El día 2 de octubre de 1937 era nombrado arzobispo de Sevilla el señor cardenal don Pedro Segura y Sanz, burgalés, monarquico de una pieza, antifranquista visceral, integrista catolico y hombre de carácter muy difícil. El 8 de abril de 1957 moría siendo arzobispo de Sevilla. Franco ordenó que se le rindieran honores militares de capitán general con mando en plaza, pese a que en un sermón en la catedral, con él en el sillón de honor, había comentado el versículo evangélico que reza “ No queremos que este reine sobre nosotros “ y de que había prohibido en su diócesis – que hoy son tres – bajo pena de excomunión que se le permitiera entrar bajo palio en los templos.

El día 22 de noviembre de 2018, cesará definitivamente como decano del Ilustre Colegio de la Abogacía de Sevilla, don José Joaquin Gallardo Rodríguez. Agota su quinto mandato. Veinte años. El mismo tiempo de gobierno decanal que el del señor cardenal Segura en el Palacio Arzobispal. Muchos años, veinte años son muchos años. La Madre Iglesia, católica claro, y el Colegio de la Abogacía permiten largas estancias pues ambas instituciones miran a la eternidad. Aquella celestial. Esta con la prision permanente revisable.

Agota su quinto mandato. Veinte años. El mismo tiempo de gobierno decanal que el del señor cardenal Segura en el Palacio Arzobispal.

Don José Joaquín Gallardo ha decidido, sin ser coaccionado, libre y voluntariamente,  no presentarse a las elecciones a un sexto mandato decanal. Saldrá por la puerta del Príncipe, a hombros togados y con la cruz de san Raimundo de Peñafort a cuestas, con bandera y banda.

Quienes hemos tenido el placer de tratarlo, de colaborar en actuaciones en pro de asociaciones de atención social, sabemos bien de su buen humor, de su excelente percepción de lo que debe en cada momento ser hecho o ser dicho para evitar heridas, o restañarlas, de su vista finísima, agudisima, de albatros que otea los horizontes judiciales, legislativos, letrados para que nada escape a su mirada, con la faz agradecida al que le habla, con el verbo cuidado, justo , jamas desaforado, nunca zafio, y menos estulto, lerdo o falaz.

¿Cuántos sevillanos de empresa, de café, de sociedades ocultas, de hermandades, de partidos,  de clubes deportivos, de aristócratas venidos a menos que parecen más, de comunicadores, de canónigos y capellanes  reales, de representantes politicos maximos o mínimos, de mandos militares, de miembros de la abogacía provincial, de prelados diocesanos, conoce usted maestro que tengan esas dotes, esos dones?. ¡Un nombre!, dígame un nombre, ¡usted dígame uno solo!.

Saldrá por la puerta del Príncipe, a hombros togados y con la cruz de san Raimundo de Peñafort a cuestas, con bandera y banda.

El decano don José Joaquín Gallardo, éste decano, no es reproducible ni en holograma. Se rompe el molde cuando cese y deje de llamar a Mariló para que tenga preparado un documento en un sobre que por algún colegial será recogido mañana a la una para gestionar un caso difícil , o hacer un favor a un compañero.

Pero, por eso, no puede tener continuidad. Precisamente por eso quienes pretenden hacerse con el santo y la limosna de herederos e hijos de Gallardo Rodríguez , sociedad limitada unipersonal, yerran. La irrepetibilidad exige aires nuevos y no imitadores a remolque de imágenes idas. El Ilustre Colegio de la Abogacía de Sevilla necesita y se merece nuevas gentes, no simples discípulos de un irrepetible decano que, con señorío que le sale de las entrañas doloridas, se deja ir por la vida fuera de Chapineros.

José Joaquín, amigo, decano, buena gente ¡a esta es¡.

Service Unavailable

The server is temporarily unable to service your request due to maintenance downtime or capacity problems. Please try again later.

Additionally, a 503 Service Unavailable error was encountered while trying to use an ErrorDocument to handle the request.