Futuro oscuro trabajando con carbón
El lunes 27 de octubre, León XIV recibió al primer ministro húngaro, Viktor Orbán y tras ese encuentro se celebró en la Secretaría de Estado otro.
El lunes 27 de octubre, León XIV recibió al primer ministro húngaro, Viktor Orbán y tras ese encuentro se celebró en la Secretaría de Estado otro sobre el compromiso de la Iglesia Católica con la promoción del desarrollo social y el bienestar de la comunidad húngara, con dedicación a las familias, la educación y el futuro de los jóvenes, así como la protección a las comunidades cristianas más vulnerables. Conocemos la vinculación del dirigente húngaro con las políticas del presidente norteamericano y su apoyo, incluso con créditos de instituciones crediticias del país, al presidente de VOX.
En ese contexto y con el anuncio de la prensa asociada a tales políticas de la segura ascensión de los partidos de la derecha radical y autoritaria a los gobiernos de los países europeos, me parece importante destacar que el Partido de la Libertad (PVV) holandés cuyo líder, Wildeese, estaba convencido de su victoria, ha empatado, 26 escaños, con el Partido D66, socioliberal, 26 escaños, y pese a representar la derecha radical en los Países Bajos, no podrá gobernar como pretendía. El Partido Demócrata Cristiano ha obtenido 18 escaños, cuando tenia 5 en el anterior parlamento. Países Bajos es la quinta economía europea y D66, cuyo líder es Rob Jetten, socio liberal, de 38 años, antiguo ministro de clima y energía puede convertirse en el primer ministro de dicho país, prepara reuniones con la Democracia Cristiana para la formación del nuevo gobierno.
Como en la algarabía político-mediática en la que vivimos los españoles, hay grupos de gran peso económico y de comunicación y de demoscopia creadora de opinión favorable a las derechas autoritarias y tecno millonarias, conviene considerar esta noticia de la Holanda circunspecta y recordar a Antonio Molina, cuando cantaba que el futuro es muy oscuro trabajando en el carbón. Cosa cierta si se pica en las profundas y horadadas tierras de carbón, pero que deja de serlo si se aspira aire no corrompido y cerrado y se disfruta de horizontes de límpida claridad, pues en ese caso, trabajando en esos espacios, ocurren empates que pueden hacer caer los vaticinios de agoreros de variado origen, aunque de común pelaje.
Los nadadores olímpicos, en 1988 en Seúl donde por cierto anda Trump estos días, Berghoff (EEUU) y Suzaki (Japón), aplicaron a su disciplina deportiva un sencillo principio físico: bajo el agua un cuerpo genera menos turbulencias que un cuerpo en la superficie del agua, Bucearon la distancia de sus pruebas y ganaron la competición.
 
			 
				
