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Qué Cruz

Aunque la verdad de los asuntos migratorios jamás haya tenido reflejo en una prensa almeriense en la que la verdad, en general, suele ser lo menos importante.

‘El hambre de realidad es más aguda cuanto más poderosas se vuelven las tecnologías de la simulación y la mentira’.

Del artículo Hambre de realidad, Antonio Muñoz Molina, El País, 27/09/25

Kazimir Malévich

 

Oí decir una vez que La Voz de Almería era un muy eficiente equipo de marketing que disponía de unos pocos periodistas y un director que creía que podía imponer eso que ahora se llama relato atendiendo a intereses, generalmente de empresa, y al margen de la realidad de los hechos. Al igual que el exdirector de Diario de Almería —criado a los pechos de La Voz—, De la Cruz nos señala a Enciso, alcalde de El Ejido (PP) y su ‘soberbia racista, desclasada y estúpida’ como antecedente directo de Vox y paradigma de los males infligidos ‘a la provincia’, de la que el propio Pedro Manuel tiene muy interiorizado que es su mayor paladín. Paladín a la taza, sin duda, que servirá el chocolate con churros correspondiente a Vox si pasan debidamente por caja una vez ocupen su espacio institucional, pero siempre por el bien de la provincia.

Los sucesos de febrero de 2000 en El Ejido tienen antecedentes, y muchos de esos antecedentes tienen sello del PP (aunque no estén compulsados por nadie) y los podemos cargar en la cuenta de resultados de Aznar. En primer lugar porque durante el periodo aznarino no se regularizó absolutamente a ningún inmigrante en la zona, en uno de esos empecinamientos cenutrios y obsesivos de Aznar, encerrando en nuestras fronteras, de hecho, a trabajadores inmigrantes que llevaban una década entre nosotros, impidiéndoles que regularizaran su situación y alejándolos de la posibilidad de volver puntualmente a sus países de origen o bloqueando la propia reunificación familiar a la que muchos tenían derecho porque poseían los requisitos exigidos. Basta ver en los datos de población de la época el enorme desequilibrio entre varones y mujeres y la escasez de menores. En segundo lugar porque lejos de tener en cuenta la gran presión migratoria en la zona del Poniente, especialmente de El Ejido, y dotar de fondos educativos, sociales, sanitarios y de todo tipo (también en cuanto a fuerzas y cuerpos de seguridad del estado) y para los pertinentes estudios sociológicos y antropológicos de la zona (que siguen pendientes), esta comarca almeriense se convirtió en un gran sumidero y también en ‘la solución final’ fácil para quitarse de en medio a buena parte de la población inmigrante subsahariana procedente de la entonces hiperactiva ruta canaria que recalaba en Madrid por Barajas cuando decidían desahogar a un archipiélago saturado.

Aunque la verdad de los asuntos migratorios jamás haya tenido reflejo en una prensa almeriense en la que la verdad, en general, suele ser lo menos importante, lo realmente crucial (y nunca mejor dicho) es lo que algunos llaman eufemísticamente ‘el bien de la provincia’. Algún día habrá que preguntarles qué significa exactamente eso y en qué se traduce. Todos sabemos que el papel desempeñado por el alcalde de Roquetas Gabriel Amat fue fundamental en aquellos años gracias a su disposición a ayudar al partido y su estrecha relación con varios ministerios, particularmente con el Ministerio del Interior, que fue muy relevante en este aspecto, de ahí que hubiera una división tan extraña en los contingentes de extranjeros que se trasladaban al Poniente: los norteafricanos a El Ejido y los subsaharianos a Roquetas. Tal es así que, entre los consabidos insultos racistas a los jugadores del equipo rival, el de más éxito en el estadio Santo Domingo de El Ejido era: ‘Negro, vete a trabajar a Roquetas’. En El Ejido los subsaharianos eran escasísimos, mientras que ahora, al ser una ciudad de servicios, en Roquetas lideran las estadísticas de población extranjera rumanos y latinoamericanos, aparte de las diferentes nacionalidades del Sahel, muchos de los cuales se han trasladado a El Ejido y a Níjar, con mayor demanda de mano de obra agrícola. En El Ejido, alguien que se bajara de una patera en sus costas allá por los 80, a la mañana siguiente ya podría estar trabajando en un invernadero, por eso siempre tuvo una especie de crecimiento orgánico, no dirigido, principalmente marroquí. Antes de eso se asociaba ‘moro’ a un pasado mítico o a un señor que se bajaba del ferry conocido como ‘Melillero’ y vendía alfombras, relojes Casio y radiocasetes. Pero, ¿de dónde salían los subsaharianos? De las pateras fletadas por las incipientes mafias de entonces, sí, pero la mayoría procedía de Madrid y venían con billete de autobús con destino a Roquetas. Algunos a El Ejido y otros municipios, menos, de primeras. ¿Quién les daba esos billetes? Ahí hay materia de investigación, sobre todo si se desclasifican documentos si es que esos documentos todavía existen, que igual no. Recordemos: en aquella época los inmigrantes africanos se asociaban principalmente con el Maresme y el Poniente almeriense, además de con Canarias. Una curiosidad más. Un par de días después de los sucesos racistas de febrero de 2000 aparecieron súbitamente, y para mi sorpresa, gran número de ecuatorianos y colombianos (yo mismo dirigí varias veces a los que me preguntaron por un hostal o pensión) después de que se hablara de una posible huelga en el campo por parte de los marroquíes. ‘Nos han dicho que aquí hay mucho trabajo’ me respondieron cuando les pregunté. ¿Quién corrió el rumor tan oportunamente?

Cuando Zapatero acometió la regularización de inmigrantes que no quiso acometer Aznar, que confiaba en la ‘autorregularización’ más incluso que en la autorregulación anárquica del mercado de trabajo (algo por otra parte todavía vigente ), pero lo más lejos posible de Madrid (lo que en Madrid puede ser un peligro; manteros, traficantes, pedigüeños, en Almería puede ser una gran oportunidad de negocio, porque todas las manos son pocas en los invernaderos, les diría alguien, que no contó, en absoluto, con las necesidades habitacionales, educativas, sanitarias, etc. Tampoco con la seguridad).

No hace falta ser un lince para saber que en una población rural pequeña si alguien muere de un escopetazo hay una probabilidad altísima de que esa muerte haya estado motivada por un problema de lindes, y perdón por la caricatura. Cuando una sociedad se vuelve más populosa y más compleja porque hay mayor diversidad de orígenes y culturas exige a la fuerza un mayor esfuerzo en todos los ámbitos, empezando por el educativo, pero también en los asuntos que atañen a la seguridad, algo que se ha estado escamoteando siempre a esta provincia, en mayor o menor medida. En mayor medida con el PP, es cierto, por ideología, por estupidez, por irresponsabilidad (en el caso de Aznar a mi juicio su política con respecto a Almería rozó lo criminal) pero los gobiernos del PSOE, con o sin coalición, no han sido tampoco del todo conscientes de la dificultad del desafío. Y ya toca un replanteamiento si no queremos que esto se nos vaya de las manos, porque podría ocurrir de nuevo y con mayor gravedad.

Desde luego no ayuda en absoluto a la causa el maniqueísmo barato e interesado de los medios locales almerienses; los primeros que tenemos que leer y entender nuestra sociedad somos nosotros mismos, y no parece que nuestros medios estén cumpliendo su función en ese aspecto. Algunos de estos medios, por cierto, parece que han sacado a subasta sus portadas, unos días más progubernamentales, otras más pro alcaldesa de Almería, y hasta hay días que directamente se cantan aleluyas al presidente de Diputación y se celebran las lluvias de millones para tal o cual municipio (sic), y así hasta que llegue la gran subasta de las elecciones, que es cuando hacen de verdad caja y el PP gana por goleada. Lo extraño es que el PSOE perdiendo 4 a 1 se empeñe en jugar como si fueran empatados y con las mismas reglas y los mismos árbitros comprados. Es como si pagaran su cuota para que no les ganen por 5 a 1 en vez de por 4 a 1.

Valga de ejemplo la portada de La Voz de Almería 3/10/2025 que refleja el Día de los Ángeles Custodios: ALMERÍA SUFRE MENOS DELITOS QUE LA MEDIA ESPAÑOLA. EL SUBDELEGADO PIDE NO VINCULAR INMIGRACIÓN CON DELINCUENCIA PORQUE NO SE JUSTIFICA CON LOS DATOS. Y eso en un día en el que también en portada aparece el asesinato el día anterior de una mujer marroquí en plena calle en La Mojonera, sin que hasta ahora se haya detenido a nadie por la muerte de Fátima, que así se llama la víctima, aunque ni se nombra en los escasos artículos que han dedicado a su muerte, y de la que se han llegado a hacer comentarios (¿de bots?) en publicaciones en redes como ‘una mora menos’. En otro titular de la misma portada se da cuenta de la detención de un implicado en la muerte de Antonio Campos, virgitano funcionario del ayuntamiento de El Ejido que, por su relevancia social, ha tenido un gran impacto en la provincia. Causas complejas propias de una sociedad compleja cuya resolución y esclarecimiento exigen muchos más medios que los que hay actualmente.

Si se comete el error de conformarse con la baja cuantificación de los delitos y no nos fijamos en la evolución y la cualificación de los mismos a tiempo, lo que incluye una comprensión de las causas, es muy posible que se repitan los mismos o peores efectos en el momento en el que ‘otro insensato Aznar’ coaligado o no con Vox, llegue al poder. Por número de habitantes, por complejidad social y cultural, por desequilibrios económicos a veces dramáticos y por carestías en los servicios y los derechos fundamentales, aparte de por las propias condiciones laborales de un sistema que se retroalimenta incorporando a personas de baja cualificación laboral y escasos recursos económicos que recién comienzan, mientras centrifuga a todos los que prosperan y pueden mejorar sus condiciones de vida a otros sitios. Quizá, ante un partido, Vox, unos tibios que igual nunca fueron tan tibios y cada día se vuelven más fríos, PP, y unas fuerzas ‘ocultas’ que se dedican a fabricar bots racistas que ya inundan redes y medios locales, haya que responder desde el otro lado con datos, pero es imprescindible que se tenga en cuenta la cualificación de esos delitos y que se sepa hacer una proyección adecuada de los datos, porque, si se dispone de los medios suficientes, es muy posible que se puedan limitar los daños a futuro en una sociedad, lo vuelvo a repetir, tan compleja como la de la actual Almería, particularmente la del Poniente y Níjar.