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La verdad de la foto de la tortilla

Santiago Sanchez Traver
Santiago Sánchez Traver

La mal llamada “foto de la tortilla” tiene su propia historia, más allá de lo que supone contener en una sola imagen a muchos de los personajes del oculto socialismo andaluz, que, poco después, tomaría el poder de un renacido PSOE, para, posteriormente, alzarse con el poder en España, de la mano de su principal líder, Felipe González.

Para empezar diseccionemos la foto fue realizada en los pinares de Puebla del Río en la primavera de 1974, y no en Oromana, como erróneamente se ha contado. Estos son los retratados de izda a dcha: Carmeli Hermosín, esposa de Yáñez, María Martín, esposa de Curro Rodríguez, Jose Antonio Barragán, Felipe González, Isabel Pozuelo, Pablo Juliá, Josele Amores, Rosa Rodríguez, Carmen Romero, Alfonso Guerra, Carmen Reina y Antoñita Iborra, tumbados, Luis Yáñez y Manolo Chaves. También en esto ha habido alguna confusión, metiendo en la foto a gente que no estaba y olvidando otros participantes. Fueron catorce personas más el autor de la foto.

[blockquote style=»1″]La foto se realizó como es sabido con la cámara de Pablo Juliá, pero no con exposición ni mucho menos, sino disparada por otro de los participantes en la merienda que no quería salir en la misma.[/blockquote]

Faltan varios de los del núcleo duro sevillano en esas fechas. Se sabe que Curro Rodríguez estaba de viaje en Madrid, aunque estuviera su mujer en la cita. Y se echa de menos a Miguel Angel Pino, que entonces ya controlaba las Juventudes, o a destacados militantes como Antonio Rodríguez Almodóvar, que sí tomó parte en eventos posteriores preparatorios del XXVI Congreso. Eso hace pensar que no fue aquel picnic una reunión política sino, como se dice modernamente, una “quedada” más o menos improvisada, a la que acudieron los que estaban disponibles.

La segunda gran mentira es lo que comieron: no hubo tortilla, ni española ni francesa. Según me confesaron varios de los participantes en el curioso picnic político amistoso, se trataba de compartir unos patés y quesos, que habían regalado en una visita a Francia a los principales responsables de la renovación socialista. Y eso sí, a los postres, como puede observarse en detalle fotográfico, se tomaron unas naranjas.

Por otra parte, la foto se realizó como es sabido con la cámara de Pablo Juliá, pero no con exposición ni mucho menos, sino disparada por otro de los participantes en la merienda que no quería salir en la misma, tal vez por las precauciones que se guardaban en la época, aunque faltara sólo año y medio para se muriera Franco. “Yo la hago” le solicitó a Pablo Juliá el luego alcalde de Sevilla Manuel del Valle. Y así fue, por eso no sale en la foto, aun cuando siempre que se publica es firmada por Pablo Juliá, que, lógicamente, la reveló con el resto del carrete. Puede decirse que Del Valle sólo apretó el gatillo o disparador, pero a pesar de ello tuvo buena carrera política e institucional.

En fin, la foto refleja la unidad del clan socialista sevillano, de picnic con sus parejas sentimentales, en vísperas de tomar el poder en Suresnes, lo que hicieron en el otoño de ese año.  La preparación de aquel congreso se llevó a cabo el siguiente verano cuando se concentraron en una casa alquilada en Santa Olalla de Cala.  Pero esa es otra historia.