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Andalucía, tumba politica de Sánchez

Andalucía ha proclamado ese cambio de Gobierno en España que muchos deseamos.

 

Despejadas muchas de las incertidumbres. Cuando se llevan escrutados el 95  de votos, el previsible resultado final de las elecciones autonómicas de hoy, en Andalucía, es, en escaños, como sigue: PP, 57; PSOE-A, 31; VOX, 14; xA, 5; AA, 2. 

La gran conclusión es que el PP ha ganado las elecciones por mayoría absoluta (que es de 55 escaños).  Moreno Bonilla, que podrá gobernar en solitario, ha sabido retener a sus votantes, a la vez que ha drenado a su favor no solo los votos de Ciudadanos (que desaparece del parlamento andaluz) sino también del PSOE-A. Ha conseguido el regreso a España de la posibilidad de las mayorías absolutas que perecían irrecuperables. Ha podido decelerar la pretendida escalada de VOX (que gana solo 2 escaños). Ha logrado, asimismo, reducir la representación de la ultraizquierda de 17 escaños a 7 (xA+AA). Ha logrado, en definitiva, un tremendo retroceso de la izquierda en Andalucía.  

Se puede afirmar que el sanchismo ha hundido al PSOE en Andalucía que, incluso, ha perdido, por primera vez, en la provincia de Sevilla. Sánchez ha logrado así lo que hasta ahora parecía imposible: que la comunidad que siempre fue el mayor granero de votos del PSOE haya transvasado parte de ellos a los silos del PP. De poco ha servido el ajado mensaje del temor a la llegada de la derecha. De nada ha valido la amplia movilización del Gobierno en una campaña que, ni tan siquiera, ha logrado movilizar plenamente a sus militantes andaluces. Ahora lo que toca ―supongo―, es vocear cínicamente que lo autonómico nada tiene que ver con lo nacional. Que nada significan los resultados electorales en Andalucía ―la comunidad autónoma más poblada (8,4 millones de habitantes)―, que han confirmado hoy el explícito rechazo del sanchismo, ya marcado en Madrid (mayo 2021), así como en Castilla-León (febrero 2022). Digan lo que digan ahora, la lectura del resultado electoral es tan evidente como inevitable.   

Andalucía ha proclamado ese cambio de Gobierno en España que muchos deseamos. Somos tantos que, incluso Argelia, ese socio “fiable” (según el ínclito Albares) se ha puesto también en la cola pública de los esperanzados en el cambio de ciclo.  Éste se consolida. Amén.