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Yihad Sarasúa: «La Mezquita de Córdoba es botín de guerra, de una conquista…empresarial»

"Con el yihadismo, la comunidad islámica no puede dar margen a errores"

«Llegué porque leí a Blas Infante. Fue prácticamente al mismo tiempo que estaba haciendo la ‘mili’, en Melilla, en 1983».

 

Juan Pedro/Yihad Sarasúa Herices (Sevilla, Los Pajaritos, 1963), presidente de la comunidad Islámica de Sevilla ‘Mezquita Ishbilia’, fue el inspirador, motivador y autor de la carta que ‘Mezquita Ishbilia’ envió el pasado 26 de marzo al Rey Felipe VI. La carta demandaba al Rey una ‘petición de perdón por la Reconquista’ (que Sarasúa define como ‘conquista castellana y empresarial), a la vez que reclamaba la petición de la nacionalidad española para los descendientes de la población andalusí expulsados de Andalucía en los Siglos XV y XVI, como compensación ‘por las atrocidades sufridas’.
‘Confidencial Andaluz’ mantuvo una entrevista exclusiva con Sarasúa, que anuncia sus intenciones de enviar una carta a la Unión Europea -a finales de este mismo mes- «en demanda del reconocimiento del pueblo andalusí». ‘Mezquita Ishbilia’ agrupa a más de un centenar de creyentes musulmanes, cuya gran mayoría (hasta 120 en Ramadán, entre ellos Aïssa Mandi, el futbolista argelino del Betis, y hasta su marcha al Celta, su compatriota Ryad Boudebouz) se agrupa para rezar los viernes en la Mezquita de Avenida Carlos Marx, en Amate: precisamente en aquellos ‘Estados Unidos de Amate’ (por sus calles cuadriculadas y numeradas, como en Norteamérica) que el sevillano y macareno José Díaz, Secretario General del Partido Comunista de España, mostró en los años 30 como ‘paradigma de miseria’ a Mijaíl Koltsov, enviado especial a España de ‘Pravda’ (‘La Verdad’) y… de Don José Stalin.
Sarasúa (que, como noticia, se presentará a la alcaldía de Sevilla en las inminentes Elecciones Municipales, por el partido ‘Renacimiento y Unión de Europa’, creado con el fundamento del ‘Humanismo Islámico’) censura y repudia toda propagación del pensamiento yihadista islámico por vía de las mezquitas y se declara absoluto seguidor de Blas Infante (a quien define como ‘Shahid’, en el islamismo… un testigo y un mártir a la vez), en cuyo pensamiento y obras halla las raíces en el tiempo de la continuidad de la comunidad andalusí.

 

-De entrada, su nombre de ‘Yihad’ dará que pensar a muchos…

 

-Vamos a ver. ‘Yihad’ significa ‘Esfuerzo por buscar la verdad’. Es, simplemente, ‘la defensa de la verdad’. Es un combate contra la mentira. La ‘Yihad’ pequeña, es la batalla. La ‘Yihad’ grande es estudiar o trabajar. La verdadera guerra es la que hacemos contra nuestros propios errores, el egoísmo y la vanidad. No se trata de la Guerra Santa, con el significado que ahora se le da. No se puede pensar que en la idea de divinidad se contiene también una idea de Guerra Santa.

 

«Conecté con el Frente Liberación de Andaluza, el FLA, la izquierda andalucista radical. Me hablaron del Blas Infante oculto, no la figura mítica, sino lo que hay de verdad». 

 

Yihad Sarasúa Herices muestra una de las páginas de el Korán de Blas Infante.

 

-¿Puede explicar su proceso de conversión al islamismo?

 

-Llegué porque leí a Blas Infante. Fue prácticamente al mismo tiempo que estaba haciendo la ‘mili’, en Melilla, en 1983. Entré en ‘shock’ cuando, en una época de crisis personal, unos compañeros me dieron a leer a Blas Infante. No puedo explicar con palabras lo que sientes en tu interior en un momento como ese. Una vez que buscas en tu interior y ves los caminos del espíritu refrendados por los de la materia, ahí ya sabes… no lo que tú quieres: sino lo que tú NO quieres. Lo que yo NO quería era ese espíritu de los muchos franquistas que había allí, en Melilla. Vino en mi ayuda la ‘sakina’ o ‘sakinah’, el sentimiento de paz y armonía del Islam. Con la ‘sakina’ me encontré auxiliado, como a salvo. Esa armonía era la entidad a la que yo le pedía ‘sácame de aquí’. Y me sacó.

 

-Y entonces…

 

-Entonces, quieres saber quién es tu guía. Conecté con el Frente Liberación de Andaluza, el FLA, la izquierda andalucista radical. Me hablaron del Blas Infante oculto, no la figura mítica, sino lo que hay de verdad. Y entonces, encuentro no sólo al político… sino al místico. En Infante se deposita y reside la naturaleza de la nación andalusí. Me llevé tres días como en éxtasis. Expresar mis sentimientos como cuestión politica fue algo que me acarreó muchos problemas. Tuve un trabajo en Marbella, en la Librería Andaluza. Entré en la ‘Yamaa Islámica’ y ahí vimos que las Capitulaciones de Granada de 1491, las concernientes a la transferencia de soberanía andalusí a los Reyes Católicos… no se cumplían. Pues las calcamos, para que luego la gente fuere consciente. Por ejemplo, tocaría decir que el islamismo andalusí no permitía la venta pública de alcohol pero sí el uso privado. Lo que no se permite, evidentemente, es emborracharse en público. Esto, como no se dice ni se cuenta… pues la gente no lo sabe. Para eso llega ‘Renacimiento y Unión de Europa,’ para abrir y recorrer caminos nuevos.

 

-¿Qué opinión le merece la reciente detención en Marruecos de un presunto yihadista con familia, estudios y residencia en Sevilla… cuyo padre es el imán/’imam’ de la Mezquita de Su Eminencia, en Sevilla?

 

 

-Ýa lo condenamos en un comunicado, con felicitación incluida a las fuerzas de seguridad. Nosotros, ya de cara a nuestra financiación, hemos rechazado dinero, por proceder de gente tendenciosa, sospechosa de las normas occidentales. Intentar implantar la ‘Sharia’ en el mundo occidental es un absurdo. Aquí se vive bajo el Código Romano que, en realidad, es es un código religioso. ‘Mezquita Ishbilia’ (donde podemos tener hasta 120 fieles en alguna oración de los viernes) ha puesto todos los medios para evitar la propagación de ideas fanáticas y radicales, a las que somos contrarios y antagónicos. Colaboramos con la Justicia española y nada se nos ha perdido en Su Eminencia. Por todo eso fue por lo que pedimos al Ayuntamiento que medie en la proclamación de imanes: porque lo que ellos hagan me implica a mí y a mi comunidad.

 

‘Mezquita Ishbilia’ (donde podemos tener hasta 120 fieles en alguna oración de los viernes) ha puesto todos los medios para evitar la propagación de ideas fanáticas y radicales, a las que somos contrarios y antagónicos. 

 

Yihad Sarasúa junto a Alejandro Delmás, autor de la entrevista, examina el Koran que fue de Blas Infante.

 

-Sarasúa, ¿cómo opinaría del panorama en relación a esta situación relacionada con la actuación policial? ¿Existe una tendencia?

 

 

-Lo que ha pasado se veía venir porque en según qué sitios hay un discurso no consecuente con la convivencia y la integracion. No se trata de terrorismo activo, es una falta de acierto a la hora de aprender, de ser abiertos y de integrarse con lo español. La segunda comunidad religiosa de España, que es la islámica, no puede vivir en burbujas ni fantasías. A nosotros nos ayudan profesionales de cara a la integración. De lo que ha pasado con esta detención en Marruecos, yo sólo digo que… si te cogen, algún indicio habrá. Aquí hay indicios claros de que alguien se radicalizó. La Policía no interviene sin motivo. Las apariencias dan que pensar. Y aquí nos estamos jugando mucho: la comunidad islámica, en general, tiene que ser consciente de no dar margen a los errores.Yo soy sevillano, sevillanísimo, pero este hombre, el detenido, lleva aquí diez años y sigue siendo marroqui: no ha salido de su pequeño mundo o microcosmos de micromachismos, microfanatismos… todo en un discurso que aventa un discurso aún más radical y en un ambiente que no es el más propicio. No digo que no sean buenas personas, pero en ese ambiente y con la falta de madurez… llegan los ‘listos’ y se aprovechan, recogen las nueces. A largo plazo, la actitud ha de ser la de erradicar discursos no integradores. Si eso no se hace desde las mezquitas… pues esto lo que pasa. No es un juego. Se trata de la integración en una entera vida social. ¿Nos jugamos la vida? Pues sí.

 

-¿Quién le financia a ustedes, por ejemplo?

 

-Tuvimos la primera Mezquita en Los Pajaritos, en un garaje. Nos mantenemos por las donaciones populares, las de los creyentes. Para la financiación nos han llegado varias ofertas, seis o siete, incluso de Marruecos o Emiratos Árabes… y ahí quedaron. No deseo vincular a nuestra Comunidad a un proyecto político, la independencia de medios garantiza la independencia. Pudimos tener cinco o seis mecenazgos liderados por Gobiernos. del tipo de Turquía. Como se sabe o debería saberse, el Palacio de los Condes de Ibarra, en Sevilla, fue adquirido para un hotel y Centro Islámico por una Fundación islámica (Fundación Taqwa, con elementos saudíes, que luego desistió de la operación inmobiliaria -llevada por Jaime Montaner- en noviembre de 2018)… sobre cuya objetividad o respeto a las normas occidentales cabría cierta discusión. Nosotros hemos rechazado dinero que procedía de gente tendenciosa, bastante sospechosa de no respetar las normas occidentales. De la Fundación ‘Pluralismo y Convivencia’, cultural y/o educativa, recibimos 1.400 euros… y devolvimos 400. En la Declaración de la Renta, Hacienda marca con una ‘X’ una casilla para la la Iglesia… y para los musulmanes no marca nada. ¿Cómo vamos ‘palante’…? Eso digo yo. Has de pagar tu cuota. El nuestro no es un Islam importado de Marruecos, es a base de tesón y aportaciones personales de los fieles, de ahí salen las siete mezquitas que hay en los barrios de Sevilla. Están cerca de la gente, en comunidades de aluvión e inmigración. Ahí instruimos a la gente sobre hechos culturales andalusíes, hechos concretos: un pakistaní, por ejemplo, llega sin saber de Blas Infante. Creen que tengo un sueldo del Rey de Marruecos, cuando lo que yo hago es… pagar mi cuota.

 

«Yo soy sevillano, sevillanísimo, pero este hombre, el detenido, lleva aquí diez años y sigue siendo marroqui: no ha salido de su pequeño mundo o microcosmos de micromachismos, microfanatismos… «

 

 

-Cuando se refiere al ‘respeto a las normas occidentales’, ¿podría concretar en su caso especifico?

 

-Insisto en que Intentar implantar la Sharia en Occidente es un completo absurdo. El Código Romano ya opera como un código religioso. Sí se puede ir a una normalización de la ‘sharia’ o ajuste a través de los Códigos Civiles. Se tergiversan muchas cosas. El Korán nos dice: «La mujer no tiene por qué aportar economía al matrimonio… el marido, sí». Pero eso no se cuenta. En los tiempos preislámicos en España, la gente detestaba tener hijas que luego no se podían ‘dotar económicamente’ para el matrimonio: y a las hijas, se las enterraba vivas. El Islam acaba con eso y establece en sus normas económicas que la mujer aporta lo que puede o tiene, como Fátima, que era de familia adinerada y aportó voluntariamente su dinero -e incluso se arruinó- a la causa de su marido, el Profeta. Eso tampoco se dice, como que, en el islam, la mujer es una persona jurídica que vota, y ejerce… liderazgo. Nosotros, entre los varones islámicos no nos regalamos oro: el oro ha derramado tanta sangre a lo largo de los años.. que no es de buen gusto; se le regala a la mujer, pero porque a ella le gusta más. La Medina de Fez fue la obra de dos hermanas. Aquí conocemos, incluso por romances, la gran personalidad de la Sultana Aixa o Aisha Ibn Al-Ahmar (Aisha, ‘La Honesta’, la madre del depuesto Rey Boabdil). En Sevilla tenemos los ‘Baños de la Reina Mora’, un ‘Hamman’ que se le adjudica a una reina… pero que el Ayuntamiento de Sevilla rehabilita con dinero público y cede para disfrute y gestión a ciertas hermandades cofrades. Cuando los ‘Baños’ se deterioran, el Ayuntamiento paga y se lo vuelve a dar a los cofrades, a un grupito particular. Todo esto demuestra que en el Islam andalusí, la mujer era activa políticamente y socialmente. Esos ‘Baños’ son de toda la ciudadanía de Sevilla, de todo el pueblo andalusí. Y ahora podían estar perfectamente como Santa Sofia en Estambul: que hoy es un Museo, no es una Mezquita.

 

-En su opinión, Yihad Sarasúa, la Mezquita de Córdoba… ¿sería un ‘botín de guerra’?

 

-La Mezquita Aljama de Córdoba es, en efecto, un botín de guerra: empresarialmente distribuido, que es como se hacía en la ‘Conquista castellana’ o ‘Reconquista’. En esa Conquista castellana, que era muy ‘europeizante’, muy profesional, los botines de guerra se reparten por decreto entre los nobles, la Corona y la Iglesia. La llamaban ‘la Empresa de la Reconquista’. La Mezquita fue una recompensa al Vaticano: por designación. Así, los sitios emblemáticos de la religión islámica se reconvierten en catedrales, en todas las ciudades. Pero no les pueden quitar su ‘baraka’, su halo protector: como el Patio de los Naranjos, de Sevilla, un lugar con muchísima ‘baraka’. La Corona tiene interés en mantener este sentido empresarial, de ahí el sentido de la carta que se mandó al Rey Felipe VI. Del mismo modo que la Mezquita de Córdoba, la de Sevilla y los otros sitios islámicos eran obras de los andaluces, la guerra de Fernando III el Santo fue… una guerra contra los andaluces. Fernando III era el rey ‘bizco’. Era tan bizco que iba para Granada… y se coló en Sevilla, igual que Napoleón iba a Portugal y se coló en Madrid. San Bernardo, Portaceli, Buhaira… todo era una zona de avituallamiento estratégico que pasó a formar parte del reparto Municipal, Real y Eclesiástico, como los cuarteles militares. ‘Huerta del Rey’ no es un nombre que se haya puesto por casualidad. Era la ‘repartición’, el reparto de Andalucía.

 

-La Iglesia se defenderá, por ejemplo, apuntando a que la Iglesia de San Vicente estaba ‘allí’, en Córdoba, antes que la Gran Mezquita Aljama.

 

-De entrada, San Vicente era una iglesia de culto unitario: arriano, para ser exactos. También, andaluz: por supuesto. Según lo que Blas Infante nos enseña, hay un progresivo evolucionar del ser andaluz. La Conquista castellana es una ruptura con el ser andalusí, casi del mismo modo que la dualidad entre Leovigildo y Hermenegildo ya había generado un conflicto en la sociedad visigoda. Hubo un tiempo en el que Andalucía entera se hizo bizantina por mantener contactos con Oriente, y era sólo por dos barcos bizantinos que llegaron a Málaga. Los andalusíes, lo que yo entiendo por andaluz, queremos ser universales: no godos o visigodos. Hay dogmas filosóficos, pero hay también una economía basada en la esclavitud: la esclavitud del pueblo morisco, andaluz o andalusí, como afirmó y documentó Blas Infante. Estaba muy claro. A partir del Siglo XVI, y confirmada por Real Decreto hasta el Siglo XVIII, ahí llega la marginalidad del pueblo andalusí, al que se convierte en una comunidad residual y sometida.

 

«En Sevilla tenemos los ‘Baños de la Reina Mora’, un ‘Hamman’ que se le adjudica a una reina… pero que el Ayuntamiento de Sevilla rehabilita con dinero público y cede para disfrute y gestión a ciertas hermandades cofrades».  

 

«Con su vida y su muerte, Infante proclama la unicidad de Al Andalus».

 

-¿Exigen, necesitan exigir, demandan a toda costa… la recuperación de la Mezquita de Córdoba para el culto islámico?

 

– El uso social de la Mezquita de Córdoba sería importantísimo porque ‘ellos’ humillan al espíritu de Andalucía ‘de forma consciente’: con la Catedral encima de la construcción islámica. La identificación dogmática nacional/española no es que venga del Alzamiento de Franco, sino desde la crisis nacional de 1898, en la que ya llega ese discurso fácil del ‘Viva España’, y ya lo has dicho todo. Sólo con esa proclama, ya basta para identificar a uno de derecha en tres segundos. Nosotros sí querríamos reivindicar el árabe, al menos como lengua oficialista. Recuperar Andalucía es recuperar mucho del Islam. Andalucía se rinde al Islam o al cristianismo con el trasfondo de una cuestión ‘civilizadora’. Pero, cuando el Islam deja de serlo… pues los andaluces ya no lo queremos como algo nuestro. Toda esta reflexión es lo que me ha llevado a hacer lo que he hecho. El Islam fue lo que hizo Andalucía una gran nación. La reivindicación explica y hace recuperar forzosamente la figura de Blas Infante. Al Rey Felipe VI,en Argentina, se le concedió el ‘Premio Shalom’ ( del ‘Legado Sefardí’)… pero nunca se le ha planteado el reconocimiento al pueblo andalusí. Nunca se ha hecho. Blas Infante captó el Islam verdaderamente mejor que muchos árabes. Era un ‘shahid’, un buscador que buscaba la verdad, que era testigo de ella… y la proclamaba.

 

-Pues parece que, por ejemplo, alguien tan señalado y -en teoría. tan leído como Federico Jiménez Losantos no está de acuerdo con todas estas proclamas identitarias, ni siquiera le produzca mucho respeto la figura de Infante…

 

-¿Jiménez Losantos? A ver: yo siento la necesidad de reivindicar lo que soy y lo que ‘esto’ fue: Andalucía. Y lo que fue Blas Infante. Por eso tuve el empuje de la carta. Esto tenía que dejar de ser como un canto flamenco privado y hacerlo público. Es la misma necesidad que espero los andaluces sientan algún día. Infante es un ‘Shahid’, alguien que muere proclamando la verdad: el ‘Had’. Su muerte, su martirio, fue el acto de un ‘Shahid’: la ‘Shahaddia’. Con su vida y su muerte, Infante proclama la unicidad de Al Andalus. Podía haberse escapado o renegado, tuvo tiempo para todo ello. Pero nunca renegó. Afirmo que Blas Infante era musulmán. Y, aunque sólo Allah lo puede saber de firme, Blas Infante no es musulmán por un papel, sino por lo que se identifica de él, por sus actos, reza cinco veces al día… y da su vida por la verdad. Muere proclamando Andalucía libre. Y, de camino, islámica. Por sus acto finales. Durante su vida, Infante bastante tenia con proclamar la identidad andaluza, así que tuvo que ir dejando la religión más en segundo plano.

 

-Pero, insisto: ¿Sueña con los musulmanes rezando a placer en en la Mezquita de Córdoba, o, no sé, en Almonaster la Real, en Ronda, en Granada, en el Patio de los Naranjos, Sevilla…?

 

-La concienciación ha de ser previa. No vamos a ocupar el espacio, ningún espacio, sin antes ocupar corazón y mente. Primero es recuperar la herencia de Blas Infante, sin eso no hay nada. Llegamos a una situación en la que los politicos no quieren colocarse. A la gente hay que educarla antes de votar. Hay que educar a la gente por parte de maestros y de pensadores. Es lo que Infante argumentaba en ‘La Dictadura Pedagógica’:  «Que nos guíen los maestros, que nos guien los que saben». Como señala el Profeta, ‘si tú tienes educados a tus hijos, tienes ganado el Paraíso». Sólo entonces, a los caminos del espíritu, les tocaría ser refrendados por los de la materia. Pero hay un método de imperialismo que nos confunde. En el Islam hay democracia. Necesitamos esa conciencia previa al acto: sin acción, los monumentos se quedan vacíos. Y, si la acción no va acompañada de la conciencia se queda en folklore. Pero ojo, que como resalta el (profesor arabista) Emilio González Ferrín… «todo el mundo entiende en este país de religiones».

 

-Diagnostique causas: y remedios… si los hay, hubiera o hubiese.

 

-Aquí se han atravesado los siglos de tal modo que ahora no hay sentimiento de pueblo ni de nación. Se ha construido una imagen de Andalucía regionalista, y eso no es andalucismo, eso es un pastiche regionalista. Es el resultado de interpretar una corriente egocentrista y supremacista que niega la esencia de lo que fue Al-Andalus, hasta el punto de negar al pueblo andaluz, negarlo, ridiculizarlo… e incluso intentar destruirlo. El secreto de qué significa Andalucía y cómo se constituyó sigue estando en Blas Infante.

 

«Con su vida y su muerte, Infante proclama la unicidad de Al Andalus. Podía haberse escapado o renegado, tuvo tiempo para todo ello. Pero nunca renegó. Afirmo que Blas Infante era musulmán». 

 

«A la gente hay que educarla antes de votar. Hay que educar a la gente por parte de maestros y de pensadores. Es lo que Infante argumentaba en ‘La Dictadura Pedagógica’ «

 

-Nos faltan los remedios, las soluciones…

 

-Es que resulta increíble. A ver. Por ejemplo, los sefardies tienen una lengua.Y Blas Infante decía… «si hubiéramos querido hubiésemos tenido Lengua, Policía, Estado, pero nada de eso tenemos… porque lo hemos cedido. No se reconoce al pueblo andaluz, se dice que ese pueblo… ‘nunca ha hecho nada’. Es falso. Los, por ejemplo, sefardíes se mantienen encerrados en sus propias normas, su propio microcosmos y lenguaje. Y a nosotros  nos vienen culpando de nuestra propia capacidad de convivencia y asimilación. ¿Nos van a culpar también de ser ‘buena gente’? La sociedad que nace tras la expulsión y exilio andalusí, ya es otra cosa. Pero incluso Yasir Said Arman, la figura política de más proyección en Sudán, nos dice textualmente…»Andalucía es para nosotros como un paraíso, como un mito».

 

-Insisto: planes, proyectos… ideas: soluciones, en definitiva.

 

-Estamos creando una red de la que esperamos una respuesta importante. Habrá esa carta a la Unión Europea, en petición del reconocimiento de la identidad del pueblo andalusí’, el que terminó de ser laminado cuando la Rebelión de las Alpujarras. Vamos a pedir ayuda a las potencias islámicas… pero no queremos armas ni tropas: sólo queremos recuperar la esencia de lo que fuimos y somos. ‘Los andaluces queremos volver a ser lo que fuimos’, la letra del Himno de Andalucía de Blas Infante. Precisamente eso. Es la recuperación de la memoria de Andalucía, lo que creemos que haría Blas Infante. Esto, cuando el nacionalismo andaluz no se pronuncia en los Congresos de Paz auspiciados por el ONU, como este reciente en Bucarest, donde reinó un silencio clamoroso sobre la causa andaluza y andalusí. Necesitaríamos buenos Imanes y ‘koranes’, más libros sagrados del ‘Korán’, para recuperar la determinación, la base de los fundamentos. La identidad andalusí se está diluyendo.

 

-De momento, nos queda un perfume, una base de esencia. Tan poco, pero tanto… ¿no?

 

-Al Andalus no es sólo el Islam; el Islam es su fuente vertebradora. El Islam no existió en Andalucía sólo como religión, sino como estructura social sencilla y tolerante. Aquí se bebía vino, se podía rezar a discreción y sin pañuelos. Somos musulmanes, pero somos andaluces: no somos árabes. Queremos poder hacer nuestro ‘salat’ y la ‘umma’ en las grandes mezquitas, pero también queremos un Islam tolerante. En el románico, en las iglesias, se podían ver los relieves de una mano. En mayúsculas, LA MANO significa que los que ahí la colocaron valoran el trabajo ‘por la mano’, con ‘su’ mano, no con esclavos; el mundo de la esclavitud era Roma. Mi libro de cabecera (y debería serlo de más gente, me arece…) es uno de Blas Infante: ‘Orígenes de lo flamenco y Secretos del Cante Jondo’. Ahí encuentras todos los fundamentos de Andalucía. Esto es tan sencillo como que, cuando nosotros, la Comunidad, al principio de todo, en 1983, fuimos a su casa en y allí hicimos un ‘Salat’, nos lavamos al modo islámico, Luisa, la hija mayor de Infante, que recordaba perfectamente al padre, nos miró y nos dijo: ‘Así se lavaba mi padre las manos’. Y era 1983…

 

Desvelamos algunas claves del Korán de Blas Infante