18 julio: Queipo y su sicario «Criadillas» abren ‘La corte del Terror’ donde desaparece Blas Infante
Cuando se cumplen 85 años del 18 de julio de 1936 aún continúan los trabajos de identificación y 'desenterramiento' en la llamada Fosa 'de Pico Reja'.



En ‘La Corte del Terror’ del General Queipo y bien documentada por Nicolás Salas, una serie de personajes se daban cita con la abyección (más tarde o más temprano, incluso de madrugada) en los sitios de alterne de las más siniestras noches sevillanas: ‘El Pasaje del Duque’, ‘Las Siete Puertas’, ‘La Sacristía’, el ‘Café Gayangos’ o el cabaré ‘Variedades’. Se trataba de los propios Gonzalo Queipo de Llano y Manuel Díaz Criado, más otros sicarios: ‘El Lecherito’, Portabella, Cárdenas, Flores, el propio Jefe Territorial falangista Joaquín Miranda, Ángel Macua, el ‘camisa vieja’ Pablo Fernández Gómez (encargado del Parque Móvil), el ex Guardia de Asalto José María Plaza, borrachos de toda laya, militares de más o menos graduación -como el Coronel auditor militar de la 2ª Región, el acreditado macareno bético Francisco Bohórquez Vecina– y paramilitares como Santiago Garrigós Bernabéu y José Rebollo Montiel, ambos oficiales (capitán y teniente o alférez) de la Guardia Civil. Rebollo se acababa de jubilar y tenía un chalecito en Gines. En esas horas interminables de las espesas, densas madrugadas del siniestro verano de 1936, Manuel Díaz Criado consensuaba ‘las tareas’ con todos ellos, en un sentido… o en otro. Según el mismo Paul Preston, en ‘El Holocausto Español’, «el flamante delegado militar Manuel Díaz Criado eligió como mano derecha al oficial de la Guardia Civil José Rebollo Montiel, un hombre de implacable crueldad, a quien encomendó la supervisión de las torturas y los interrogatorios de los prisioneros».
