar la palabra ‘vergüenza’ y lo hacían todos los miembros del gobierno de Susana Díaz en funciones como Antonio Ramírez de Arellano, el mismo que ha ocultado deliberadamente desde hace medio año los papeles bajo sospecha de los dineros de la Fundación Cajasol pedidos por el PP vía burófax desde Junio.

Y sorprendentemente lo reprochaba también su colega Sánchez Haro quien, hace dos años, verano de 2016, como miembro de la dirección del PSOE, urdió junto a la dirigente Adela Segura un pacto – conocido como el ‘Pacto de Aranjuez’– según el cual los concejales socialistas de la localidad de Albox ponían la alcaldía del pueblo en manos de un independiente de derecha extrema, fundador de Alianza Popular – Francisco Torrecillas– con tal de que el PP no se hiciera con el control municipal y previsiblemente levantase las alfombras de la corrupción de varias décadas de gestión municipal del PSOE. Existiendo ya algunas causas abiertas en sede judicial y con un alcalde, miembro de la ejecutiva regional de Susana Díaz, condenado e inhabilitado por la Justicia por ocultar los papeles de la corrupción.

Hasta en su forma de reaccionar tras el sorpasso de la derecha el 2D algunos socialistas andaluces han perdido la memoria y, en este caso, la vergüenza que ha supuesto para el propio PSOE-A la pérdida de un ayuntamiento importante, feudo socialista histórico en la comarca del Valle del Almanzora en Almería.

 

 

En 2012 no les dio vergüenza pactar contra el ganador

 

Como tampoco parece que recuerden lo sucedido en las elecciones autonómicas de 2012, las que ganó el PP-A, pero que un pacto de los segundos con los terceros – PSOE e IU– les arrebató legal y democráticamente la posibilidad de gobernar la Junta de Andalucía. Aquello no fue un pacto de la vergüenza para quienes hoy tanto gritan. Javier Arenas se apresuró a sacar el billete de Ave para Madrid sin oponer la más mínima resistencia, desde luego mucho menos que la que parece que está dispuesta a plantear Susana Díaz que, cada cinco minutos, recuerda que ella ha ganado las elecciones con más de un millón de votos. Exactamente 1.009.243, unos 400.000 menos que en 2015.

El pasado dos de diciembre un total de 1.804.884 andaluces (53%) votaron opciones de derechas, mientras que 1.593.283 (47%) lo hicieron por opciones de izquierda, seis puntos de diferencia a favor de quienes desalojar al PSOE del poder de la Junta se ha convertido en bandera y pancarta, por encima incluso de los respectivos programas de gobierno y del riesgo político que supone contaminarse con la derecha neofranquista.

 

 

Mesa del Parlamento: 71% frente al 29%

 

Una diferencia – el 42%– que resulta mucho más amplia en el resultado real de la composición final de la Mesa del Parlamento. La derecha se queda con el 71% del órgano de gobierno de la cámara mientras que la izquierda tendrá solo el 29% al no haber aceptado ‘Adelante Andalucía’ ser partícipe de un enjuague diseñado por Ciudadanos para difuminar su evidente complicidad con Vox que, efectivamente, les avergüenza. Vuelve por tanto a repetirse la vieja fórmula socialista que ha prevalecido en la política andaluza de las últimas décadas, que la cámara autonómica estará controlada por los mismos que estarán en el gobierno de la Junta de Andalucía. No habrá contrapoder, nada nuevo.

Ante esta perspectiva tiene lógica que Susana Díaz no opte por cargo alguno en el Grupo Parlamentario Socialista, dejando presidencia y portavocía en manos de Mario Jiménez, el que fuera portavoz de la Gestora creada tras descabalgar a Sánchez en Ferraz. ¿Significa esto que Díaz no liderará la oposición? En fuentes del partido consideran que es más que probable que Susana, antes de que la empujen los sanchistas –“y los suyos”– dé un paso atrás y se aparte de la primera línea, siendo muy consciente de que conforme pasen las semanas muchas voces internas de la organización conformarán una agrupación coral exigiéndole responsabilidades que, hoy por hoy, se niega a admitir y asumir. Algún que otro veterano del partido en Sevilla ya ha empezado a exigirle públicamente que se retire: “Váyase señora Díaz, y empiece a ejercer la profesión que le habilita esa carrera que, al parecer, estudió con gran provecho” ha dejado escrito con cierta guasa un exalto cargo socialista que, además, concluye: ‘Se lo pido por esta vía (pública) dado que sus aceradas y constantes críticas a nuestros legítimos dirigentes las hace de igual forma, algo que también espero no vuelva a ocurrir en el futuro, con quién le sustituya’.

Así se expresaba Susana Díaz en la sede de la calle Ferraz al arranque de las primarias frente a Pedro Sánchez. ‘Haced lo que yo diga, no lo que yo haga’

 

Auditar y limpiar a fondo

 

Mientras, Juanma Moreno Bonilla, el hombre al que los ‘cospedalistas’ con Zoido al frente iban a descabalgar la misma tarde del 2D, sin ni siquiera esperar conocer los resultados finales, será el primer dirigente de la derecha que se sentará en el sillón de San Telmo con Juan Marín a su derecha. Como cometan el error de rodearse de mediocres e inexpertos sus recorridos políticos se presumen cortos. Bonilla no debiera permitirse el lujo de prescindir de personas válidas de su partido – léase Antonio Sanz –  como tampoco pueden hacer excepciones a la hora de las auditorias, incluida la de la RTVA/Canal Sur. Los andaluces, mayoritariamente, han pedido relevar a los socialistas del poder, pero, también, saber qué han ocultado las alfombras y los cajones de la Junta durante 36 años.

Y a quien haya metido la mano en la caja o destruido pruebas, a la Fiscalía o al Juzgado de Guardia. ¿Serán capaces de limpiar de verdad? Veremos.

 

Este artículo se publicó ayer 31 de diciembre de 2018 en Voz Populi