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Alea jacta est, tenemos lo que nos merecemos

Tenemos una especie de jaula de grillos que aventura disensiones internas a corto y medio plazo.

 

Como dijo Julio César tras pasar el Rubicón, la suerte está echada. Los Reyes Magos nos han traído carbón como castigo por lo mal que lo hemos hecho los españoles en el último año. Tenemos lo que nos merecemos. Porque, seamos serios, lo ocurrido en el Congreso de los Diputados en esta primera semana de enero no es sino la consecuencia lógica de la actitud mayoritaria de una sociedad, la española, que ha ratificado en las urnas al nuevo PSOE que ha creado casi de la nada el doctor Pedro Sánchez. Un PSOE que nada tiene que ver con el que dirigía Felipe González hace tan sólo tres décadas ni con el que, hace un par de años, forzó a Sánchez a dejar la Secretaría General y su escaño tras comprobar que el doctor NO es NO pretendía acceder al poder por cualquier medio, pactando incluso con el mismísimo diablo. La nota anecdótica la ha puesto el diputado de Teruel existe, pero no deja de ser una pantomima más en este esperpento en el que se ha convertido la política española y sus partidos en los últimos años.

 

Parece que ha transcurrido mucho tiempo, pero si miramos el calendario podemos comprobar que Sánchez, tras derrotar a Susana Díaz, ha organizado un nuevo partido que poco o nada tiene que ver con la ideología que siempre ha marcado al socialismo hispano. No se trata ya de aceptar la tan cacareada disciplina de voto, no. La cuestión ahora es la de respaldar al jefe de filas que le ha proporcionado el escaño en el Congreso, en el Senado, en los parlamentos regionales, el ministerio, la presidencia de la Comunidad, la alcaldía o la concejalía a toda una pléyade de ninis seguidores del Gran Hermano que han vivido y pretenden seguir viviendo mucho tiempo de la política a costa del erario público.

 

Como cantaba Carlos Cano, “colócanos, colócanos, ay por tu madre, colócanos”. El PSOE ya no es el PSOE que fundara hace más de un siglo Pablo Iglesias (el bueno), sino un nuevo Partido Sanchista Oportunista Esquizofrénico que no se avergüenza de ir de la mano de socios comunistas, de independentistas de derechas e izquierdas y, lo que es mucho peor, de aquellos que hace solo tres décadas mataron a tiros en la cabeza o con coches bomba a numerosos dirigentes y compañeros socialistas. Y Bildu, que estaba dispuesto a votar sí si el turolense se rejaba, no sólo no ha pedido perdón por los más de 800 asesinados, sino que ni siquiera se arrepiente de haber esparcido el luto a lo largo y ancho de todo el territorio español. Yo seré, como dicen ellos, un fascista que en su momento también estuvo vigilado por ETA, pero confieso que se me hubiese caído la cara de vergüenza si mi partido me hubiese obligado a votar sí a esta investidura de pacotilla.

 

El denominado Gobierno de progreso (un remedo del denostado Frente Popular con tintes populistas sudamericanos que gobernó durante la II República) que tomará posesión dentro de escasos días, es una especie de jaula de grillos que aventura disensiones internas a corto y medio plazo, Pero no sean incautos porque, una vez que unos (Sánchez) y otros (Iglesias) han accedido al poder tras tragarse sapos y culebras de sus socios, todos van a hacer piña para aguantar el mayor tiempo posible. Si consiguen atar en corto a ERC, PNV, Bildu e incluso a los muchachos de Puigdemont a cambio de prebendas incalificables, lograrán sacar adelante el necesario Presupuesto que les asegure una legislatura mínima de dos o tres años. No soy de los que vaticinan que el caos se va a apoderar de la sociedad española con estos gobernantes del tres al cuarto. No. Imagino que Europa no permitirá ni que Sánchez ni que sus socios podemitas saquen los pies del plato por más empeño que les pongan estos últimos en apretarle las tuercas a la Banca, a las grandes empresas o a la clase media que será (como siempre) quien pague los platos rotos de unas políticas catastróficas que ya han sumido en la ruína a todos aquellos regímenes que las han sufrido. Así que vayan agarrándose los machos porque, como ocurrió con Rajoy durante la crisis, nos va a freir a impuesto mientras “venden” en sus televisiones que están repartiendo la riqueza.

Ja. Repartir la riqueza. Eso no se lo creen ni ellos. Está comprobado que los “gobiernos de progreso” sólo reparten pobreza. En cuatro años quizás no haya tantos ricos como ahora, que lo dudo. De lo que sí estoy convencido es que el número de pobres se va a multiplicar cuando no haya dinero para pagar tantos millones de parados y tantas pensiones. Sólo hay que echar un vistazo a los paraísos comunistas de Venezuela, Cuba o Corea del Norte donde la gente pasa bastante hambre mientras algunos dirigentes políticos viven a cuerpo de rajá.

 

En fin que vienen malos tiempos para la lírica y que, repito, la culpa de este cacao maravillao que nos espera a corto y medio plazo la tiene la sociedad española que, aunque dicen que es mayoritariamente de izquierdas, ha ido adocenándose en la última década por culpa de unos medios de comunicación que han colaborado y han puesto todo su empeño en adormecer con excelsas dosis de la incultura del entretenimiento a una sociedad que ya estaba bastante harta de unos partidos políticos centrados en un ombliguismo ciego e inmersos en innumerables corrupciones que nos han llevado al hartazgo. Puede que este gobierno de concentración progresista que ahora inicia su andadura, sea el revulsivo que despierte a una sociedad adormilada y a otras fuerzas políticas que sean capaces, a menos, de detener la deriva autodestructiva en la que estamos inmersos. Ojalá y no pierda demasiado tiempo lamentándose de lo mal que lo han hecho ylamiéndose sus heridas.