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Susana, de vacaciones con la FAFFE

No escurras el bulto ni mandes al pobre de Carnero a dar la cara. No vale, Susana. No te vale. Es muy gordo. Demasiado.

De vacaciones. Susana está de vacaciones. O, al menos, nos hace creer que está de vacaciones. Porque no lo está. De ningún modo. Está metida en un buen lío. Que no por guardar silencio, deja de pensar en ello. Ya nos ocupamos los otros en que se siga hablando.

De la FAFFE. La FAFFE, Susana. La FAFFE, hasta en la sopa. Aunque en el Canal Sur nos pongan lo que sea. Aunque en los periódicos del grupo Joly nos digan que el paro baja y que las exportaciones aumentan. Y que el porvenir es color de rosa con Susana. Susana, empero, está con la FAFFE.

 

 La FAFFE llueve sobre mojao, que decimos en mi tierra. Que Susana no ha salido de los EREs y ya se le adivina otra. Se libró de los cursos haciendo carambolas en los juzgaos, pero ha quedao un tufo raro. El tufo de los arreglos, ya me entienden ustedes. Y flotan muchos más tufos.

 

El tufo de la FAFFE es tela de feo, Susana. Que no es puticlub, ni club de alterne. Que es un burdel o un prostíbulo, a ver si usamos el castellano sin eufemismos. Lugar donde mujeres son explotadas en lo más íntimo. “Mujer pública que comercia con su cuerpo”. Pero las ganancias son  para otros. Mujeres pobres o extranjeras. Mujeres que vinieron de allá, del otro lado del charco, engañadas por las redes de la trata: que iban a darles un curro decente, camarera o limpiadora.

Luego, las secuestraron acá, les quitaron el pasaporte y las encerraron. Les obligan a devolver el pasaje con lo que tú ya sabes, en “Don Ángelo” – afortunadamente en ruinas – y en otros lugares aún en activo. Las amenazan con pegar o matar a sus familiares, allá en su tierra, si no colaboran lo suficiente. Terminan drogadas o asesinadas. Mira, acabo de publicar una novela acerca de esto, por si te interesa.

 

La FAFFE, Susana. No es que se malverse el dinero de los ciudadanos en una mariscada o en club de lujo – que ya es grave -. Es que se malversó – presuntamente – para colaborar y perpetuar la red de la trata, Susana.Y no fueron los de derechas, Susana. Fuisteis vosotros, Susana – presuntamente-.

 

O gente de la administración de la Junta de Andalucía. Hace nada. Tú tenías cargos en esa época. En el gobierno de la Junta de Andalucía. No escurras el bulto ni mandes al pobre de Carnero a dar la cara. No vale, Susana. No te vale. Es muy gordo. Demasiado.

Porque la maniobra de Carnero fue escudarse en el juzgado, Susana. Negarle la información al Parlamento de Andalucía. Es que no sé si te das cuenta, Susana. El Parlamento de Andalucía no es tu casa, aunque tú tengas la mayoría – por lo pronto -. Es la institución suprema resultado y reflejo de la voluntad de los ciudadanos. La representación de la gente. Si tú estás en San Telmo, es porque así lo decide las Cinco Llagas, cuya composición es consecuencia de unas elecciones. Parece perogrullo, y no lo es. Cada diputado, por tanto, representa a la ciudadanía. Es de precepto dar explicaciones. Todas las explicaciones. Simplemente, es respeto por la ciudadanía. Tus jefes, vaya.

 

La FAFFE, Susana. Cada día que se retrase el esclarecimiento se prestará más a la imaginación. En la comparecencia del pobre de Carnero, por ejemplo, salieron veintrés mil euros más. Y el ciudadano corriente se pregunta: “¿cómo de grande será el agujero, en realidad? ¿Qué no habrán hecho estos? ¿Qué orgía no se habrán pagado con nuestro dinero?”.

 

La FAFFE, Susana. La diputada del PSOE le echó el capote al pobre de Carnero. Que no era el portero del burdel como para saber quiénes fueron los puteros. Pero las ciudadanas de Andalucía que trabajan o quieren trabajar en la administración de la Junta se preguntan, legítimamente, si este o aquel alto cargo que las entrevista o les pone objetivos es o ha sido un putero a cargo del contribuyente. En otras palabras: si, con dinero público, hizo uso – presuntamente – de mujeres explotadas por la trata. ¿Tú crees que a las ciudadanas se les puede omitir o retrasar esta información? ¿Te parece que es una persecución inquisitorial?

El ciudadano común asiste, sorprendido, a un ejecutivo andaluz al que escuchó hablar de infrafinanciación y de las dificultades de la sostenibilidad sanitaria. De subasta de medicamentos y de alas hospitalarias cerradas en verano. Una sanidad pública incapaz de poner en funcionamiento equipos donados por falta de presupuesto. Médicos que a diario denuncian condiciones de trabajo indignas y falta de medios – algo sé de eso, Susana -. Agravios comparativos significativos en la cuestión de las herencias que afectan a la gente normal, que no solo a los ricos. El ciudadano escuchó en los medios de comunicación oficiales y allegados que la culpa de todo la tenía un gobierno pepero que discriminaba a una Andalucía progresista y socialista.

¿Cómo reexplicarle al ciudadano que tus tesis siguen siendo verdad a la luz de lo que está saliendo, Susana?¿Te enrocas en los “cuatro golfos”, excepción de un gobierno pulcro y santo? ¿Cómo hacerlo desde el silencio y la huida hacia adelante, Susana? ¿Te atreverás a anticipar las andaluzas para cubrirte las vergüenzas?