El odio extremo a Susana Díaz y la obsesión por desalojar al PP del gobierno y por acercarse a Podemos están conduciendo al PSOE hacia su fracaso, divorciado de sus votantes. El gran error de Pedro Sánchez es que gobierna al PSOE pensando en su militancia, pero olvidando a los que hasta ahora le han votado, más moderados y centristas que él y sus pretorianos.»Podemizarse» para demostrar que se es de izquierda radical, defender la inexistente «plurinacionalidad» de España y colocarse contra el tratado de libre comercio con Canadá (CETA) son las últimas imbecilidades del «sanchismo».
Algunos opositores a Sánchez, entre los que destaca la andaluza Susana, ya esperan una nueva ocasión para volver a expulsarlo del liderazgo socialista.
Es evidente que en el actual PSOE no caben Pedro y Susana juntos. Uno de los dos tiene que morir y casi todas las papeletas la tiene la andaluza.